Argentina: Detenciones en Tinogasta

Alrededor de las 14.30 del día 12 de mayo, efectivos de la Policía de Catamarca detienen a tres ambientalistas que hacían guardia en una posición de bloqueo dispuesta sobre la Ruta Nacional 60 (RN 60), en el municipio de Tinogasta, para impedir el transporte de suministros al complejo extractivo de Bajo de la Alumbrera.

 

Diálogo con Darío J. Moreno (40), miembro de la Asamblea de Ciudadanos en Defensa de la Vida y el Agua.*

 

P: ¿Qué ocurrió durante las primeras horas de la tarde del sábado?

 

R: Nos habíamos enterado de que venía un convoy de camiones protegidos por infantería y policías de civil. Así que fuimos tres compañeros y una chica que estaba filmando hasta el cruce de un camino comunero. Bloqueamos directamente la ruta; nos habían dicho que venían dispuestos a cualquier cosa, a levantar el acampe. Aparecieron los camiones; intentamos pararlos. Se adelantan las camionetas de infantería, bajan los infantes y nos empiezan a pegar bastonazos, patadas; nos reducen, nos tiran gas pimienta, nos esposan y así nos cargan en las camionetas. Nos llevan a los palos, usando el gas pimienta como si se lo regalaran, hasta Fiambalá, a 50 km de donde había sucedido el hecho. Nos pusieron en un calabozo y nos tuvieron secuestrados 4 o 5 horas; a las 21.00 nos dieron la libertad.

 

P: Solo 15 días separan los últimos dos incidentes que se registraron en el bloqueo. ¿Cómo se ajusta esta situación al plan para establecer un campamento en Cerro Negro el 10 de julio (véase Plan Cerro Negro)?

 

R: Consideramos que la movida del 10 de julio nos va a dar muchísimo aire. De alguna manera, este “bebé” que hemos parido en el bloqueo de Tinogasta se lo vamos a dar a las asambleas del país para que lo sigan criando. Esa es la idea del 10 de julio: hacer una gran pueblada, una gran congregación de compañeros que están dispuestos a poner el cuero en la ruta y parar el accionar de las trasnacionales.

 

P: ¿Con qué frecuencia pasan por Tinogasta los convoyes con insumos para Bajo de la Alumbrera? Los tres camiones que atravesaron el retén escoltados por la policía volvían del yacimiento. ¿Son los mismos que habían logrado burlar el bloqueo en la mañana del 27 de abril?

 

R: Son más o menos cuarenta camiones por semana, pero desde el 10 de febrero no está pasando ninguno. El 10 de febrero pasó el último convoy; a partir de la represión no pasaron más (véase Ruptura del cerco sobre Bajo de la Alumbrera). Ya saben que no van a pasar, se van por otro lado: algunos pasan por el Paso de Jama (Jujuy, (4200 m s. n. m.), otros, por San Juan (Agua Negra, 4765 m s. n. m.)... Estos camiones habían entrado por el norte y venían vacíos desde Alumbrera; han querido pasar rumbo a Chile por el Paso de San Francisco (4726 m s. n. m.). De los camiones que el 27 de abril lograron burlar el bloqueo no teníamos conocimiento; hicieron las cosas bien. Imaginen semejante puesta en escena, gasto político e institucional: dos camionetas con infantería, dos autos con policías de civil. Venían escoltando los camiones desde 70 u 80 km antes. No era lo más importante que pasaran los camiones, sino tratar de reprimirnos. En un momento se nos prendió la lamparita y dijimos: “No nos vamos a arriesgar por tres camiones a que nos destruyan el bloqueo”. Por eso la estrategia de salir a interceptarlos un poco más adelante.

 

P: ¿Te encontrás entre el medio centenar de imputados por la Justicia por impedir el paso de los transportes desde finales del mes de enero?

 

R: Sí, aparte tengo otras imputaciones en relación al 10 de febrero: por asociación ilícita e incitación a la violencia. Otros compañeros están imputados por atentado; son los que agarraron una piedra y le tiraron a los camiones el 10 de febrero. Todavía no han terminado de declarar todos. Creo que entre hoy y mañana iban a presentarse los últimos. Ahí vamos a armar una estrategia común para todos.

 

P: ¿Posee el Gobierno provincial un retrato erróneo de la situación que enfrenta?

 

R: Totalmente, pero más errónea es la información que pretende darle a la presidente. Acá, el intendente dice que los que bloquean el Paso de San Francisco hace tres meses son veinte jipis y cuatro gatos locos. Lo que no puede explicarle a la gobernadora, ni la gobernadora a la presidente, es cómo cuatro gatos locos tienen intervenido uno de los corredores bioceánicos más importantes del país hace tres meses. Tienen una venda puesta en los ojos. Esto es, en definitiva, lo que abre una brecha al entendimiento. Todas las estrategias que ellos han elaborado para que el bloqueo se caiga apuntan a la compra de conciencias, a la división del grupo, a las mentiras, a las presiones judiciales, pero jamás hemos tenido lo que hemos pedido: un diálogo franco con el Gobierno de la provincia, con los representantes políticos, para ver cómo podemos encarar este problema y que se resuelva de la mejor manera.

 

P: ¿Cuál sería una solución de compromiso?

 

R: En otro momento hubiera pensado que se podía... Hoy pienso que es muy difícil que el Gobierno se siente a charlar, porque ha demostrado que tiene grandes presiones de la minera, poniéndose a trabajar al servicio de ellos. Eso ha ido generando una intolerancia muy grande, y va a ser muy difícil reconciliar a este Gobierno con la gente que hace mucho tiempo ha dicho en Tinogasta “no a la minería a cielo abierto”.

 

* Por el Observatorio de Conflictos por los Recursos Naturales (OCRN) en alianza con moc.liamg@aldoibaicnega.

Temas: Criminalización de la protesta social / Derechos humanos, Minería

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