Aceleración de la contaminación GM. Ninguna coexistencia posible

Idioma Español
País Europa

Los cultivos GM, la vasta mayoría de los cuales están diseñados para obtener específicamente dos rasgos - la tolerancia a herbicidas y al plaguicida Bt, o compilados con ambos - han sido liberados en cinco continentes durante más de nueve años, causando la contaminación extendida de alimentos, forrajes, semillas, y del medioambiente a lo ancho del planeta. El ADN modificado genéticamente de cualquier parte de una planta GM puede introducirse inadvertido en el medioambiente, por ejemplo, a través de la transferencia de polen a un cultivo convencional, a través de la dispersión de la semilla o de la descomposición de la planta y la persistencia en la ecología del suelo

The Institute of Science in Society
Comunicado de Prensa de ISIS 16-12-05

Cultivos GM (genéticamente modificados) sin examinar ni probar han sido liberados al medio incluso en el Reino Unido donde ningún cultivo GM se cultiva comercialmente. Rhea Gala.

Los cultivos GM, la vasta mayoría de los cuales están diseñados para obtener específicamente dos rasgos - la tolerancia a herbicidas y al plaguicida Bt, o compilados con ambos - han sido liberados en cinco continentes durante más de nueve años, causando la contaminación extendida de alimentos, forrajes, semillas, y del medioambiente a lo ancho del planeta.

El ADN modificado genéticamente de cualquier parte de una planta GM puede introducirse inadvertido en el medioambiente, por ejemplo, a través de la transferencia de polen a un cultivo convencional, a través de la dispersión de la semilla o de la descomposición de la planta y la persistencia en la ecología del suelo. Las toxinas codificadas en el ADN también ocasionan la muerte de la vida silvestre y contaminan el suelo y el agua, como sucede con herbicidas tales como el glifosato y el glufosinato de amonio, que son un componente esencial del sistema de cultivo tolerante a herbicida.

El entrecruzamiento entre una planta cultivada MG y una pariente silvestre y, por otra parte, la dependencia del cultivo GM de los herbicidas a los cuales el cultivo es tolerante, están causando una ola de “supermalezas” que toma auge en los EE.UU. y en otros lugares; el Reino Unido se ha presentado como un potencial candidato a comienzos de este año.

Malezas híbridas tolerantes a herbicida en el Reino Unido

El gobierno del Reino Unido informó la existencia de retoños de semilla de maleza híbrida genéticamente modificada tolerante a herbicida (GMTH) en los emplazamientos de los ensayos de campo, a comienzos de este año. Uno era un cruzamiento entre la colza oleaginosa GMTH de Bayer (Brassica napus) y su pariente lejana la maleza común cultivable, charlock (Sinapsis arvensis), y dos eran híbridos de Brassica napus y Brassica rapa.

Los conclusiones, que no fueron anunciadas, fueron no obstante ampliamente difundidas y un tanto exageradas por la prensa (1) porque muchos políticos y científicos gubernamentales le habían restado importancia de manera reiterada a la posibilidad de transferencia de genes GM a los parientes silvestres, a la emergencia de supermalezas GM, o a cualquier otro de los efectos adversos de los cultivos GM.

Por ejemplo, en 2000 la EU Environment Agency (Agencia de Medioambiente de la Unión Europea) concluyó que "parece ser general el acuerdo acerca de que el natural flujo genético probablemente no va a ocurrir entre B. napus y S. arvensis". La Unión Europea tiene un plan avanzado patrocinado por la industria para la "coexistencia" de los cultivos GM, convencionales y orgánicos en los países europeos, para el año 2025 (ver "Beware the New Biotech Eurovision", "Cuidado con la Nueva Eurovisión Biotecnológica", SiS 24).

El informe elaborado para la DEFRA por el Center for Ecology and Hidrology (Centro para la Ecología y La Hidrología) de Dorset (Inglaterra), concluyó que (2), “está visto que la explotación comercial de colza oleaginosa tolerante a herbicida, modificada genéticamente, resultará en el potencial para que el gen insertado se escape del cultivo y llegue a incorporarse en los genomas de una o más especies de crucíferas silvestres emparentadas, otorgando potencialmente una ventaja competitiva a los receptores”.

Lo "virtualmente imposible" ya sucedió

La emergencia de dos híbridos GMTH, Brassica napus y Brassica rapa, era inevitable ya que B. rapa es un parental de la variedad comercial B. napus y es bien conocido que los híbridos espontáneos suelen suscitarse. Aunque las dos plantas generalmente no comparten la misma distribución, la B. rapa puede ser pasada por alto debido a su similitud con la colza oleaginosa salvaje. El hallazgo de estos híbridos y también del híbrido charlock GMTH, muestran que las dificultades de coexistencia entre los cultivos GM y los convencionales serán insuperables.

A despecho de esto, los autores concluyeron de todas formas que “los riesgos de transferencia de tolerancia a herbicida a los parientes silvestres de la colza oleaginosa parecen ser mínimos.” Pero el Dr.Brian Johnson, un genetista ecológico y director de Biotech Advisory Unit at English Nature, ("Unidad Asesora Biotecnológica en Naturaleza Inglesa"), dijo que la supermaleza charlock podría ser fértil a través de la polinización de plantas vecinas [1]; y esas semillas de charlock pueden permanecer en el suelo durante 20 a 30 años antes de que germinen.

Los enormes problemas de contaminación por cruzamiento y de resistencia a herbicida han aparecido en países como Canadá y los EE.UU. (ver por ejemplo los artículos “GM sugar beet turned sour”, "La remolacha azucarera GM se volvió amarga"; SiS 25 y "Roundup Ready sudden death", "Muerte súbita Roundup Ready", SiS 28).

Plantas voluntarias tolerantes a herbicida

Fueron encontradas plantas voluntarias tolerantes a herbicida durante los dos años siguientes a las Evaluaciones a Escala de Granja, y las mismas tienden a persistir, requiriendo control con otros herbicidas tóxicos diferentes al glufosinato de amonio. Los autores pensaron que las plantas voluntarias pueden suponer un riesgo más grande para el flujo genético del gen bar en el medio-ambiente que la hibridación con los parientes silvestres, especialmente si el mismo constructo genético es introducido en otras especies de cultivo. Ellos también puntualizaron que estos problemas “ponen de relieve implicaciones para los umbrales de la Unión Europea que limitan el contenido GM en los cultivos de colza oleaginosa, fijados en el 0,1 por ciento, 0,3 por ciento y 0,9 por ciento para semilla orgánica, semilla certificada y alimentos y forrajes, respectivamente” [2].

La contaminación GM dura por lo menos 15 años en el suelo

El informe BRIGHT [3] sobre un estudio en el Reino Unido comenzado en 1998 con la financiación de Monsanto, Bayer CropScience, BASF y Agrovista UK Ltd., entre otros, intentó menoscabar los problemas para la vida silvestre a partir de los cultivos GM; pero descubrió que cuando la remolacha azucarera GMTH se sembraba a continuación de la colza oleaginosa de invierno GMTH, se hacían necesarios herbicidas adicionales para controlar la colza voluntaria.

También hubo problemas con el cruzamiento entre las variedades de colza tolerantes a herbicida, que produjeron semillas resistentes a más de un herbicida, y que hicieron muy dificultosa la gestión de regímenes mínimos de herbicida, incluso para los profesionales experimentados.

Los autores de BRIGHT se han dedicado desde entonces a examinar más profundamente el problema de la persistencia de las semillas GM en los bancos de semilla, en un nuevo estudio sobre la dinámica de la población de colza voluntaria, Brassica napus, que compara dos colzas oleaginosas de invierno GMTH y dos cultivares convencionales [4].

Dichos investigadores descubrieron que el remanente de semillas que permanece en el campo después de la cosecha arrojaba un promedio de 3 575 semillas por metro cuadrado, aunque se registró desde un mínimo de arriba de 2 000 semillas hasta más de 10 000. Hubo una rápida declinación en el número de semillas durante los primeros pocos meses después de la cosecha; una pérdida media del 60 por ciento de las semillas que se consideró fueron eliminadas por la fauna silvestre.

Pero en las temporadas subsiguientes, los bancos de semillas declinaron mucho más lentamente en cuatro de los cinco emplazamientos, ubicándose en alrededor de un 20 por ciento por año. Los modelos predijeron un 95 por ciento de pérdida de semillas después de aproximadamente nueve años, lo que da como resultado cerca de 200 semillas por metro cuadrado, que darían lugar a por lo menos dos colzas voluntarias TH (tolerantes a herbicida), nueve años después de que fuera sembrado el cultivo original . Esto pronostica la emergencia de un promedio de una planta por metro cuadrado después de 15 años.

Aunque no hubo ninguna diferencia entre los cuatro cultivares, ni en el número de semillas vertidas en la cosecha ni en su persistencia subsiguiente, la importancia de la persistencia de las semillas de colza GM, solamente dentro el contexto de la coexistencia de cultivos GM y no - GM, es una causa clara de preocupación. Los investigadores concluyeron que la densidad de más de dos plantas voluntarias por metro cuadrado estaría excediendo el umbral de la Unión Europea del 0,9 por ciento de presencia adventicia de semillas GM en un cultivo no - GM, si el cultivo subsiguiente fuera convencional.

Estos resultados hicieron entrada en la misma semana en que el informe de la DEFRA demostraba que los efectos perjudiciales sobre la vida silvestre de los cultivos GMTH en las Evaluaciones a Escala de Granja (ver "GM crops fails final test", "Los cultivos GM fallan la prueba definitiva”, SiS 26) persisten durante por lo menos dos años [5]. Los resultados demostraron que los bancos de semillas de maleza que siguieron a la colza oleaginosa de primavera GMTH, fueron significativamente más pequeños que los que siguieron a los cultivos convencionales durante este período, como fue el caso con la colza oleaginosa de invierno [6].

Los bancos de semilla que siguieron a la remolacha GMTH fueron también más pequeños, proporcionando evidencia empírica para los efectos a largo plazo del cultivo GMTH sobre la biodiversidad de los predios de cultivo [5]. Los bancos de semilla para el maíz GMTH fueron más grandes que en el maíz convencional, lo cual es probable que se haya debido principalmente al uso del ahora prohibido herbicida atrazina en el cultivo convencional.

La contaminación ilegal con el material GM

Estos casos de contaminación del medioambiente con material GM, han sido detectados en el Reino Unido donde todavía no hay explotación comercial de cultivos GM; lo cual enfatiza que la contaminación en países como Canadá, los EE.UU. y Argentina - donde los monocultivos GM se están volviendo, o ya son, la norma- es por lejos más extensa ("Soya disaster in Latin America", “El desastre de la soja en América Latina”, SiS 28).

Aunque apenas fueron informados por la prensa principal, más de 60 incidentes de contaminación GM ilegal o no etiquetada han sido documentados en 27 países de cinco continentes, ocho de los cuales ocurrieron en el Reino Unido. Y éstos son sólo los incidentes registrados [7]. El peor incidente individualizado de contaminación fue el del maíz StarLink, una variedad GM aprobada solamente para alimento animal que entró en la cadena alimenticia humana en siete países, EE.UU., Canadá, Egipto, Bolivia, Nicaragua, Japón y Corea del Sur.

Lo que es más, el ADN GM está en la cadena alimenticia humana europea vía alimento animal GM (ver "DNA in food and feed", "ADN en alimentos y forrajes", SiS 23), pero la leche y la carne no son etiquetados como tales y son considerados seguros por la UK Food Standards Agency (Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido).

Reciente contaminación GM en Europa

El miembro del Parlamento del Reino Unido Michael Meacher, condenó recientemente los siete años de secreto sobre la seguridad de los alimentos y forrajes GM [8]. “En el séptimo aniversario de la primera revelación de preocupación científica sobre la seguridad alimentaria de los GM, me encuentro apoyando los llamados para la libertad de acceso a los datos utilizados por el Gobierno para aprobar los alimentos GM". Meacher expresó que “desde el momento en que el problema es el lanzamiento de productos GM en el abastecimiento de alimentos de la nación, que nunca han sido puestos a prueba en forma independiente, esto constituye un escándalo público de enormes proporciones”.

La Unión Europea decidirá el próximo año la forma en que los países-miembro delinearán las "leyes de coexistencia" para que los cultivos GM convencionales y orgánicos se desarrollen juntos. Pero en una conferencia en Bolonia, Italia, en septiembre, expertos sostuvieron que tal "co-existencia" será biológicamente imposible.

Angelika Hilbeck, del Swiss Federal Institute of Technology Zurich (Zurich Instituto Federal Suizo de Tecnología), manifestó que [9] “[intentar prevenir la contaminación desde los OGM] comienza con las semillas; usted necesita estar seguro de que consigue semillas no contaminadas. Este es el origen de todo, de allí en más la contaminación se multiplica. Por ejemplo, en Canadá es prácticamente imposible conseguir semillas de canola libres-de-GM.”

Las noticias acerca de la masiva contaminación GM ilegal de Monsanto en Rumania surgieron en octubre. El país posee el paisaje cultivado con GM más grande de Europa; oficialmente, la mitad de las 140 000 hectáreas de soja plantadas en 2005 están registradas como GM. Sin embargo, según afirmaciones de los representantes de las asociaciones de agricultores e incluso del primer gerente rumano del gigante biotecnológico Monsanto, arriba del 90 por ciento de la soja es GM. El meollo del problema tiene su causa en los cultivos diseñados genéticamente que están contaminando las culturas tradicionales, así como en la venta ilegal de semillas de soja GM. También fueron encontradas papas y ciruelas GM [10].

Los manifestantes de Greenpeace detuvieron el enorme envío de 125 000 toneladas de forraje animal GM desde los EE.UU. en el transportador a granel Étoile que estaba siendo descargado en Bristol. El alimento estaba destinado a vacas de ordeñe británicas para producir leche para los supermercados más grandes del Reino Unido. Sainsbury, Tesco, Asda, Waitrose y Morrisons, todos venden leche de su propia marca procedente de vacas alimentadas con forraje GM norteamericano. Las variedades GM, que fueron prohibidas en Europa, fueron sin embargo encontradas por expertos analistas de laboratorio en muestras extraídas de las embarcaciones durante los últimos dos años.

Los militantes creen que únicamente reglas estrictas con regulaciones responsablemente aplicadas por los gobiernos pueden detener la propagación no autorizada de semillas y productos GM, que cada vez más parecen estar fuera de control en todas partes del mundo. Doreen Stabinsky, de Greenpeace Internacional, puntualiza que “si los estados no actúan y fijan reglas estrictas ahora, los cultivos GM contaminarán todavía más las tierras, semillas y alimentos en todo el planeta."

Pero ningún gobierno u organismo internacional ha establecido un registro público de incidentes de contaminación o de otros problemas asociados con los cultivos GM. GeneWatch del Reino Unido y Greenpeace Internacional están lanzando el primer registro on-line de incidentes de contaminación modificada genéticamente. El sitio web de asistencia en línea proporciona detalles de todos los casos conocidos de contaminación GM de alimentos, forrajes, semillas y plantas silvestres que han tenido lugar a nivel mundial [11].

(Encontrará una versión con todas las referencias de este artículo en el sitio web de los miembros de ISIS)

Traducción: Gladys Guiñez, para Acción por la Biodiversidad

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