España: más aquí de la Guerra de Irak: transgénicos y la guerra alimentaria contra la mitad de la especie humana

Manifiesto de la Semana Catalana Caza-genes (European Genespotting Week): ¡Los transgénicos nos han invadido! ¡Boicot preventivo a los transgénicos!

La actual globalización capitalista necesita del hambre para incorporar, al igual que en toda su historia, a aquellos sectores reticentes a someterse a su lógica de la mercancía y el dinero. Por eso, ha iniciado una guerra alimentaria contra 3.000 millones de seres humanos; los desechables, aquellos que no producen para el capital, pero además, cometen un pecado aún mayor, tampoco consumen de él o lo hacen demasiado poco. El papel central de esta guerra recae en grandes compañías transnacionales que, a través de los acuerdos agrícolas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), imponen una agricultura y alimentación industrial, despilfarradora hasta lo absurdo, depredadora hasta lo inmoral, envenenadora hasta lo intolerable. Se destruye, de forma silenciosa y continua, la supervivencia de esos 3.000 millones de desechables mundiales que subsisten mediante agriculturas en baja escala, respetuosas con el medioambiente y dependientes de mercados locales.

Como cualquier guerra moderna que se precie, la actual guerra del hambre tiene su juguete tecnológico y espectacular favorito: los Organismos Manipulados Genéticamente (OMGs) o transgénicos, que en tan sólo 7 años han contaminado toda la práctica agrícola mundial. En los últimos años hemos asistido a contaminaciones con transgenes de plantas y variedades silvestres (Canadá, México) o de otras agriculturas (Navarra, donde se comprobó contaminación transgénica en semillas de maíz provenientes de la agricultura ecológica). Al impedir la presencia de otros modelos agrícolas, la agricultura transgénica demuestra su totalitarismo.

Pero además existe la contaminación con transgenes de la cadena alimentaria. En USA el maíz Starlink, no autorizado para consumo humano, fue encontrado en cientos de miles de tortillas listas para ser consumidas y sus rasgos transgénicos fueron detectados hasta en Japón. Ni los consumidores, ni los propios elaboradores, pueden saber con certeza si los alimentos contienen transgenes o no. Cualquier similitud con un sistema alimentario democrático es pura coincidencia. Es más bien, un sistema alimentario industrial fascista, donde se niega hasta el mínimo derecho a la información del consumidor. Entre una agricultura totalitaria y un sistema alimentario fascista transcurre la expansión transgénica, negándonos el derecho a una alimentación suficiente y sana, con el añadido de la manipulación del propio genoma humano.

Ya el año pasado personas, con motivo de la Cumbre de Barcelona, denunciamos ante los Jefes de Gobierno y Estado europeos, al gobierno del Sr. Aznar como el ?Caballo de Troya Transgénicos en Europa?. A pesar de ser el único país miembro de la UE con cultivos comerciales de maíz transgénico y de que nuestros puertos (Barcelona, Tarragona y Vigo) son las principales vías de entrada la entrada de maíz y soja transgénicos en Europa, no existe el mínimo control exigible para separar las semillas transgénicas, con lo cual su incorporación a la cadena alimentaria es un hecho.

Catorce meses más tarde, a las denuncias anteriores, debemos agregar dos nuevas afrentas a todas las personas que habitan en el Estado español:
 El Gobierno del Sr. Aznar ha autorizado la comercialización de 5 nuevas variedades de transgénicos: Al margen de la existente moratoria de hecho en toda la UE sobre la autorización de la comercialización de nuevas variedades de semillas transgénicas, se autorizó, en febrero pasado, la venta en el Estado español de 5 nuevas variedades de maíz transgénico Bt, similares al actualmente sembrado.
 En abril, con su mayoría parlamentaria, el PP ha aprobado la nueva Ley que regulará la liberación al medio ambiente de los OMG, transponiendo (descafeinando, más bien) una Directiva Europea del año 2001. Aunque esta tibia Directiva presenta muchas lagunas y aspectos criticables, obliga a cumplir unos requisitos más estrictos para poder liberar OMGs al medioambiente. Ninguno de ellos está presente en la ley aprobada.

Los transgénicos nos han invadido, con nocturnidad y alevosía, ya están en nuestros campos y platos y en esta guerra no declarada, pero real, son unas armas tan genocidas como incontrolables e irreversibles. Por eso algunas personas, colectivos y organizaciones sociales hemos decidido adherirnos a la iniciativa de la Semana Europea de Caza-genes, entre el 14 y 20 de mayo, llamando a todas las personas que habitan en Catalunya y el Estado español a ejercer su legítimo derecho a la autodefensa frente a la invasión transgénica y, mediante la desobediencia civil pacífica, a rechazar activamente a esta invasión. Al igual que año pasado, reiteramos las exigencias entonces planteadas:
 La total prohibición de cualquier liberación de OMGs al medioambiente en el Estado español, ya sean cultivos comerciales o campos experimentales
 El fin de la importación de maíz, soja o cualquier otro producto que contenga transgenes o sus derivados a través de cualquier puerto del Estado español
 El fin de la financiación pública a la investigación en cultivos transgénicos y la aplicación de estos fondos a estudios agroecológicos

Además, considerando las fechas electorales que atravesamos, pedimos a la ciudadanía catalana, vaya a votar o no, que exija a los candidatos a cargos públicos municipales en Catalunya a definirse públicamente sobre:
 Su disposición a declarar ?Libre de Transgénicos? a todo el ámbito territorial del Municipio y a hacer cumplir esta declaración.
 Que se exija a dichos candidatos un compromiso claro en el camino hacia una Catalunya Libre de Transgénicos, incluyendo la lucha en contra de cualquier forma de patente sobre la vida.

En ejercicio de nuestra legítima defensa frente a la invasión transgénica, debemos recuperar nuestros derechos a establecer qué tipo de agricultura y alimentación queremos para las personas que vivimos en Catalunya y en el conjunto del Estado español; en suma, recuperar nuestra Soberanía Alimentaria.

¡Los transgénicos nos han invadido! ¡Boicot preventivo a los transgénicos!

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