Argentina-Chile: La renovada fiebre por los diques y las minas

La industria minera en Chile, sector en expansión, consume el 40% de la electricidad que se genera en el país. La actual crisis energética que atraviesa y las perspectivas de profundización del modelo extractivo requieren miles de megavatios. En ese contexto, la construcción de más de una veintena de centrales hidroeléctricas en los caudalosos ríos sureños aparecen como alternativa. En Argentina, el desembarco minero a lo largo de los Andes -iniciado en la década del '90- también exige una ampliación de la torta energética, y represar el sur aparece como una opción en los despachos gubernamentales. El impacto en las poblaciones locales, valles productivos e incluso áreas protegidas de la Patagonia, así como la unilateralidad de los beneficios económicos, quedan fuera de la agenda de ambos Estados

"Se ha dado una imagen colectiva de necesidad de energía. Preguntemos quién necesita la energía, si realmente la población, la gente que está en las casas o la gran minería", plantearon Álvaro Gianinni y Magdalena Pavez. Ellos viven en Palena, X Región de Chile, y se oponen al avance minero en su provincia y a la construcción de la represa La Elena en Corcovado (Chubut, Argentina), que afectaría la cuenca binacional del río Corcovado-Carrenleufú. "En la provincia de Palena no hay energía suficiente para llevar a cabo proyectos mineros, así que los diques que tienen pensados tanto para Aysén como para Corcovado [dique La Elena] tienen ese objetivo, la minería. Específicamente en la provincia de Palena, sobre Futaleufú [población de Chile] y los sectores fronterizos con Argentina, hay más de 90 mil hectáreas solicitadas para exploración y explotación minera. Por eso estamos alertas y la idea es poder trabajar en conjunto con gente de Esquel [Argentina] y Corcovado", señalaron.

En la comuna de Palena, fundada en terrenos "extremadamente fértiles" para el desarrollo de la agricultura y la ganadería, viven unas 1600 personas distribuídas en partes iguales entre el sector rural y el urbano. "En el año '95 el Estado chileno, a través del Servicio Nacional de Geología y Minería, hizo un estudio geoquímico donde se detectó la presencia de oro, zinc, plata, entre otros minerales. A partir de ese estudio empresas extranjeras, principalmente canadienses, francesas y norteamericanas, profundizaron las investigaciones en la zona", relataron.

"Respecto a la cantidad de superficie solicitada, se trata de una información reciente y no publicada aún, ya que no dicen dónde están las concesiones", aclararon. " Sí sabemos que han otorgado derechos de explotación dentro de la Reserva Nacional Lago Palena, cuyo lago es binacional y es conocido como lago Vinter, en Chubut. Ya hay una gravedad en el hecho de que es una reserva nacional protegida por el Estado, por eso queremos saber quiénes están atrás de estas concesiones", enfatizaron. Pavez y Gianinni también destacaron que en cercanías del lago Espolón, en Futaleufú, han sido asignadas para exploración más de 3.800 has. Las empresas que están trabajando en el área principalmente son la norteamericana Geocom y la canadiense Kinross, las que, según advirtieron, "están abiertas a lanzar nuevas solicitudes, por lo tanto la superficie puede aumentar".

"También está lo que sucede más al sur con el río el Tranquilo, en la Región XI, Aysén, que es toda una cuenca que implica 60 mil has", agregaron. "En términos ambientales es una zona inexplorada; hay allí alrededor de 50 familias que trabajan la agricultura y que no han tenido ningún tipo de información sobre lo que se viene y a las que ya les solicitaron el subsuelo, porque el Estado es el dueño de acuerdo a la Ley de Minería firmada por [el dictador Augusto] Pinochet".

Respecto al proyecto La Elena advirtieron sobre los riesgos a los que se expone la población aguas abajo de la represa. "El área afectada por inundación serían más de 15 mil has de valle río abajo, en donde hay escuelas rurales, casas, población asentada. Nosotros vamos a hacer todo lo posible por defender esta zona. Se trata de un trayecto de 70 km de río afectado". Ellos marcaron la diferencia con la represa de Futaleufú, construida en los años '70 sobre el río del mismo nombre. Esta central cercana a la localidad chubutense de Trevelin tuvo -y tiene- por finalidad abastecer a la fábrica de aluminio Aluar, ubicada en Puerto Madryn. Pavez y Gianinni remarcaron: "Por un tema técnico de pendiente [la central de Futaleufú] no ha tenido gran impacto en el lado chileno [Valle del Yelcho]. En el caso de Palena es distinto, ya que las diferencias de cota son mínimas. En el sector de Palena el río está a 270 mts, y 70 km más abajo la diferencia de cota es de tan sólo 50 mts. Con cualquier crecida brusca el área inundable es mayor cuando hay pendientes leves. En nuestro caso se estarían inundando los valles más productivos".

Más allá de la necesidad energética de las empresas mineras con miras a asentarse en Palena, cuando en 2003 se reflotó el proyecto La Elena -del que comenzó a hablarse en 1989- se mencionó que la electricidad allí generada tendría como destino principal nuevamente a la fábrica Aluar, que amplió su capacidad productiva.

Aysén: el complemento necesario

El sur de Chile aparece en el ojo de un huracán 'energético'. Según la agrupación Jóvenes Tehuelches, en la X Región se proyectan 4 represas -entre ellas El Portón [1] y Steffen, planeadas por Endesa Chile, que afectarían las cuencas binacionales de los ríos Puelo y Manso-; 11 más en la XI Región y otras 7 en la XIV Región. Un reciente informe que difundió Radio Mundo Real [2] de Uruguay dio cuenta de la resistencia ciudadana lanzada contra estos proyectos hidroeléctricos. Allí se reafirma que al ser "tan descomunal la demanda de agua y energía que las corporaciones mineras necesitan para su funcionamiento en la cordillera, los gobiernos no dudan en crear presas hidroeléctricas argumentando la necesidad de energía para el país, energía que es exclusivamente para las mineras multinacionales".

Las represas que afectarían a los ríos Baker y Pascua, en Aysén, serían construídas por un consorcio constituido por Endesa -que es filial de la corporación Endesa España y posee derechos sobre cerca del 80% de las aguas chilenas- y por la local Colbún -perteneciente al grupo Matte, el segundo holding más importante del país-, que formaron la sociedad HidroAysén. En declaraciones a RMR el periodista Patricio Segura Ortíz, integrante de la coalición ciudadana "Aysén Reserva de Vida", afirmó: "HidroAysén tiene la finalidad de represar el río Baker en dos tramos y el río Pascua en tres tramos para generar 2.750 megavatios, inundar 5.900 has de bosque nativo y transmitir y vender esa energía al norte del país. (...) La Región de Aysén tiene 100 mil habitantes, que basan su economía en el turismo y el sector agropecuario, en ninguna parte aparecen las represas. Eso es lo que hemos decidido como Región y no pueden venir a imponernos un proyecto que no es para Chile sino para las mineras transnacionales. Sólo un 15% de la energía la consumen los ciudadanos, es consumo domiciliario"[3]. Significativemente, ese mismo porcentaje de la torta energética requiere la estatal Corporación Nacional del Cobre -pilar de las arcas públicas- para funcionar; y más significativo aún es que en los próximos 9 años esta empresa duplicará su demanda.

Según Aysén Reserva de Vida, en la zona costera de esa Región "la empresa canadiense Noranda ha propuesto desarrollar un proyecto de reducción de aluminio". Para que esta factoría -conocida como Alumysa- pueda ser impulsada se requiere "la generación de enormes cantidades de energía eléctrica, lo que haría necesario la construcción de tres centrales hidroeléctricas de embalse con la consiguiente destrucción de miles de hectáreas de bosques vírgenes, lagos y ríos, flora y fauna"[4].

También en la Décima, la empresa suiza Xstrata Copper impulsa el proyecto "Energía Austral 2007-2010", de construcción de tres centrales hidroeléctricas sobre los ríos Cuervo, Blanco y Cóndor, para "crear fuentes de abastecimiento eléctrico para aprovisionar a la explotación de cobre de yacimientos de la División Norte de Chile, sociedad que administra y controla sus activos". Un informe publicado por la agencia ANRed sostiene: "El primer proyecto se desarrollaría en el Río Cuervo, ubicado en las cercanías de la localidad de Puerto Aysén y Puerto Chacabuco, por lo que vecinos de esas comunas comenzaron una serie de protestas para evitar la construcción de la represa no sólo por potenciar un daño ecológico en una de las reservas naturales más apreciables de esa región, sino también porque la edificación de la hidroeléctrica generaría presión magmática submarina, incrementando riesgos sísmicos futuros"[5].

En estos territorios se están jugado cartas definitivas en estos años y de lo que allí suceda depende el futuro de miles de personas y de un complejo ecosistema. En la recientemente constituida XIV Región de Los Ríos están proyectadas las centrales San Pedro, a cargo de Colbún; Choshuenco y Neltume, de Endesa; Pellaifa y Liquiñe, de la noruega SN Power; y la nueva captación de la existente Pullinque, de la transnacional italiana Enel [6]. En aquellas latitudes, comunidades mapuche, organizaciones ambientalistas y prestadores turísticos encabezan la oposición a los proyectos. En octubre pasado las comunidades José Neculfilo y Vicente Pitrillán, del sector de Karvrvgi, expulsaron de sus territorios a SN Power, que había comenzado desplegar sus maquinarias para hacer estudios de factibilidad [7].

Argentina: es también una cuestión de energía

Desde la década del ´90 en Argentina se vive un vertiginoso avance de la industria minera, principalmente yacimientos metalíferos que son explotados a cielo abierto. Este modelo, que tiene su correlato con el implementado en Chile, ha trasformado la Cordillera de Los Andes -según Javier Rodríguez Pardo (Movimiento Antinuclear Chubutense, RENACE-UAC)- en un tercer país cedido a las multinacionales. Y en ese 'tercer país' también se establecen las corporaciones energéticas, que afectan cuencas hídricas binacionales, a fin de saciar la necesidad de agua y megavatios para profundizar el proyecto extractivo. Así como Codelco consume el equivalente a toda la población de Chile, al este de la Cordillera la explotación de la mina de Bajo La Alumbrera, en Catamarca, insume el equivalente a lo producido por la central nuclear de Atucha, según estima Rodríguez Pardo. "Alguna vez refiriéndonos a Futaleufú, la represa que da energía a Aluar, dijimos que el 75% de un lingote de aluminio lo compone la energía, el resto mano de obra, insumos y alúmina. ¿Qué exportamos señores? No exportamos aluminio, exportamos energía", enfatizó. [8]

Lucas Chiappe, de la ong Proyecto Lemu - Epuyén, Chubut -, resumió lo que sucede en la Patagonia argentino-chilena como "la fiebre de los diques". Según el activista, "en toda la zona de Aysén, y de Lago Puelo para abajo, aparecen las 16 represas que están imaginando construir en Chile, el dique Los Monos [9] (en Río Senguerr, Chubut), el dique La Elena, los diques [Cóndor Cliff y La Barrancoa] que acaba de anunciar [el presidente Néstor] Kirchner en el río más grande de la Patagonia del lado argentino, el río Santa Cruz. Nos han engañado durante mucho tiempo, sobre todo a través de las diferentes crisis de las que se ha hablado mucho en la Argentina, sobre la gran demanda de energía que supuestamente necesitamos. Y hoy es lo mismo que le están vendiendo a los chilenos".

El dique Los Monos es un proyecto que genera gran controversia entre los pobladores de Chubut y Santa Cruz, ya que afecta la zona limítrofe entre ambas provincias. El objetivo de este dique no sería abastecer de agua a la población del noreste santacruceño -como propagandizan las autoridades provinciales- sino a las petroleras. Al respecto Chiappe informó: "Uno de los motivos por los cuales se va a hacer el dique Los Monos es, justamente, para el rebombeo de los pozos secundarios que ya prácticamente están agotados y que necesitan una ingente cantidad de agua para volver a sacar lo poco del fondo que les queda a esos pozos petroleros". El agua también se va como energía, siguiendo el planteo de Rodríguez Pardo.

Esta "fiebre de los diques" aparece como un problema serio y concreto en el corto plazo, y en respuesta a ello diferentes organizaciones y asambleas de la Patagonia han comenzado a reunirse y poner y el tema en discusión. Es lo que cuenta Daniel Otal, de FM Alas: "Cerca del mes de noviembre del año pasado empezó a haber una fuerte reacción de las comunidades de la región de Aysén, en Chile, que se sumó a lo que se venía conociendo como el complejo La Elena, en la zona de Corcovado, y a la resonada represa Los Monos, en Alto Río Senguerr. Hubo una confluencia de pobladores en un encuentro a principios de este año en Lago Puelo, donde se informó de la totalidad de los proyectos que había en Patagonia para producir energía eléctrica, que iban a servir como estructura estratégica a la explotación minera tanto en Argentina como en Chile. Allí pudimos enterarnos y se pudo socializar la información sobre 23 represas, con la característica que tienen de ser proyectos transfronterizos". La cancha está marcada y la pelota empezó a rodar, hace rato.

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Notas:

[1] Ver informes aquí y aquí
[2] Escuchar informe
[3] En las Regiones I y II, las mineras consumen el 90% de lo que produce el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING). Ver informe
[4] Ver informe
[5] Ver informe
[6] Ver informe
[7] Ver informe
[8] Los testimonios de Javier Rodríguez Pardo , Lucas Chiappe y Daniel Otal fueron obtenidos durante el encuentro "Patagonia: Nuevos Escenarios de Conflicto por el Territorio y Construcción de Resistencias", los días 21, 22 y 23 de septiembre, en El Bolsón, provincia de Río Negro. Ver aquí
[9] Ver informe aquí

Por ra.moc.oohay@nacsreh y ra.moc.oohay@70oiggamrm
Para moc.liamg@aldoibaicnega

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