En abril de 2025, Costa Rica fue incluida en la lista de países a los que la administración Trump impuso un aumento del 10 % en los aranceles. Esta decisión generó preocupación en el sector empresarial costarricense, que hasta entonces había aprovechado el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (DR-CAFTA, vigente desde 2009) para exportar con aranceles bajos o nulos. A finales de julio, Trump anunció una nueva alza: el arancel pasó del 10 % al 15 % a partir del 7 de agosto, un golpe severo para la economía costarricense.