Perú: prohibición de los plaguicidas extremada y altamente peligrosos, medida preventiva a los casos de intoxicaciones y muertes que se vienen produciendo a causa de estos venenos

Un colorido Pasacalle organizado por la Red de Acción en Alternativas al uso de Agroquímicos (RAAA), Red de Acción en Plaguicidas para América Latina (RAP-AL), el Instituto VIDA, la Oficina Técnica de Ozono del MITINCI y la Municipalidad de Lima, se llevó a cabo el día de ayer en el Centro de Lima, como parte de las actividades de celebración por el DIA MUNDIAL DEL NO USO DE PLAGUICIDAS, donde más de 600 personas, entre estudiantes de colegios, grupos de teatro y ambientalistas se congregaron para alertar a la población sobre los peligros del uso de plaguicidas en el campo y la ciudad; así como la contaminación que se produce al ambiente.

También se llevó a cabo el Foro por el DIA MUNDIAL DEL NO USO DE PLAGUICIDAS, organizado por la RAAA, RAPAL y el Despacho de la Congresista Maruja Alfaro, donde se presentó la propuesta para la prohibición y/o restricción de los plaguicidas de la categoría Ia y Ib. De los aproximadamente 900 plaguicidas químicos que se venden actualmente en el mercado nacional, 119 son catalogados como Extremadamente (Ia) y Altamente (Ib) peligrosos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En el año 2000, el Centro de Información, Control Toxicológico y apoyo a la gestión ambiental (CICOTOX) que atiende en su mayoría casos de intoxicaciones por productos químicos en Lima, reportó 952 casos de intoxicaciones por plaguicidas. Según la OMS, en el mundo se estima que 3 millones de personas se intoxican por plaguicidas de las cuales 220 mil mueren.

Estas sustancias en otras partes del mundo se encuentran restringidas o prohibidas por sus consecuencias en la salud y el ambiente. Además en las condiciones socioeconómicas de los agricultores (analfabetismo, falta de información y carencia de recursos para adquirir equipos de protección), no permiten que estos venenos de alta peligrosidad puedan ser manejados adecuadamente sin que represente un riesgo para su salud. Asimismo, existen comunidades altoandinas, muy alejadas, que carecen de establecimientos de salud y/o medicamentos que puedan garantizar una atención rápida y adecuada cuando se producen intoxicaciones por plaguicidas. Por otro lado, existen alternativas no contaminantes y químicas menos tóxicas (moderadamente y ligeramente tóxicas), que pueden sustituir a los plaguicidas Ia y Ib sin que haya riesgo de que las plagas para las cuales se destinan no sean controladas.

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