Chile: Pascua Lama, las delicadezas de la Barrick Gold

Idioma Español
País Chile

La minería no es una actividad "delicada". Esto lo está confirmando en cada uno de sus actos pasados y presentes la empresa Barrick Gold Co. (BGCo), la que desea instalarse en la tercera región con un proyecto que consiste en la explotación a cielo abierto de un depósito del oro, plata y cobre, situado sobre la cordillera de los Andes en la frontera Chileno-Argentina

Adital - Para avalar esto, sólo basta con revisar algunos antecedentes de la multinacional, como por ejemplo saber que su fundador fue el comerciante de armas saudí, Adnan Khashoggi, y donde también aparecen vinculadas figuras como el ex presidente norteamericano George Bush y el millonario venezolano, Gustavo Cisneros. Ellos han puesto al servicio de la empresa todo su poder para hacer valer sus influencias, llegando incluso a acusarse a George Bush padre, de apoyar la invasión norteamericana a Zaire, cuyo resultado final fue la entrega de una millonaria concesión minera de oro, diamantes y petróleo a la Barrick.

Pero el manto de oscuridad que rodea a la empresa no sólo se conjuga en eso, sino que también en los negativos impactos para la salud humana y para el medio ambiente que tienen sus proyectos. En el caso particular de Pascua Lama la evaluación ambiental debe considerar las 48 mil toneladas diarias de material removido, el impacto de 750 trabajadores temporales, la contaminación de material particulado que genera el tránsito permanente de camiones, y el tránsito de 16 mil toneladas diarios de cianuro sódico -aspecto sobre los cuales la empresa tiene cifras negativas de accidentes en Australia-. Si a esto agregamos que la minería aurífera arroja 79 toneladas de desechos por cada 28 gramos de oro y aporta el 96% de la emisión global de arsénico, las dudas sobre su sustentabilidad son grandes.

Además la empresa va a depositar los estériles sobre los nacientes de los ríos, por lo que van a contaminar con arsénico y otras sustancias peligrosas las aguas de la región. Esto afectará, por ejemplo, a la localidad Valle de San Félix, comuna sin cesantía, formada por agricultores que aportan a la región, los que se abastecen de dos ríos que nacen de los deshielos de glaciares cordilleranos que dejarían de tener agua pura.

Con todos estos antecedentes, más lo complejo que se plantea el tema de los tres glaciares, a los que debe considerarse como un ecosistema y no como un bloque de hielo, y donde los informes preliminares de dos glaciólogos del Centro de Estudios Científicos de Valdivia, señalan la necesidad de realizar por lo menos seis estudios complementarios, resulta increíble -aunque a esta altura ya nada resulta serlo- la actitud que ha asumido el gobierno para defender esta nueva inversión extranjera. Los argumentos han sido los mismos de siempre -generación de empleo, inversión y progreso. Pero esto no es así, ya que esta empresa muy probablemente no pagará impuestos, tal como lo hizo con la minera El Indio durante 20 años; además de los cerca de mil empleos que se mantendrán durante la operación, sólo uno de cada 25 será de la zona, según datos de prensa. En cambio, la explotación de la mina colocará en riesgo el empleo de las cerca de ocho mil que viven de la agricultura, al afectar los cursos naturales de agua dulce, recursos que actualmente en el planeta sólo bordea el 3% y del cual sólo un 1,5% es potable. No hay que olvidar que en la III región, la minería da sólo un 0,1% del empleo mientras que la agricultura llega al 18%.

Por ello el proyecto Pascua Lama pone al descubierto como se ha abordado el tema ambiental en los gobiernos de la Concertación, donde las figuras de la COREMA y la CONAMA aparecen como blanqueadores de sepulcros, al estar integradas por personas de confianza del gobierno de turno. Ello hace que estos organismos sean ejecutores de los intereses políticos y económicos, como sigue pasando, y donde priman intereses muy lejanos al cuidado y protección del medio ambiente, como señala un reportaje de Revista Cosas, indicando que la votación de José Miguel Insulza para la OEA estuvo ligada a la negociación del proyecto de Barrick Gold en Chile.

El autor es Economista, Director de Oceana, Oficina para América del Sur y Antártica

Fuente. ADITAL

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