Iolany Pérez

- Fotos de Martín García | Radio Progreso

Luego de una larga jornada de trabajo, entre tapiscar maíz, recolección de café, siembra de hortalizas, labores del hogar y reuniones, el respiro de fin de semana para la comunidad Montaña Verde, está acompañado de algo que consideran sagrado: la misa. En un pequeño templo construido por los propios pobladores se reúnen los domingos en punto de las nueve de la mañana. Al terminar la celebración que recoge la fe y las gracias de esta pequeña comunidad, llegan los avisos que van desde horarios de reuniones, jornadas de protección de la montaña o alertas ante posibles amenazas que pretenden privatizar sus fuentes de agua, bosque y diversidad de bienes naturales. Es la muestra de una iglesia que defiende a los pobres y oprimidos; como lo enseña la teología de la liberación, que llama a los cristianos a comprometerse en una praxis transformadora, liberadora, tratar de abolir la situación injusta y construir una sociedad de hombres y mujeres nuevos.

Sembrar autonomía en el territorio indígena de Montaña Verde