El plan israelí y estadounidense de distribución de alimentos en Gaza, puesto en marcha hace un mes, está denigrando a los palestinos intencionalmente, obligándoles a elegir entre morir de hambre o arriesgar la vida por unos suministros ínfimos. Con más de 500 personas asesinadas y casi 4.000 heridas mientras buscaban comida, este plan es una masacre disfrazada de ayuda humanitaria y debe ser desmantelado inmediatamente.