Más de 50 investigadores de siete países dan cuenta de la paulatina degradación de la Antártida: microplásticos en el agua, derretimiento del hielo y pérdida de salinidad del océano austral. Dada la conexión que existe entre la Antártida y la Amazonía, los científicos no descartan que en el hielo existan rastros de los incendios forestales. La situación es preocupante puesto que la Antártida, aunque remota, tiene una dinámica de conexión constante con el resto del planeta.