El gobierno de Donald Trump pretende, prepotentemente, derribar el castillo de naipes que sostiene el orden de comercio internacional. Como críticos de ese sistema, vemos en ello oportunidades y desafíos para repensar las relaciones trinacionales y superar dogmas neoliberales. No deja de preocupar, sin embargo, el caos e impactos que estas medidas causan a trabajadores y agricultores de toda Norteamérica. Los pueblos de México, EU y Canadá comparten su vulnerabilidad ante los caprichosos cambios de políticas comerciales.