Colombia: alerta a la ciudadanía en general: se arriesga la supervivencia de los campesinos y la soberanía alimentaria del país por David Alba Páez, SIREL N° 25 - Rel-UITA


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Colombia: alerta a la ciudadanía en general: se arriesga la supervivencia de los campesinos y la soberanía alimentaria del país

Por David Alba Páez

Responsable Departamento Desarrollo Agroecológico - UNAC

3-3-03

La Unión Nacional de Trabajadores Agroalimentarios de Colombia (UNAC), afiliada a la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (UITA), quiere expresar su gran preocupación con los anuncios hechos por el ministro de Agricultura, Carlos Gustavo Cano, en el diario El Tiempo del sábado 18 de Enero de 2003, página 1-14 en los que declara su decisión de introducir "de lleno" semillas transgénicas a nuestro país.

1-. Por tratarse de una decisión que puede tener catastróficos, profundos, definitivos y en parte, irreversibles impactos sobre el futuro de los campesinos y medianos agricultores, y sobre el medio ambiente y la salud humana, es necesario develar con detalle quiénes promocionan esta tecnología, con qué intereses, a quiénes sirve y en qué consiste. Es una decisión con graves efectos sociales, políticos, culturales, ambientales y sanitarios, y por tal razón, no puede ser dejada en manos de un puñado de burócratas y funcionarios de turno, muchos de ellos con intereses creados, por el contrario debe ser tratada como de máximo interés público pues afecta profundamente a la totalidad de la sociedad colombiana.

2-. Se trata de una nueva tecnología promovida por las grandes y pocas empresas transnacionales que controlan el mercado mundial de los agrotóxicos, las semillas, los farmacéuticos, los alimentos y la ingeniería genética. Esta es una tecnología que sustenta un modelo de agricultura de gran escala, intensiva en capital, excluyente, concentradora de tierra y riqueza y destructora de empleo rural pues está dirigida fundamentalmente a la exportación de insumos para procesos industriales en EE.UU. y Europa, especialmente para alimentar las vacas, cerdos y pollos que se comerán en los países industrializados, sin embargo, es descaradamente promocionada como la nueva panacea para combatir el hambre del mundo. La prueba de que esto es un flagrante engaño lo constituye el hecho de que por lo menos el 90% de los 60 millones de hectáreas sembradas en transgénicos, están sembradas con maíz y soya que son destinados mayoritariamente a la fabricación de concentrado para satisfacer la gula de proteína animal de estadounidenses y europeos: la mitad de la cosecha mundial de granos es para alimentar animales, no personas, y menos si son pobres, casi la totalidad de la cosecha de soya tiene el mismo destino al igual de por lo menos la tercera parte de la captura pesquera del mundo.

Según la FAO, si dedicáramos a alimentación humana entre el 10 y 15% del grano que se destina para alimentar ganado, bastaría para erradicar el hambre del mundo. Por estas razones resulta demasiado inquietante que el ministro Cano proponga justamente promover el maíz y soya transgénicos y que los considere una verdadera "revolución en la agricultura", tratando de acomodarnos a lo que en realidad es un modelo agrícola impuesto por las transnacionales agroexportadoras de EE.UU. para su propia conveniencia y no la nuestra.

Es claro que el discurso de las transnacionales de los transgénicos y de los tecnoentusiastas de los OGM´s, antepone el interés delirante por el lucro, al bienestar y seguridad humana y de la naturaleza. La prueba reina de que esto es así, es el caso de Argentina, desconocer la experiencia trágica de nuestro hermano latinoamericano es tapar irresponsablemente el sol con las manos. Argentina es el segundo productor de transgénicos del mundo, es un caso paradigmático de cultivos récord de soya pero simultáneamente de récord creciente de hambre en su población, uno de cada tres de sus habitantes padece de hambre, entre ocho y nueve millones de sus conciudadanos, el 63% de los niños de hasta 5 años que viven en Argentina son pobres, ¿no nos repiten sin cesar las transnacionales dueñas de los transgénicos que iban a terminar con el hambre? Argentina no ha padecido de un crónico, extendido, creciente y degradado conflicto armado entre guerrillas, paramilitares y ejército o de una sociedad invadida e infectada por el narcotráfico en casi todos sus sectores sociales, económicos e institucionales o de niveles de criminalidad paradigmáticos a nivel mundial para culparlos de la crisis social y económica que padece.

Argentina ha sido denominada el granero del mundo, una potencia alimenticia que produce 10 veces la comida que necesita su población, sin embargo el hambre se ha disparado a una velocidad y niveles inauditos durante la década de los 90 paralelamente al crecimiento vertiginoso de los cultivos transgénicos en 7 u 8 años, hasta llegar a ser el segundo productor de transgénicos en el mundo, lo que se logró a costa del arrasamiento de la pequeña y mediana propiedad que explica la pobreza, especialmente rural; desnutrición e industria alimentaria contrastan en Argentina (1): "El hambre agobia a Argentina", el cuarto exportador mundial de alimentos, titulaba el diario El Tiempo el Miércoles 27 de Noviembre de 2002, p. 1-5:

- 1er. Productor y exportador mundial de aceite de girasol.

- 1er. Productor y exportador mundial de harina de girasol.

- 1er. Exportador mundial de aceite de soja.

- 1er. Exportador mundial de harina de soja.

- 1er. Productor mundial de jugo concentrado de limón.

- 1er. Exportador mundial de pera.

- 2° Productor mundial de limones frescos.

- 2° Exportador mundial de maíz.

- 2° Exportador mundial de sorgo granífero.

- 2° Exportador mundial de miel.

- 3er. Productor mundial de jugo concentrado de pomelo.

- 3er. Productor mundial de jugo concentrado de manzana.

- 3er. Productor mundial de miel.

- 4° Exportador mundial de carne bovina.

- 4° exportador mundial de algodón.

- 4° Productor mundial de vinos.

- 5° Exportador mundial de trigo.

- 5° Exportador mundial de harina de trigo.

En conclusión, es una tecnología que soporta un modelo agrícola, que degrada los suelos pues continúa requiriendo de todo tipo de agrotóxicos y biocidas; que causa erosión genética pues los transgénicos se imponen como especie dominante desplazando las especies nativas adaptadas y los agrotóxicos que los acompañan destruyen toda la biodiversidad del agrosistema haciéndolo insostenible; que genera erosión cultural pues los campesinos pierden control tradicional sobre las semillas y variedad de alimentos nativos, que inaugura el riesgo inconmensurable, imprevisible e inaceptable de la contaminación biológica pues los transgénicos o las especies que adquieran espontáneamente estos genes, como seres vivos que son, se autoperpetúan, se multiplican, mutan y se recombinan y una vez sueltos en la naturaleza, es imposible controlarlos o recuperarlos (la contaminación química palidece al lado de la contaminación biológica); que concentra la propiedad de la tierra y acaba con los pequeños y medianos agricultores pues es una agricultura intensiva en capital, por lo cual destruye empleo rural y genera pobreza (es una agricultura sin agricultores que terceriza y precariza el poco empleo rural que queda).

3-. Los organismos genéticamente modificados OGM´s, de los que hacen parte las semillas transgénicas, son organismos, plantas o animales, cuyo material genético ha sido modificado artificialmente, utilizando técnicas de ingeniería genética para cortar una porción de material genético de una especie y pegarla en la estructura genética de otra especie en laboratorio, así, a una planta se le pueden introducir artificialmente genes de animales o de bacterias en su estructura genética o ADN, la ingeniería genética salta de este modo las barreras entre especies que la naturaleza ha mantenido desde el comienzo de la vida en nuestro planeta. Con estas técnicas, se pueden obtener seres vivos desconocidos hasta ahora, con características que los haga más comerciales o supuestamente más "productivos". Estos nuevos y extraños seres (p.ej. maíz con genes del Bacilo Turingiensis, para convertirlo en tóxico a los insectos que lo atacan o papas con genes de lenguados o truchas para resistir las heladas), han sido liberados comercialmente en varios países del mundo, a pesar que desconocemos lo qué puede suceder cuando estos seres artificiales interactúen con los demás seres naturales de la naturaleza, incluidos los humanos. Han sido liberados y promocionados apasionadamente por las transnacionales y sus agentes locales, a pesar de que no existe certeza alguna de su inocuidad para el ambiente y para los humanos, por el contrario, existen suficientes indicios científicos, para fundamentar una duda razonable sobre la seguridad del uso de estos "engendros", los intereses comerciales de un puñado de grandes empresas transnacionales se han antepuesto a los intereses de salud pública y protección ambiental que son de todos.

4-. Nos preocupa que el increíble potencial de transformación de la vida de la ingeniería genética se encuentre absolutamente monopolizado por poquísimas transnacionales y que lo utilicen exclusivamente con fines de lucro, para lo cual nos someten a riesgos inaceptables por lo catastróficos que podrían llegar a ser. Pero más nos preocupa que los altos funcionarios del gobierno actúen con tan increíble ligereza frente al tamaño de los riegos potenciales en juego y con una actitud tan complaciente con los intereses comerciales de las transnacionales por encima de los derechos de la población nacional, especialmente de los más pobres del campo. El hecho de que media docena de multinacionales en estrecha alianza con el gobierno de los EE.UU. puedan llegar a controlar el 90% de la alimentación mundial ¿no debería ser objeto de la máxima preocupación? Lo que preocupa no es "comer genes modificados" sino que el proceso de industrialización y mercantilización de la totalidad de la cadena alimentaria, guiado por la búsqueda del máximo beneficio para el capital, entraña riesgos cada vez mayores.

Por un lado las transnacionales privatizan por medio de patentes, protegidas por la OMC, el ALCA, el NAFTA, patrimonios culturales, naturales y genéticos, por el otro lado los campesinos pierden el control sobre sus propios patrimonios culturales y genéticos y quedan sometidos a una total y absoluta indefensión en una relación dependiente y de intercambio desigual que los empobrece pero que enriquece a las multinacionales. La catástrofe social del sector rural Argentino es el precio que se está pagando por rendirle culto al productivismo de la globalización neoliberal, pues Argentina logró en escasos cinco años llegar a ser el segundo productor de transgénicos en el mundo. ¡Debemos aprender de la experiencia del vecino!

5-. La forma como se aprobó el inicio de pruebas y la liberación ¿¡"Semicomercial"!? del bioplaguicida transgénico, algodón Bt de la transnacional norteamericana Monsanto, fue absolutamente irregular: primero, el Consejo Técnico de Bioseguridad (CTN), del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), nombró a un funcionario de la Monsanto como su vicepresidente y luego procedió a la aprobación de la solicitud hecha por esta misma compañía, segundo, las pruebas realizadas no cumplen con las mínimas exigencias técnicas y éticas de bioseguridad: "Monsanto realizó entre octubre de 2000 y febrero de 2001 durante un sólo período vegetativo, una evaluación del efecto del algodón Bt sobre las poblaciones de artrópodos y anélidos en el algodonero y una estimación de la distancia a la cual el polen del algodonero es transportado por polinizadores. Es cuestionable que tanto el diseño, montaje, evaluación y financiación de este estudio fue realizado por la Monsanto. No tiene ninguna presentación que una empresa sea juez y parte el proceso de solicitud, evaluación y aprobación de su propio producto, violando los más elementales principios del régimen de inhabilidades e incompatibilidades de funciones. Además las conclusiones de "total seguridad" se hicieron a partir de un sólo ensayo de campo realizado en una zona específica y durante sólo un ciclo de cultivo. Es por ello que no se puede generalizar y extrapolar para todo el país los resultados de este ensayo, si tenemos en cuenta que Colombia es uno de los países centro de origen y diversificación del algodón, y también se debe tener en cuenta que las regiones algodoneras se encuentran ubicadas en cuatro zonas ecológicas diferentes y además porque existen muchos otros parámetros de bioseguridad que se deben evaluar a largo plazo"(2).

6-. La agricultura es un sector demasiado importante para la reducción de la pobreza, la generación de empleo, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental, la experiencia histórica es prueba contundente de ello: todos los países actualmente desarrollados, lograron su desarrollo industrial protegiendo y desarrollando su sector agrícola, y aún hoy lo hacen, para garantizar la seguridad alimentaria y satisfacer a una creciente población urbana, en adición, "ningún país de Latinoamérica es capaz de generar suficientes opciones de subsistencia fuera de la agricultura que compensen la actual destrucción de medio de vida rurales ocasionada por la liberalización"(3), por lo cual, la agricultura exige un tratamiento especial y diferenciado de los tratados comerciales en la OMC y especialmente en el ALCA.

7-. En nuestra Latinoamérica y el Caribe, la agricultura es fuente crucial de medios de subsistencia y el catalizador por excelencia de las políticas de reducción de la pobreza, sin embargo, el creciente poder de las transnacionales agrocomerciales amenaza la superviviencia de los pequeños productores pues las actuales reglas comerciales están hechas a su medida: las políticas de liberalización agrícola impuestas por el FMI, el BM la OMC y ahora el ALCA son un evidente e inaceptable ejemplo de doble moral: Mientras que estas instituciones junto con los EE.UU. promueven la liberalización indiscriminada de los mercados agrícolas en los países en desarrollo, en los países ricos se mantienen políticas de subsidio y protección lo que ha traído como consecuencia incremento del dumping agrícola que destruye los precios internos y los medios de vida de los campesinos incrementa el control multinacional de la agricultura, concentrando la riqueza y aumentando la pobreza y desnutrición y al incrementar la dependencia de alimentos extranjeros se pierde la soberanía alimentaria. Estas políticas explican porque hoy existen 60 millones de has. sembradas de transgénicos en el mundo, lo que el ministro toma como un gran argumento a favor de los transgénicos

8-. Frente a este modelo agrícola que trae riesgos ecológicos, sanitarios, culturales, económicos, sociales y políticos, proponemos como política social prioritaria de estado la búsqueda de la soberanía alimentaria basada en el fortalecimiento de la pequeña y mediana propiedad, intensiva en trabajo y del mas alto potencial generador de empleo y en la agricultura ecológica para garantizar la sostenibilidad, la calidad, la biodiversidad, la seguridad, la autosuficiencia y la revaloración cultural en nuestra alimentación. En adición, en Colombia pasaría a convertirse en la estrategia fundamental de sustitución de cultivos ilícitos y de lucha contra el narcotráfico (sólo el 5% del presupuesto total de la guerra al narcotráfico se invierte en desarrollo rural alternativo, el restante 95% lo constituye gasto militar, el cual ha demostrado palmariamente su fracaso como estrategia central de esta guerra) y finalmente, como estrategia de paz frente al conflicto armado.

Finalmente, nos queda por hacer tres preguntas a manera de criterios para decidir si se acepta una nueva tecnología o no:

- ¿La aplicación tecnológica es realmente necesaria?

- ¿Es la aplicación que se propone la única concebible? Es decir, ¿no hay alternativas para lograr lo que la nueva tecnología pretende?

- ¿Los riesgos en juego son asumibles?

Sólo si se puede contestar "si" a las tres preguntas daríamos luz verde a la aplicación de la innovación tecnológica en cuestión (4).

Por el contrario, la respuesta a la primera pregunta es negativa considerando que los productos que nos ofrecen obedecen más a criterios comerciales que a intereses sociales. La respuesta a la 2da. pregunta es negativa puesto que sí existen alternativas más baratas, más accesibles, con igual o superior nivel de productividad y que garantizan mayor autonomía, autosuficiencia y seguridad alimentaria (entendiendo por seguridad alimentaria no solo disponibilidad sino calidad) como lo son todas las diferentes modalidades de agricultura ecológica y después de lo expuesto a lo largo de este escrito con respecto a los riesgos ecológicos y para la salud humana, queda absolutamente claro que la respuesta a la 3ra. pregunta del mismo modo, es definitivamente negativa.

Con base en las consideraciones anteriores, las organizaciones sociales y las autoridades ambientales del país deben hacer lo que esté a su alcance por invocar y hacer efectivos el principio de precaución y una moratoria para la importación, uso, distribución y consumo de semillas transgénicas a nivel nacional.

Notas
(1) www.rel-uita.org

(2) Germán Vélez. Grupo Semillas, Bogotá D.C. Mayo 26 de 2002.
(3) OXFAM. Comercio con Justicia para las Américas, agricultura, Inversiones y Propiedad Intelectual, tres Razones para decir No al ALCA. Oxfam Briefing Paper 37. www.comercioconjusticia.com

(4) Jorge Riechmann. Cultivos y Alimentos Transgénicos. Una guía Crítica. Los libros de la Carreta. Fundación 1ro. De Mayo. Rel-UITA. Madrid, 2000, p. 204.

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