Argentina: donde hubo sequía, el río desborda y está a punto de tapar un pueblo

Idioma Español
País Argentina

Salta: “La situación es dramática”, advirtió el intendente de Villa Río Bermejito. Ya hay 1300 autoevacuados y si el agua sube cinco centímetros más, cubrirá las viviendas hasta la mitad

Si hace unos días algún salteño le echó la culpa de los desbordes del río Tartagal al incremento de lluvias, ahora Chaco podrá echarle la culpa a Salta por el desborde de los suyos. Chaco fue noticia hace un tiempo por la falta de agua, la escasez de lluvias, pero ahora, y como consecuencia de lo ocurrido en Salta, tres localidades chaqueñas están afectadas por el desborde de los ríos Bermejo y Teuco. En el norte chaqueño, unas 1300 personas, en su mayoría indígenas, siguen evacuadas. “La situación es dramática”, resumió el intendente de Villa Río Bermejito al explicar que si el agua sube cinco centímetros más en estos días, las casas tendrán agua hasta la mitad. Un especialista atribuye la crecida a la deforestación.

Las zonas afectadas fueron Sauzalito, Fuerte Esperanza y Villa Río Bermejito, a unos 400 kilómetros de Resistencia. El río Bermejo es el límite entre Chaco y Formosa y el Bermejito es su afluente y pasa por la villa del mismo nombre.

“La situación es dramática, he visto chivos flotando en un corral”, relató a Página/12 el intendente de Villa Río Bermejito, Lorenzo Heffner. El problema “viene desde hace veinte días, cuando comenzó en Salta. El río Bermejo tiene 80 kilómetros de costa en ese municipio, de los cuales se desbordaron 15. Hay 800 personas afectadas en su ribera. Si crece más, romperá la defensa y el agua llegará hasta la mitad de una puerta”, relató.

El jefe comunal explicó que la mayoría de la gente “se autoevacua, no quiere salir de sus casas, no quieren estar lejos de los animales”. El río Bermejo tiene habitualmente unos 150 metros de ancho y “ahora con el desborde llega hasta los 15 kilómetros. El río se metió en el monte, donde hay yacarés, por lo tanto la gente no puede trasladarse a caballo”.

Para frenar el agua hay una defensa hecha de piedras, “que si se rompe provocaría que el agua llegara hasta la mitad de las casas”, advirtió el intendente, quien pidió “canoas, frazadas, ropa y zapatillas” para los inundados.

El ingeniero agrónomo Guillermo Stahringer, presidente de la Red Agroforestal Chaco Argentina, atribuyó la crecida a los desmontes en la selva salteña. “En Tartagal, de la selva de las yungas se ha sacado mucho monte que estaba a la ribera del río. Por lo tanto, el efecto esponja que hace el bosque cuando hay muchas precipitaciones, al sacarlo, desaparece, entonces el agua va rápido hacia los cauces de los ríos”, señaló.

Para el especialista, es importante saber el efecto de la presencia de bosque: “Evita sequías e inundaciones, atempera el clima y sirve para formación de suelos, favorece la biodiversidad. Si se saca el bosque no hay suelo ni agua”. Los ríos de Tartagal “son afluentes del Bermejo y le hacen aumentar el caudal”. Hace seis meses, la zona hoy afectada por el desborde “sufría sequía y allí no ha llovido tanto como para provocar lo que sucede”.

Pero el desmonte no es sólo característico de Salta, también afecta al Chaco. En los últimos 50 años “se arrasaron 2 millones de hectáreas en el centro y sur del Chaco para la explotación de algodón y soja. En los últimos 15 años, la mitad de esos suelos ya no sirven por la pérdida de nutrientes que se agotaron por falta de bosque, que es el que los renueva”, afirmó Stahringer. “El desmonte en Chaco está cerca de las zonas actualmente afectadas por las aguas.”

Actualmente “se está demontando otro millón de hectáreas y aún queda bastante bosque, pero si se sigue a este ritmo se desmontará todo y cuando se actúa salvajemente no se recupera nada”. Según el especialista, “si se sacaran los árboles que realmente se pueden sacar y se hace de forma racional, hasta se podría tener una producción mucho mayor que la que tiene Chaco y con una alternativa sustentable”.

Informe: M. Sol Wasylyk Fedyszak

Página 12, Argentina, 18-4-06

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