Mikeas Sánchez

Foto: Elí García-Padilla

Enviados a las periferias de las metrópolis de un mundo que se sostiene en la explotación ilimitada de recursos humanos y ambientales, los pueblos originarios hemos aprendido a sobrevivir frente a las violencias, y a pesar de ello somos incómodos, una muchedumbre de indios que tienen la osadía de ir a las universidades, de ostentar estudios de posgrado, entrometerse en el cine, la música, el teatro, la pintura, la ciencia, la academia, la medicina o la literatura. Para los racistas y herederos del colonialismo, debe ser aberrante tener que escuchar a aquellos que antes ni siquiera eran considerados personas.

Del racismo al cataclismo ambiental