Exigen organizaciones que México exponga el caso de la contaminación del maíz en la Cumbre Mundial de la Alimentación

Pese a que algunos resultados sobre la contaminación del maíz mexicano con transgénicos fueron dados a conocer hace más de nueve meses, el gobierno aún no informa oficialmente a la ciudadanía mexicana, que se lo ha exigido de diversas maneras, ni tampoco ha informado oficialmente sobre el asunto a la comunidad internacional.

*México no sólo no reportará avances en la reunión auspiciada por la FAO, sino que deberá reportar retrocesos, pues incumplió los Compromisos 3 y 4 de la Declaración de Roma: Covantes

*Es muy grave que las empresas presenten la tecnología Terminator como la solución a la contaminación cuando en realidad buscan impedir que los campesinos tengan el control de sus semillas: Ribeiro

*México está obligado a importar 2.5 millones de toneladas de maíz de EU por el TLCAN, pero en ningún lado dice que este grano tenga que ser transgénico: Suárez

 

*Soberanía alimentaria significa que los productores podemos definir qué y como producir; ese papel no le corresponde a las transnacionales: Castillo

Las organizaciones Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular (Casifop), Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (CECCAM), Grupo de Estudios Ambientales (GEA), Greenpeace, Grupo ETC, Guerreros Verdes, Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México (RAPAM) y la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) demandaron al gobierno mexicano hacer públicos los estudios sobre el grado de contaminación del maíz nativo por transgénicos y los planes para enfrentar la situación, así como exponer este problema en la Cumbre Mundial de la Alimentación, que se llevará a cabo en Roma, auspiciada por la FAO, durante la siguiente semana (10 al 13 de junio).

En la Cumbre Mundial de la Alimentación, delegaciones de 185 países se reunirán para evaluar los avances hechos en el compromiso de eliminar el hambre de nuestro planeta. Durante esta reunión, se abordará también lo relativo a la seguridad alimentaria mundial, y es en éste punto en el que el gobierno mexicano, cuya delegación será encabezada por Javier Usabiaga, secretario de Agricultura, debe tomar la iniciativa y exponer a la comunidad internacional que, a pesar de que México firmó el Convenio de Diversidad Biológica y están obligado a proteger el reservorio genético de nuestro país, ha fallado y hoy el maíz mexicano está contaminado con transgenes. Dado que se trata de la primera vez en que un centro de origen y diversidad de un cultivo es contaminado, es fundamental que la comunidad internacional esté informada y tome las medidas para proteger este grano, fundamental para la seguridad alimentaria del mundo.

Si bien la FAO considera posible que la aplicación de la biotecnología pueda llegar a ser una opción para resolver el problema del hambre -posición con la que las organizaciones convocantes discrepamos-, este organismo ha reconocido que los organismos genéticamente modificados entrañan riesgos potenciales para la salud y para el medio ambiente, por lo que se debe tener cautela si se considera introducirlos. Más aún, entre los posibles riesgos admitidos por la FAO están: controles inadecuados; transferencia de alergenos, efectos imprevisibles, desplazamiento no deseado de genes y peligros para el ambiente.

"Peor aún, México no sólo no reportará avances en esta reunión, sino que, claramente, tendrá que reportar graves retrocesos. El Compromiso 3 de la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial (FAO, 1996), dice: "promoveremos el desarrollo de políticas y prácticas participativas y sustentables en lo relativo a comida, agricultura, pesquerías, bosques y desarrollo rural...", en tanto que el Compromiso 4 dice: "nos esforzaremos para garantizar que el comercio de los productos agrícolas y alimentos y que las políticas comerciales en general conduzcan y fomenten la seguridad alimentaria para todos mediante un sistema mundial de comercio más justo". Es claro que pese a que México suscribió estos compromisos los ha incumplido flagrantemente. Este es el "avance" que México debe reportar en la reunión de la siguiente semana. Nuestras autoridades no pueden continuar simulando que la contaminación del maíz mexicano no ha pasado", afirmó Liza Covantes, coordinadora de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace México.

Pese a que algunos resultados sobre la contaminación del maíz mexicano con transgénicos fueron dados a conocer hace más de nueve meses, el gobierno aún no informa oficialmente a la ciudadanía mexicana, que se lo ha exigido de diversas maneras, ni tampoco ha informado oficialmente sobre el asunto a la comunidad internacional.

"En efecto, el grave problema de la contaminación del maíz mexicano no pudo ser tratado en las sesiones conjuntas del Convenio de Diversidad Biológica ni en la del Protocolo de Bioseguridad de Cartagena en abril pasado, pese a la amplia y pública preocupación de muchos países que ven el caso mexicano como un ejemplo de lo que se avecina debido a la liberación de organismos genéticamente modificados en centros de origen y diversidad. Al parecer, este tema tampoco será presentado por México en esta ocasión", puntualizó Silvia Ribeiro, del Grupo ETC (antes RAFI).

Ribeiro agregó que es muy grave que "con respecto al tema de la contaminación por transgénicos, las propias empresas responsables busquen ahora presentar a la tecnología Terminator como una "tecnología verde" que puede prevenir el flujo genético, cuando en realidad esta tecnología transgénica busca impedir que los campesinos tengan el control de sus propias semillas. Esto también atenta contra la seguridad alimentaria mundial, Es una tecnología inmoral y la Cumbre Mundial debe recomendar su prohibición generalizada antes de que sea tarde".

"Nos preocupa el silencio de la Secretaría responsable del desarrollo agrícola nacional ante un problema de seguridad nacional y de relevancia mundial, como es la contaminación genética de variedades criollas de maíz mexicano. Esta secretaría es también responsable de los compromisos contraídos por México ante la FAO para abatir el hambre de la ciudadanía. Precisamente la contaminación genética del maíz en su centro de origen pone en riesgo la seguridad alimentaria, contrario al compromiso de acabar con el hambre en el mundo", agregó Covantes.

"Desde que se hizo público el hecho de la contaminación, en septiembre de 2001, Usabiaga, sin otra salida y después de haber negado la contaminación, dijo que haría una investigación. Hasta el momento, no ha dado a conocer los resultados de los análisis moleculares aplicados a muestras colectadas en diversas comunidades del territorio nacional", agregó Covantes.

Por su parte, Víctor Suárez, director de ANEC, dijo que "es urgente parar las importaciones de maíz transgénico para no seguir contaminando las variedades criollas y nuestra fuente de sustento. México está obligado por el TLCAN a importar 2.5 millones de toneladas anuales de maíz, pero no está obligado a que ese maíz sea transgénico. Este compromiso en el TLCAN debería ser suspendido en forma inmediata, ya que la actitud cínica e hipócrita de Estados Unidos con su nueva política agrícola muestra claramente que no le interesa el "libre comercio" sino solamente destruir las economías agrícolas de los otros países del Tratado. Por eso reclamamos que se suspenda el capítulo Agropecuario del TLCAN, ya que Estados Unidos unilateralmente no lo está cumpliendo y amenaza económica y ambientalmente con sus exportaciones a los campesinos mexicanos".

De acuerdo con informes preliminares, en la Cumbre Mundial de la Alimentación en vez de constatar los avances de las metas trazadas en 1996, se verificará que la situación ha empeorado.

 

"Los campesinos organizados en la red mundial Vía Campesina reclamamos que nuestros países realmente redefinan sus políticas agrícolas para promover la soberanía alimentaria" dijo Jaime Castillo, de UNORCA, y agregó: "En 1996 las multinacionales dijeron que la meta era producir mayor volumen de alimentos, para vender sus productos a costa de las economías campesinas. Ahora, se reafirmó que el aumento de volumen no tiene nada que ver con el acceso a los alimentos, y además nos están invadiendo con sus productos transgénicos y que contaminan nuestro propio maíz. Soberania alimentaria significa que los productores podamos definir también qué y como producir en los ámbitos local y nacional, para garantizar el bienestar de todos y no solamente de las corporaciones agrobiotecnológicas trasnacionales".

Castillo agregó que: "no solamente se introducen transgénicos al país a través de importaciones, sino que también se les subsidia a través de recursos públicos. Las nuevas disposiciones de los programas de Alianza para el Campo subsidian directamente a la empresa Monsanto, ya que se les dan a los agricultores semillas transgénicas de algodón y soya como parte de los programas públicos y también se le pagan a esa misma empresa las regalías que pide por estas patentes que en México no son válidas".

Finalmente, Catherine Marielle, de GEA, aseveró: "Además de promover medidas urgentes para detener la contaminación del maíz mexicano, se necesita apoyo para que los campesinos establezcan formas de recuperar las variedades locales de semillas de maíz y otras plantas y para que estén en condiciones económicas de usarlas. Es urgente promover políticas que apoyen una agricultura sustentable, favorable a los campesinos y al ambiente, y capaz de producir alimentos seguros y sanos para todos los consumidores rurales y urbanos. Ya es tiempo de apoyar decididamente a los productores del campo en su labor ancestral de conservación y recreación del patrimonio biogenético del país y en la enorme inversión de trabajo que implica restaurar los suelos erosionados. Para esto, los programas enfocados al desarrollo deben integrar la doble meta de garantizar el derecho de todos a una alimentación sana y el derecho de los agricultores a producir en forma sustentable.”

Para más información, contactar a Cecilia Navarro, a los teléfonos 8590-5645, 5590-9474 y 044-55-5940-6033 o visitar la página

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