México: mientras el Senado ratifica el Protocolo de Cartagena, los diputados congelan la Ley de Bioseguridad debido a presiones de la industria agrobiotecnológica

Este día, el Senado de la República ratificó el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología, herramienta indispensable para regular el movimiento transfronterizo de los organismos vivos modificados o transgénicos. Por su parte, la fracción panista de la Cámara de Diputados fue convencida por la industria agrobiotecnológica de congelar la iniciativa de Ley en Bioseguridad que quedó pendiente desde la legislatura anterior.

Por esta razón, activistas de Greenpeace visitaron este día la Cámara de Diputados y durante el cierre del período ordinario de sesiones desplegaron una manta con el mensaje “Ley de Bioseguridad, Hoy Hoy Hoy”, a fin de recordarle a los legisladores que tienen una responsabilidad impostergable de tomar medidas para proteger la biodiversidad mexicana de los organismos genéticamente modificados, especialmente el maíz.

“Felicitamos a los senadores de la LVIII legislatura por reconocer la importancia de este instrumento regulatorio con el que brindan a México la posibilidad de proteger la biodiversidad del territorio nacional ante los posibles efectos negativos de los transgénicos, mismos que ya contaminaron genéticamente variedades nativas de maíz en Oaxaca y Puebla”, aseveró Liza Covantes, coordinadora de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace México.

El Protocolo de Cartagena, firmado por México en mayo de 2000, requiere de la rectificación de 50 naciones para entrar en vigor. Se pretende que esto ocurra en agosto, durante la reunión de Río +10, que se llevará a cabo en Johannesburgo. Es muy positivo que México llegue a esta reunión con esta ratificación en la mano, tal y como se comprometió a hacerlo durante la reunión países megadiversos, celebrada en Cancún en febrero pasado.

“Sin embargo, el hecho de que la Cámara de Diputados no esté caminando en la misma dirección es muy preocupante. Existen iniciativas de Ley de Bioseguridad desde 1999, si bien algunas de ellas han tenido errores, desde entonces ha habido una fuerte discusión alrededor, se han incorporado enmiendas y recomendaciones de los sectores científico, social e incluso empresarial. De hecho se han presentado nuevas iniciativas. Que ahora las empresas y los científicos digan que no se les toma en consideración y que con ello logren que haya sido descartada de la agenda no hace sino demostrar exactamente lo contrario”, agregó Covantes.

“Si el Poder Ejecutivo no toma las medidas necesarias para detener la contaminación del maíz mexicano, empezando por la importación de las variedades transgénicas de este grano, el Congreso tiene que hacerlo. No se trata de criminalizar la investigación científica, como maniqueamente los representantes de la industria afirman, se trata de que la biodiversidad no sea afectada y de que los más pobres no pierdan aun más en el camino. Es para eso para lo que una ley en bioseguridad es indispensable”, afirmó María Colín, asesora de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace México.

Durante su estancia en la Cámara de Diputados, los integrantes de Greenpeace repartieron al pleno una hoja en la que se enumeraban los “por qué” de una “Ley de Bioseguridad Hoy Hoy Hoy”.

Greenpeace México, Boletín Nº 222, 30 de abril de 2003

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