Argentina: se realizó el Encuentro Latinoamericano de Mujeres Rurales y Urbanas por la Soberanía Alimentaria

ENCUENTRO LATINOAMERICANO DE MUJERES URBANAS Y RURALES POR LA SOBERANIA ALIMENTARIA

Santa Fe, 28, 29 y 30 de octubre de 2005

Como diría N., compañera de Bolivia, este es un encuentro sin conclusiones, porque nada estamos concluyendo, en todo caso estamos comenzando a escribir el primer capítulo de una historia que viene de largo.

Nos acompañó el tiempo, un sol con vientos de otoño a finales de octubre, insólito sino comprendiéramos lo que está sucediendo con el descompás de la naturaleza que se resiste, como las mujeres, a seguir siendo maltratada y violentada.

Y fuimos diversas, tanto como lo que defendemos con tanto ahínco: campesinas, de pueblos originarios y gringas chacareras, académicas, actrices, citadinas y rurales, de diferentes organizaciones: ecologistas, agrarias, feministas autónomas, amas de casa, periodistas, de barrios excluidos, de laboratorios de universidades. Hermanas de Paraguay, Bolivia, de Mendoza, de Santiago del Estero, de Córdoba, de Buenos Aires, de Entre Ríos y de toda la provincia de Santa Fe.

Todas mujeres luchadoras: por la tierra, por el agua, por la salud de nuestros/as hijas/os envenenados con los agrotóxicos, por recuperar la semilla nativa y la tierra nuestra, por la dignidad de nuestras familias, por el derecho a un alimento sano.

Y comenzamos el viernes con una Acción, frente al Ministerio de la Producción, denunciando la política sojera, de los silos llenos y las panzas vacías. Visibilizamos, frente a la impunidad que proclama el éxito del modelo, que no estamos de acuerdo, que queremos soberanía y seguridad alimentaria para todas y todos, hoy y para las generaciones futuras.

Fuimos más en la Conferencia Testimonial, por la noche, envueltas en la alegría de los tambores y el canto. Disfrutamos la palabra, la danza y los vinos……

El sábado en la ronda de presentaciones, compartimos el desayuno y las vidas y experiencias de todas las compañeras que iban llegando. Y por la tarde nos reunimos en talleres, discutiendo en las comisiones. Nos encontró el cuarto creciente con el homenaje y agradecimiento a la Pachamama y el ritual de sanación para nuestra granja.

Festejamos nuestras pequeñas victorias: molestar al poder de las multinacionales, desnudar sus gerentes (funcionarios y legisladores) y poder juntarnos, para repartirnos la fuerza ancestral de las mujeres entre todas.

Nos entristecimos cuando llegó el domingo. Entre abrazos nos separamos, hasta el próximo encuentro, en el país hermano de Paraguay, donde volveremos a compartir estrategias, a sumar esfuerzos y a seguir fortaleciéndonos en esta lucha que desde distintos puntos de la América Latina venimos peleando.

Y vale decirlo, fue posible disfrutar tanto este encuentro de mujeres, porque un grupo de varones, de nuevos varones con nuevos horizontes, cocinaron para nosotras, filmaron para nosotras, se hicieron cargo de las compras y de los chicos y de cada detalle que debía resolverse.

Y seguramente algunas cuestiones fueron a disgusto como nos pasa a nosotras, pero ni siquiera lo dejaron entrever

¿Si esto no es subversión? ¿Dónde esta la subversión?

No hay dudas, estamos comenzando a inscribir las grafías de los tiempos nacientes.

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