Asalto a la biomasa del planeta

"Las nuevas energías “verdes” de la industria biotecnológica son más que nada propaganda, los gobiernos no deberían incrementar los subsidios a estas empresas. La materia prima en la que se basa dicha industria —llamada “biomasa” en términos generales— no es ni abundante ni fácilmente convertible a químicos, plásticos y combustibles renovables"

Montreal, 22 de julio de 2009. Mientras cientos de delegados se reunían en la Sexta Conferencia Anual de Biotecnología y Bioprocesamiento Industrial en el Palais des Congrès en Montreal, un grupo de ONGs –Grupo ETC, Greenpeace y Biofuelwatch– se unieron en una conferencia de prensa, para advertir que las nuevas energías “verdes” de la industria biotecnológica son más que nada propaganda, que los gobiernos no deberían incrementar los subsidios a estas empresas y que la materia prima en la que se basa dicha industria —llamada “biomasa” en términos generales— no es ni abundante ni fácilmente convertible a químicos, plásticos y combustibles renovables.

Jim Thomas, investigador del Grupo ETC, afirmó que detrás del fino velo verde de la “energía limpia” y los “plásticos renovables”, hay una inmensa disputa industrial de las grandes empresas biotecnológicas por apropiarse de la mayor cantidad posible de biomasa del planeta: “El control que tienen los gigantes genéticos sobre los componentes más pequeños de la vida, como el ADN, se ha vuelto mucho más rápido y sofisticado con la inversión de miles de millones de dólares en nuevas tecnologías como la metagenómica y la biología sintética. El 25 por ciento de la llamada biomasa mundial – de todo tipo, incluyendo vegetales, bosques, residuos y otras fuentes de biomasa- ya fue mercantilizada. Ahora la industria está tras el 75 por ciento restante. La búsqueda de mayores cantidades de celulosa vegetal —el material orgánico más abundante en la Tierra— hará que las reservas naturales y las llamadas “tierras marginales” se vuelvan más comercialmente valiosas que nunca. Hace tres años, muchas organizaciones no gubernamentales advertimos que la demanda del etanol de maíz provocaría un alza de precios de alimentos y hambruna. Tuvimos razón. Ahora lanzamos el alerta de que este acaparamiento masivo de la biomasa tendrá consecuencias igualmente devastadoras para la gente —sobre todo en los países del Sur, porque es ahí a donde estas compañías irán a buscar materia prima cuando ésta se acabe o no puedan conseguirla en sus propios países.”

Rachel Smolker de Biofuelwacht, con sede en el Reino Unido, desafió a las compañías presentes en la Conferencia BIO a hacerse una pregunta fundamental: “¿Existe suficiente biomasa en el mundo para todos sus propósitos previstos? La respuesta es un contundente no.” Citó metas y números de uso de biomasa utilizados por gobiernos y por la industria para probar su argumento: Los Estados Unidos adoptaron una meta de producción de 36 mil millones de galones de biocombustibles anuales para el año 2022, argumentando que hay mil trescientos millones de toneladas de biomasa disponibles. Pero de acuerdo a varios análisis, ¡para esto se necesitaría arrasar 80 por ciento de la biomasa disponible en tierras agrícolas, bosques y pastizales! Y esta es sólo una de las metas previstas. La fuerza aérea estadounidense pretende sustituir 25 por ciento de su demanda de combustible por biocombustible, y la industria aérea comercial está siguiendo sus pasos. La industria química tiene como meta sustituir 10 por ciento de su materia prima por biomasa. Mientras tanto, la mayor parte (el 70 por ciento de los subsidios) de las políticas de apoyo a la energía renovable ( principalmente para electricidad y calefacción) se traducen al consumo simultáneo de biomasa con carbón y otras tecnologías de biomasa. La combinación de estas metas es completamente insostenible, sobre todo en el contexto de la necesidad de alimentar una población creciente, ecosistemas en declive y la degradación de tierras y aguas.

Eric Darier, Director de Geenpeace Quebec, exhortó a los gobiernos y a los inversionistas privados a tener cuidado en sus contactos con el cabildeo biotecnológico y a no subirse ciegamente al “tren de la innovación”: “Necesitamos apoyar y aplicar el principio precautorio reconocido en la legislación internacional y realizar evaluaciones de todo el ciclo vital de las tecnologías propuestas, rigurosos e independientes, antes de declarar cualquier tecnología ´verde´.” Darier denunció la falta de participación pública en los debates sobre la biotecnología y cuestionó la falta de apoyo a pericias científicas independientes que verifiquen las afirmaciones de la industria. “La sociedad requiere una evaluación estratégica completa de cada tecnología durante su desarrollo. Si no lo hacemos, tendremos que lidiar con las consecuencias décadas después, como lo estamos haciendo ahora con los químicos tóxicos y los pesticidas.”

Contactos para entrevistas a los medios:

Jim Thomas, Grupo ETC +1 613 261-8580
Rachel Smolker, Biofuelwatch +1 802 735-7794
Eric Darier, Greenpeace Quebec +1 514 605-6497

Temas: Agrocombustibles, Nuevas tecnologías

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