Guatemala: ayuda que no ayuda

Idioma Español
País Guatemala

Tras el paso del huracán Stan muchas comunidades indígenas en Guatemala han perdido todo lo que tienen, que no es mucho. Pero sobretodo han perdido la cosecha de maíz y algunos animales de patio que debería asegurarles buena parte de su alimentación del próximo año. Este es el verdadero drama: la vulnerabilidad de tantas familias que dependen del éxito de una cosecha

Frente a estas situaciones, y como medida transitoria, se hace necesaria la ayuda alimentaria de emergencia. Es decir, el envío de comida mientras se ponen en marcha programas de rehabilitación de sus propias capacidades productivas. La ayuda alimentaria les está llegando desde otros puntos de Guatemala solidarizados con sus hermanos, y también desde el extranjero vía ONG o bien desde el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA).

La gestión del PMA debe ser muy cuidadosa, entregando alimentos propios de los hábitos de consumo de la región. No debe cronificarse más allá de lo necesario para no desincentivar las iniciativas de producción de las gentes de la zona compitiendo a un precio muy inferior. Y sobretodo no ha de ser un mecanismo para subvencionar los excedentes de agriculturas superintensivas como las de la Unión Europea y los EE.UU. Cuando las mágicas leyes de la oferta y la demanda del mercado no funcionan, el PMA se convierte en un mecanismo estupendo para financiar a potentes sectores cerealistas.

Pero además una de las prácticas habituales (y demostradas por institutos independientes) que se han dado en años anteriores con las ayudas del PMA en Centroamérica, ha sido el envío de maíz transgénico. Más concretamente modalidades de maíz transgénico no aprobados para el consumo humano en Estados Unidos. Se trata del maíz amarillo que se utiliza para el engorde de cerdos. Además de consumir este maíz transgénico, los “beneficiados”, utilizan parte del grano recibido para sembrarlo y cultivarlo. Y ya tenemos una nueva fórmula de invasión de un maíz patentado propiedad de multinacionales como Monsanto, en los campos donde nació y fue domesticado el maíz de todos los campesinos, el maíz sin dueño. Hay que estar atentos para que no se repitan estas modalidades de ayudas envenenadas.

Gustavo Duch Guillot

Director de Veterinarios sin Fronteras
gro.aegnap@hcudg / Veterinarios Sin Fronteras

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