Argentina: actividades en día mundial contra los transgénicos y por soberanía alimentaria en Santa Fe

Idioma Español
País Argentina

La alimentación es un derecho humano básico. Todos los pueblos y Estados tienen el derecho fundamental de definir las políticas agropecuarias alimentarias que afecten sus vidas y sus sustentos. La Soberanía Alimentaria es la independencia y posibilidad de que cada argentino pueda tener acceso a alimentos seguros, culturalmente apropiados, producidos de manera sustentable y respetuosos por el ambiente. Incluye el acceso equitativo a la tierra, a las semillas, al agua y a otros recursos productivos

En el marco de la Jornada Mundial contra los Transgénicos y por la Soberanía Alimentaria, se realizaron las siguientes actividades:

En la Defensoría del Pueblo de la provincia de Santa Fe, se inició el expediente referente a la solicitud de prohibir la producción y comercialización de alimentos que contengan Organismos Genéticamente Modificados (OGM). Miembros de Santa Fe por la Soberanía Alimentaria fueron recibidos por el Director, Dr. Mufarrege, quien se comprometió a llevar adelante las gestiones pertinentes para dar curso a lo solicitado. Ver texto en archivo adjunto.

El día sábado 8 de abril, a partir de las 12 hs., un grupo de militantes liderados por dos espantapájaros desocupados -debido a la implantación del modelo biotecnológico basado en transgénicos, agrotóxicos y siembra directa-, repartieron más de 800 folletos específicos sobre transgénicos y 300 folletos sobre soberanía alimentaria, generándose fructíferos debates con el público asistente. Ver fotos en archivo adjunto.

Las actividades fueron difundidas a través de:

TV Canal 2 de Cablevideo; programas radiales "El mango del hacha" (FM 98.1), "Entre mate y mate" (LRA14 Radio Nacional), "Marta de tarde" (LT9-Radio Brigadier López), "Fuera de Foco" (FM91.9); Diario UNO (una página en la edición del 08/04/06); revista electrónica "El mango del hacha" N° 73.; Compartiendo (FM 90.1) -

SANTA FE POR LA SOBERANIA ALIMENTARIA está integrado por :

- Sindicato de Amas de Casa - Centro de Estudios Políticos y Sociales sobre Género – (CEPGen) - Comité Movilizador del Foro Social Mundial - Programa Argentina Sustentable (PAS) - Centro de Protección a la Naturaleza. (CeProNat) ra.moc.oohay@airatnemilainarebos

8 de Abril

 

Jornada Internacional contra los transgénicos y por la Soberanía Alimentaria

 

El modelo biotecnológico (semillas transgénicas, agroquímicos y siembra directa) aplicado desde 1996 en nuestro país ha determinado que nos convirtiéramos en el segundo productor mundial de cultivos transgénicos (soja, maíz y algodón). La provincia de Santa Fe es la primera productora de soja transgénica en nuestro país.

 

No a los transgénicos !

La palabra "transgénico" proviene de "trans" (cruzar de un lugar a otro) y "génico" (referido a los genes). En resumidas palabras, es todo aquel organismo que tiene incorporado un gen extraño.

Los transgénicos u Organismos Genéticamente Modificados (OGM) han sido producidos por una tecnología explotada prematuramente desde el punto de vista comercial mucho antes de que sus cimientos científicos se hubieran consolidado. Su introducción fue acompañada de investigaciones manipuladas, de sobornos, de científicos amordazados, de encubrimientos y de la infiltración de representantes de industrias en las agencias reguladoras o de control estatal. Con pruebas cada vez más obvias de problemas sanitarios y ambientales serios, compañías transnacionales como Monsanto, Syngenta, Dupont-Pioneer, Groupe Limagrain, KWS, Land O´Lakes, Sakata y Bayer, entre otras, abusan peligrosamente de la confianza del público.

Promovida con fines estrictamente comerciales, esta tecnología arriesga inútilmente la salud de la población y del medioambiente. Los actuales conocimientos no son suficientes para modificar sin peligro y de manera previsible el genoma de los seres vivos. Los riesgos, así como efectos secundarios serios, superan ampliamente las ventajas anunciadas: la población argentina debería dejar de ser alimentada con los productos de una ciencia inmadura. De acuerdo a las evidencias, una vez que los OGM se liberan en el ambiente, es probable que nunca se los pueda volver a encontrar.

Las evaluaciones sanitarias actuales son insuficientes para detectar la mayor parte de los efectos dañinos asociados. Cuando un gen extraño se inserta artificialmente en un organismo vivo tal como una planta transgénica, los genes naturalmente preexistentes en este organismo pueden ser involuntariamente suprimidos o inhibidos o activados de manera permanente, o también ser el objeto de una mutación, de una fragmentación. Centenares de genes naturales pueden cambiar su manera de generar proteínas (moléculas básicas que forman las células vivas), e incluso la proteína producida por el gen extraño puede diferir de la que se esperaba.

Las pautas sanitarias de prueba y control de los países centrales y periféricos han sido descartadas y varios indicios sugieren que los alimentos de origen transgénico son peligrosos. Animales alimentados de esta manera tuvieron problemas de crecimiento, de desarrollo de ciertos órganos, de reacción inmunitaria exagerada, problemas también en la formación de las células de la sangre y del hígado, así como órganos lesionados (hemorragias del estómago, multiplicación excesiva de células, inflamación del tejido pulmonar), problemas de esterilidad y un crecimiento de la tasa de mortalidad, incluso para la descendencia.

Los riesgos crecen con el hecho de que los genes insertados en los alimentos no solamente sobreviven a la digestión sino que se transmiten a los órganos y sistemas circulatorios del cuerpo. Los transgenes pueden encontrarse en la sangre, el hígado, el bazo y los riñones. El ADN puede viajar, vía la placenta, hacia el feto. El único estudio clínico realizado en el hombre mostró que transgenes de soja se habían propagado en la flora intestinal.

La afirmación según la que nadie fue lesionado por alimentos transgénicos es engañosa ya que no se hace ningún estudio de impacto sanitario. Sabemos con certeza que la tasa de alergias a la soja aumentó súbitamente de un 50% en el Reino Unido, después de que fueran importadas porotos de soja OGM, y que el aporte de alimentos OGM provocó la muerte de un centenar de estadounidenses e hizo que enfermaran entre 5.000 y 10.000.

Ciertos OGM producen su propio insecticida llamado Bt; en nuestro país han sido liberados para su uso el maíz (popularizado como “sin bicho”) y el algodón. Su aprobación se apoya en la hipótesis de que la toxina no es biológicamente activa en los mamíferos. Sin embargo, la toxina Bt provocó fuertes reacciones inmunitarias, así como un aumento de peso excesivo en el caso de los ratones. Los filipinos que vivían cerca de maizales Bt desarrollaron misteriosos síntomas durante el período de polinización – tres estaciones seguidas – y análisis de sangre demostraron una inmunorespuesta al Bt. Un informe de la India de noviembre del 2005 afirma que el algodón Bt también crea respuestas alérgicas. ¿Qué podemos decir de la eventualidad de una transferencia de gen Bt hacia las bacterias del intestino como para los genes de soja? Este fenómeno podría transformar nuestra flora interna en una fábrica viva de pesticida.

A pesar de lo que dicen las agencias de relaciones públicas, las publicidades, algunas revistas y suplementos de difusión, los representantes de las compañías de agroquímicos, algunos funcionarios públicos y científicos, los OGM aumentan el uso de herbicidas, bajan la producción media de los cultivos y comprometen la soberanía y la seguridad alimentaria. Perjudican la agricultura a largo plazo y biológica, y atrapan a los productores agrícolas en un ciclo de endeudamiento y de dependencia, promoviendo la concentración de tierras y la migración rural a los centros urbanos. Incrementan la deforestación, especialmente en zonas marginales o poco aptas para los cultivos; ponen en peligro la biodiversidad al eliminar o fragmentar de manera excesiva los hábitats naturales; dañan a los insectos benéficos; eliminan y/o perturban las bacterias del suelo; contaminan las variedades no transgénicas eliminando material genético original, y pueden persistir durante generaciones en el medioambiente.

Las compañías de seguros cubren los daños a las cosechas pero de ninguna manera aceptan cubrir los riesgos inherentes a los OGM.

Los consumidores informados no los desean. De todas maneras, existe un gran desconocimiento por parte del público: la mayoría de los alimentos elaborados que consumimos poseen soja o derivados de la misma incorporados en su formulación. Pero la intensa actividad publicitaria y los inmensos recursos financieros ocultan o desdibujan la verdad, confundiendo a la población.

Como detectar ogm en nuestros alimentos

Lo más práctico es analizar la declaración de ingredientes. Hay que prestar atención en las siguientes palabras en los productos que se compran en los supermercados, almacenes y dietéticas: aceite de soja, lecitina (la mayoría contiene bases de soja) o lecitina de soja (también aparece camuflado con la inscripción INS 322 o 322), proteína vegetal texturizada, proteína texturada de soja, dextrosa, aceite vegetal hidrogenado, emulsificante, proteína de soja aislada o harina de soja. En las verdulerías santafesinas se comercializa el choclo blanco (maíz Bt) llamado “sin bicho”.

Si a la Soberanía Alimentaria

La alimentación es un derecho humano básico. Todos los pueblos y Estados tienen el derecho fundamental de definir las políticas agropecuarias alimentarias que afecten sus vidas y sus sustentos.

La Soberanía Alimentaria (SA) es la independencia y posibilidad de que cada argentino pueda tener acceso a alimentos seguros, culturalmente apropiados, producidos de manera sustentable y respetuosos por el ambiente. Incluye el acceso equitativo a la tierra, a las semillas, al agua y a otros recursos productivos. Asimismo, reconoce que la herencia cultural y los recursos genéticos pertenecen a la humanidad. Esto significa que todas las formas de vida deben protegerse del patentamiento. La SA incluye la justicia entre géneros, la igualdad de condiciones políticas y económicas entre hombres y mujeres.

Seguridad Alimentaria no es lo mismo que Soberanía Alimentaria. La primera sólo garantiza que se produzca una cantidad de comida accesible para todos; en cambio , la Soberanía Alimentaria se centra en cuestiones como qué comida se produce, dónde se produce y en qué escala.

 

Sindicato de Amas de Casa de la Provincia de Santa Fe.
Comité Movilizador del Foro Social Mundial/Santa Fé
Programa Argentina Sustentable- Pas Región Santa Fe.
Centro de Políticas Sociales sobre Género - CEPGen
Centro de Protección a la Naturaleza - CeProNat

Contacto: ra.moc.oohay@airatnemilainarebos

Más información:
www.altercampagne.free.fr
www.greenpeace.org.ar
www.seedsofdeception.com

Santa Fe, 06 de abril de 2006.

Al Señor Defensor del Pueblo Adjunto

de la Provincia de Santa Fe

Sr. Julio Bermúdez

S / D

De nuestra consideración:

Las entidades abajo firmantes, integrantes del colectivo grupal ‘Santa Fe por la Soberanía Alimentaria , con sede en Salvador del Carril 968 de la ciudad de Santa Fe, se dirigen a Ud. a los efectos de solicitarle que recomiende al Gobierno de la Provincia de Santa Fe la prohibición para producir, distribuir y consumir alimentos que contengan Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en el territorio santafesino, atendiendo a la salud de sus habitantes de acuerdo a lo normado.

Amparándonos en el Principio de Precaución que surge de la Constitución Nacional y expresamente consagrado en la Ley General del Ambiente (N° 25.675), fundamentamos nuestra propuesta en los antecedentes obrantes en el expediente 26239 y a nueva evidencia científica surgida hasta la fecha sobre transgénicos (ver Anexo I).

De acuerdo a la Comisión Nacional de Biotecnología (CONABIA), Argentina considera y define como Organismo Genéticamente Modificado (OGM) a aquél en el que cualquiera de sus genes u otro material genético haya sido modificado de manera tal de producir una combinación nueva de material genético el cual es capaz de ser insertado en un organismo en el que esa combinación no ocurra naturalmente y dentro del cual será material genético heredable. Por su parte, el Dr. Diego Suárez en su documento ‘Transgénicos: la situación en Argentina’ cita el Decreto 206/01 que reglamenta la Ley 25.127 sobre Producción Ecológica, Biológica u Orgánica, que define en su Artículo 11 como OGM a un organismo cuyo material genético ha sido modificado de una manera que no ocurre en el apareamiento y/o recombinación natural. Por su parte el Servicio Nacional de Sanidad Animal-SENASA considera en la Resolución 412/02 que un OGM es ‘(un) organismo que contenga información genética adquirida por técnicas de ADN recombinante’.

Las pautas sanitarias de prueba y control de los países centrales y periféricos adicionados a otros indicios anexos sugieren que los alimentos de origen transgénico son peligrosos: animales alimentados de esta manera tuvieron problemas de crecimiento, de desarrollo de ciertos órganos, de reacción inmunitaria exagerada, problemas en la formación de las células de la sangre y del hígado, así como órganos lesionados (hemorragias del estómago, multiplicación excesiva de células, inflamación del tejido pulmonar), problemas de esterilidad y un crecimiento de la tasa de mortalidad, incluso para la descendencia. Los riesgos crecen con el hecho de que los genes insertados en los alimentos no solamente sobreviven a la digestión sino que se transmiten a los órganos y sistemas circulatorios del cuerpo. El único estudio clínico realizado en el hombre mostró que transgenes de soja se habían propagado en la flora intestinal. Asimismo hay estudios que constatan que la tasa de alergias a la soja aumentó súbitamente de un 50 % en el Reino Unido, después de que fueran importadas porotos de soja OGM, y que el aporte de alimentos OGM provocó la muerte de un centenar de estadounidenses e hizo que enfermaran entre 5.000 y 10.000 personas más.

Consideramos que los transgénicos u Organismos Genéticamente Modificados (OGM) han sido producidos por una tecnología explotada prematuramente desde el punto de vista comercial mucho antes de que sus cimientos científicos se hubieran consolidado. Los actuales conocimientos no son suficientes para modificar sin peligro y de manera previsible el genoma de los seres vivos. Los riesgos, así como efectos secundarios, superan ampliamente las ventajas anunciadas. Por su parte las evaluaciones sanitarias actuales en nuestro país son insuficientes para detectar la mayor parte de los impactos dañinos asociados.

Retomando el informe ya citado del Dr. Suárez y respecto del Principio de Precaución, establece que la sociedad no puede esperar hasta conocer todas las respuestas, antes de tomar medidas que protejan la salud humana o el medio ambiente de un daño potencial. Sus requisitos son: a- falta de certidumbre científica; b- amenaza de daño grave e irreversible al medio ambiente o la salud humana, animal, o vegetal. Por consiguiente se hace necesario tomar medidas de prevención, se adelanta en la toma de decisiones aún antes de que el daño pueda identificarse y conmensurarse.

Teniendo en cuenta lo expuesto, el experimento a gran escala al que está siendo sometida nuestra región y particularmente la provincia de Santa Fe, al adoptar el sistema biotecnológico de producción (semillas transgénicas, herbicidas y siembra directa) ha redundado por un lado en excepcionales ganancias económicas para un determinado grupo, pero un claro y visible retroceso para una gran parte de la población, su salud y el ambiente.

A pesar de lo que dicen las agencias de relaciones públicas, las publicidades, algunas revistas y suplementos de difusión, los representantes de las compañías de agroquímicos, algunos funcionarios gubernamentales y científicos, los OGM aumentan el uso de herbicidas, bajan la producción media de los cultivos y comprometen la soberanía y la seguridad alimentaria. Perjudican la agricultura a largo plazo y atrapan a los productores agrícolas en un ciclo de endeudamiento y de dependencia, promoviendo la concentración de tierras y la migración rural a los centros urbanos. Incrementan la deforestación, especialmente en zonas marginales o poco aptas para los cultivos, ponen en peligro la biodiversidad al eliminar o fragmentar de manera excesiva los hábitats naturales, dañan a los insectos benéficos, eliminan y/o perturban las bacterias del suelo, contaminan las variedades no transgénicas eliminando material genético original y pueden persistir durante generaciones en el medioambiente.

Para salvaguardar la salud de todos/as los/as santafesinos/as, reiteramos que el Poder Ejecutivo de la Provincia de Santa Fe deberá proceder a prohibir la producción, distribución y consumo de alimentos que contengan Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en todo el territorio santafesino. SERÁ JUSTICIA.

Centro de Estudios Políticos y Sociales sobre Género-CEPGEN
Sindicato de Amas de Casa Filial Santa Fe
Comité Movilizador Santafesino del Foro Social Mundial
Programa Argentina Sustentable-Región Santa Fe
Centro de Protección a la Naturaleza-CEPRONAT

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