Argentina: camino a la soberanía energética

Idioma Español
País Argentina

“Sabemos muy bien que con el 51% de las acciones de Repsol en YPF no se resuelven los problemas de fondo en materia energética, pero frente al ataque español y de la Comunidad Económica Europea estamos dispuestos a defender esta medida y poner nuestros esfuerzos en ir por más."

La decisión del gobierno argentino de renacionalizar la compañía petrolera nacional Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) ha recibido elogios de oponentes del neoliberalismo y la privatización en y fuera del país. Durante su presidencia (1989-1999), el mandatario argentino Carlos S. Menem privatizó YPF, y la vendió a la empresa privada Repsol por $15 mil millones. El engendro resultante de esta transacción, Repsol YPF, es hoy una compañía global con sobre 36 mil empleados y operaciones en más de treinta países en cinco continentes. En abril de 2012 Repsol tenía 51% de las acciones de la petrolera argentina, las cuales están en proceso de ser expropiadas por el gobierno de la actual presidenta del país, Cristina Fernández.

 

Un poco sobre Repsol

 

Repsol fue fundada en 1987 en medio de una reordenación del sector petrolero español. Su privatización, gestionada en respuesta a exigencias “anti-monopolísticas” de la Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea) comenzó dos años más tarde con una transacción que involucró al banco BBV. En 1990 la petrolera mexicana Pemex compró 5% de Repsol. Para el final de 1995, la compañía estaba privatizada en un 79%, con el BBV (5.2%), Pemex (5%) y el grupo bancario catalán La Caixa (5%) como sus principales accionistas. La privatización culminó en 1997 cuando el estado español vendió el 10% que le quedaba. Fue entonces que comenzó de lleno su expansión global. En 1999 se adueñó, con la bendición del presidente argentino Menem, de 97.81% de la argentina YPF. Tras esa privatización, YPF pasó a ser la mayor compañía privada de petróleo y gas de Latinoamérica, y una de las mayores petroleras privadas del mundo.

 

América Latina siempre fue clave en la expansión de Repsol. En 2000 la empresa estableció acuerdos en Cuba, Argentina, Colombia, Chile, Trinidad & Tobago y Venezuela. En 2001 entró en Brasil, convirtiéndose en la segunda petrolera integrada del país, y formó la empresa conjunta Repsol YPF Gas Bolivia.

 

Ese año también anunció trabajos en yacimientos hidrocarburíferos en varios países, incluyendo a Libia e Indonesia. En 2006 compró un 10% de la West Siberian Resources para participar en proyectos rusos y firmó con la compañía rusa Gazprom un principio de acuerdo para desarrollar proyectos conjuntos en Europa, Latinoamérica, África y la Federación Rusa.

 

Me permito citar un extracto de un informe extenso sobre Repsol publicado en 2011 en Ecuador, que da una idea de lo gigantesco y global de las operaciones de esta compañía:

 

En 2009, Repsol realizó… la campaña exploratoria más exitosa de su historia con un total de 15 descubrimientos de petróleo y gas. Tres de ellos –Abaré Oeste en Brasil, Buckskin en Estados Unidos y Perla 1X en Venezuela- se situaron entre los diez más importantes descubrimientos offshore del mundo en 2009, siendo además Perla 1X el mayor descubrimiento de gas en la historia de la compañía.

 

Ya a finales del primer semestre del año pasado (2010), Repsol YPF tenía planificado su plan de intervención para empezar en los próximos meses la exploración petrolera de la Cuenca Norte de Cuba, empleando una plataforma de aguas profundas de fabricación china. Según las estimaciones de la oficina de Estudios Geológicos del gobierno estadounidense, Cuba tiene reservas no descubiertas de más de 5000 millones de barriles de petróleo, una cantidad similar a las reservas comprobadas de países productores de petróleo como Ecuador o Colombia. (Por favor, no me pregunten cómo puede uno cuantificar reservas petroleras no descubiertas. Solo confiemos en la sabiduría de los geólogos petroleros.)

 

La ambición sin límites de Repsol YPF se plasma en la apertura constante de nuevos mercados, entre los que hay que significar su reciente entrada en Angola, uno de los países con mayor potencial en exploraciones de petróleo y con unas reservas estimadas de 30.000 millones de barriles. Repsol YPF se ha adjudicado tres bloques exploratorios en aguas de Angola, los bloques se encuentran en la cuenca de Kwanza, geológicamente comunicada con la de Santos en Brasil, y participa en ellos junto a otras petroleras como Sonangol, Eni y Conoco.

 

La nacionalización

 

El pasado 16 de abril la presidenta Cristina Fernández envió a la legislatura nacional un proyecto de ley para la expropiación de las acciones de Repsol en YPF. El Senado aprobó abrumadoramente el proyecto el 26 de abril tras una intensa sesión de debate de 15 horas. Bajo los términos de esta nacionalización, 49% de la compañía permanecerá en manos de inversionistas privados, argentinos y extranjeros.

 

Organizaciones ambientalistas, campesinas e indígenas han expresado apoyo a la nacionalización. El Movimiento Nacional Campesino e Indígena (MNCI), declaró que “La transnacional REPSOL debe hacerse cargo de los daños ambientales que ha generado y los perjuicios a los bienes naturales, resarciendo económicamente al país y a las comunidades campesinas e indígenas que han sido afectadas. REPSOL está aún en deuda con el pueblo argentino y la naturaleza.”

 

“Indudablemente que esta medida es un cambio, no total pero sí un cambio, en la realidad de los hidrocarburos del país”, expresó el Nuevo Proyecto Energético Latinoamericano (NPEL). “Después de 20 años de la privatización de la petrolera estatal, los argentinos volvemos a hablar de estatización, nacionalización y de expropiación. El sólo hecho de que en la sociedad argentina, y esencialmente entre los trabajadores, se estén discutiendo estos temas marca una tendencia opuesta a la que se viene dando en las dos últimas décadas. Es más, podríamos asegurar que desde hace 40 años no se discute en la Argentina, a favor del Estado, quién debe ser el propietario de los hidrocarburos, ni quién debe manejarlos, ni en manos de quiénes debe quedar la enorme renta petrolera.”

 

Añade NPEL que “Ahora creemos que estamos en mejores condiciones para seguir debatiendo qué hacer y cómo profundizar, a partir de la movilización, la recuperación de los recursos naturales en general y los hidrocarburos en particular… No se sabe aún ciencia cierta cuánto le van a pagar por las acciones expropiadas, nosotros estamos convencidos que no se debe pagar un solo centavo y que se debe determinar el valor de los daños ambientales dejados por esta y todas las petroleras privadas.”

 

Repsol protestó de inmediato. “La compañía considera que la medida anunciada es manifiestamente ilícita y gravemente discriminatoria”, dice en su página web. “Esta decisión no afectará a los planes de desarrollo de la compañía ni a su estrategia corporativa. La medida supone un patente incumplimiento de las obligaciones asumidas por el Estado argentino en la privatización de YPF violando los más fundamentales principios de seguridad jurídica y de confianza de la comunidad inversora internacional. Repsol llevará a cabo todas las medidas legales que procedan para preservar el valor de sus activos y los intereses de todos sus accionistas.” (Énfasis en el original)

 

El gobierno español tampoco lo ha tomado bien. El presidente Mariano Rajoy ha amenazado a Argentina con sanciones económicas, y la vicepresidenta y portavoz del gobierno Soraya Saenz de Santamaría declaró que España protegerá junto a sus aliados la “seguridad jurídica de las inversiones europeas en el mundo”. Por su parte, la Unión Europea está considerando llevar un caso contra Argentina a la Organización Mundial de Comercio.

 

La organización alemana Salva la Selva está exhortándole al gobierno de Rajoy a respetar la decisión de Argentina y reconocer los negativos impactos ambientales de las actividades de Repsol en Argentina y en otros países. Salva la Selva señala que Repsol-YPF ha sido juzgada tres veces por el Tribunal Permanente de los Pueblos por sus crímenes ambientales y violaciones a los derechos humanos, incluyendo en 2010 por sus acciones en el campo petrolero Cerro Bandera en Argentina, donde la corporación fue encontrada culpable de violar los derechos de la comunidad mapuche de Lonko Purran.

 

“Señores empresarios de España, se les tiene que acabar la fiesta y queremos que empiece a escribirse una nueva historia distinta en la Argentina”, exhorta el NPEL. “Sabemos muy bien que con el 51% de las acciones de Repsol en YPF no se resuelven los problemas de fondo en materia energética, pero frente al ataque español y de la Comunidad Económica Europea estamos dispuestos a defender esta medida y poner nuestros esfuerzos en ir por más. Ir por todo, porque la Argentina necesita es avanzar en la nacionalización, la estatización y el control de los trabajadores de los recursos naturales y energéticos.”

 

¿Repsol es la víctima?

 

Sectores progresistas y ecologistas también argumentan que el gobierno español no tiene que estar ayudando a Repsol, ya que ésta fue privatizada y actualmente la mayoría de sus accionistas son extranjeros.

 

“¿Son Repsol y otras corporaciones transnacionales como Telefónica, BBVA o Iberdrola ‘nuestras empresas’?”, pregunta desde España el Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL). “En la última década, hemos visto cómo en muchas ocasiones los principales medios de comunicación y los gobernantes españoles se referían así a las grandes corporaciones cuya sede central se encuentra en el Estado español… Pero estas empresas, que sí puede decirse que fueron ‘nuestras’ hasta finales de los años noventa -no olvidemos que compañías como Repsol, Telefónica, Endesa y Gas Natural fueron de titularidad pública hasta hace apenas una década y media-, hoy sólo pertenecen a sus accionistas. Y, en realidad, ellos son los únicos beneficiarios, junto con los directivos y ejecutivos de estas compañías y todos esos políticos y empresarios que se han hecho de oro atravesando las ‘puertas giratorias’ que conectan el sector público y el mundo empresarial, con la expansión global de los negocios de estas compañías.”

 

Cito de nuevo el documento de OMAL:

 

En América Latina, las poblaciones afectadas y numerosas organizaciones sociales responsabilizan a las compañías multinacionales del saqueo de los recursos naturales, la privatización de los servicios públicos, la desregulación del mercado laboral, el desplazamiento de comunidades indígenas y el deterioro de los ecosistemas de la región… En el caso de las transnacionales españolas, las operaciones de empresas como Repsol, Endesa, Unión Fenosa, BBVA y Santander, entre otras, han sido objeto de múltiples estudios e investigaciones que permiten concluir, como decía la sentencia de la última sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos realizada en Madrid en mayo de 2010, que estos casos no son sino «la expresión (a través de un espectro muy amplio de violaciones, de responsabilidades, de imputabilidades) de una situación caracterizada por la sistematicidad de las prácticas que prueban el papel tanto de las transnacionales europeas como de la Unión Europea y de los Estados de América Latina».

 

Por su parte, Repsol ha sido acusada de operar en 17 resguardos indígenas en Bolivia, contaminar el territorio mapuche en Argentina y el Parque Nacional Yasuni en Ecuador, violar los derechos humanos en Colombia y, en el caso de Argentina, la compañía ha causado importantes y persistentes impactos sobre el ambiente, la vida y la cultura de sus habitantes, en especial de las comunidades indígenas en cuyos territorios opera. Además, con el apoyo de los organismos internacionales, Repsol obtuvo una posición de absoluto control de la energía que ha aprovechado para implementar una infraestructura que ha favorecido el uso irracional de los recursos; la empresa elevó las tarifas del mercado argentino a los precios internacionales, olvidando sus costos y dejando a grandes sectores de la población sin posibilidad de acceder a la energía.

 

A principios de abril, en respuesta a un pedido de información del Parlamento español, el gobierno de Rajoy alegó no tener conocimiento del pobre desempeño de Repsol-YPF en materia de derechos humanos y protección ambiental, a pesar de que éste había sido extensamente documentado al menos desde 2007, cuando las organizaciones catalanas Àgora Nord Sud y Observatori del Deute en la Globalizació publicaron un informe de 112 páginas sobre el particular.

 

Ecologistas aconsejan cautela

 

Muchas agrupaciones ecologistas ven la nacionalización de YPF con un optimismo cauteloso.

 

La organización argentina Observatorio Petrolero Sur (Opsur) expresó que la nacionalización no apunta a la raíz de la situación y que en el debate público “primó un punto de vista económico en desmedro de abordajes ambientales y sociales”. Opsur nota con gran preocupación que en el país se habla mucho de explotar los yacimientos de gas y petróleo no convencionales del país, especialmente el de Vaca Muerta en la provincia de Neuquén. Los llamados yacimientos no convencionales sólo pueden ser explotados mediante técnicas como la fractura hidráulica (fracking), la cual tiene la oposición de ambientalistas en Norteamérica debido a su inmenso impacto ambiental.

 

“El escenario futuro podría ser de profundo riesgo ambiental y social para gran parte del país, como lo demuestra la experiencia internacional”, advierte Opsur.

 

El grupo español Ecologistas en Acción aplaude la acción de Argentina, pero señala que “Como colectivo ecologista, y siendo plenamente conscientes de que el Gobierno argentino no está pensando en cuestiones medioambientales a la hora de tomar esta decisión, seguiremos vigilantes ante sus futuras actuaciones, en coherencia con la labor de denuncia que venimos realizando en apoyo a aquellos colectivos sociales –comunidades indígenas como los mapuches, e incluso los propios trabajadores de la compañía- que en último término son quienes venían sufriendo las consecuencias de la avaricia de los inversores de esa empresa, conocida por su desprecio a la naturaleza y a los derechos humanos en la mayor parte de los países en los que opera.”

 

Ruiz Marrero es periodista investigativo y educador ambiental. Es además creador de la página web Haciendo Punto en Otro Blog. Su identificación en Twitter es carmeloruiz.

 

FUENTES:

 

Àgora Nord Sud y Observatori del Deute en la Globalizació “Repsol-YPF: Un discurso socialmente irresponsable” 2007. Ver aquí
Ecologistas en Acción. 18 de abril 2012. Ver aquí
Decio Machado. “Repsol y sus (ir)responsabilidades en Ecuador” 19 de febrero 2011. Ver aquí
Movimiento Nacional Campesino e Indígena. 23 de abril 2012. Ver aquí
Nuevo Proyecto Energético Latinoamericano. 18 de abril 2012. Ver aquí
Observatorio de Multinacionales en América Latina. 19 de abril 2012. Ver aquí
Observatorio Petrolero Sur. 19 de abril 2012. Ver aquí
Repsol. Declaración ante la expropiación de YPF. Ver aquí
Repsol. Historia oficial de la compañía. Ver aquí
Repsol Mata. “El gobierno español responde a pregunta parlamentaria sobre Repsol YPF” 9 de abril 2012. Ver aquí
Salva la Selva. 26 de abril 2012. Ver aquí

 

Fuente: ALAI

Temas: Petróleo

Comentarios