Alimentos, comercio y política del poder de EE.UU. en América Latina, por Toni Solo

"EE.UU. actúa para dominar los eventos en América Latina con una combinación de diplomacia y ayuda externa con presión comercial y económica, respaldadas todas con la amenaza de implacable fuerza militar clandestina o abierta"

La diferencia entre lo que los funcionarios de Bush declaran ante el Congreso y las estupideces que tratan de hacer tragar a las audiencias extranjeras es una lectura interesante para todo el que trate de entender la retórica del gobierno de América Latina. El informe rendido por el Representante Comercial de EE.UU., Robert Zoellick, al Congreso es muy diferente del que es ofrecido en discursos por el representante de EE.UU. ante la Organización de Estados Americanos, John Maisto. Más allá de esos textos y pretextos, EE.UU. actúa para dominar los eventos en América Latina con una combinación de diplomacia y ayuda externa con presión comercial y económica, respaldadas todas con la amenaza de implacable fuerza militar clandestina o abierta.

Cómo lo hacen

Alimentos vendidos a bajo precio acompañados por medidas de "ayuda" ablandan a los países receptores deformando la economía agrícola interior del país. La ayuda militar y económica consolida a los gobiernos dóciles. La historia de Centroamérica está repleta de ejemplos de este tipo de "ayuda". La reducción de la ayuda - o la amenaza de reducirla - hace presión sobre los gobiernos que EE.UU. considera recalcitrantes. Esa presión es complementada generalmente por sanciones económicas e incentivos aplicados bilateralmente y a través de representantes de EE.UU. como el Banco Mundial, el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo.

En este contexto, las negociaciones comerciales como el Acuerdo de Libre Comercio de América Central actúan como pistolas que apuntan a las sienes de los jefes de gobierno. Los negociadores comerciales tienen sus mentes concentradas en la amenaza de que sus gobiernos perderán la ayuda de EE.UU. o de sus convenientes préstamos del Banco Mundial o del Banco Interamericano de Desarrollo y el apoyo del FMI para la balanza de pagos. Para que las cosas funcionen, cuando se hace necesario, puede influenciarse o amañarse una elección o se puede generar una crisis utilizando fondos del Fondo Nacional para la Democracia u otros instrumentos del Departamento de Estado o de la CIA con la ayuda de oportunas intervenciones del embajador local de EE.UU. Cuando todo lo demás falla, se monta rápidamente una feroz acción militar, organizada en forma clandestina como en Nicaragua o este año en Haití o impuesta a la luz del día como en Granada o en Panamá.

Cómo se presenta la coerción

Toda la gama de coerción es reflejada generalmente por medios noticiosos dóciles como si fueran redactores de discursos para George Bush o John Masto. A menudo es difícil ver la diferencia. Las citas que siguen son de Maisto, pero el lenguaje que utilizan podría provenir de editoriales en los periódicos a ambos lados del Atlántico. "Las políticas del presidente en el Hemisferio Occidental se basan en los ideales y valores básicos de EE.UU. El énfasis del presidente Bush es la promoción de la democracia y los derechos y el fortalecimiento de las instituciones democráticas para que sean más creíbles y relevantes para los ciudadanos individuales, la promoción del comercio y la inversión como instrumentos para el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo? " (1) O, "Debemos continuar propugnando políticas que tienen un historial probado de éxito: "reforma de libre mercado, respeto de la vigencia del derecho, el derecho a la propiedad, y principios macroeconómicos sanos". (2) La reafirmación de semejantes tonterías hipócritas por parte de Maisto es bienvenida permanentemente por los periodistas de la prensa dominante en EE.UU. y otros sitios.

Olvida lo del ALCA-lite. Usa Imperio-full

Mientras tanto, ante el Congreso, el Representante Comercial de EE.UU., Robert Zoellick, dice las cosas tal como son: "Todos los días, en todo el mundo, el gobierno de EE.UU. trabaja agresivamente para asegurar que se eliminen las barreras para los bienes y servicios provenientes de EE.UU? Nuestros nuevos y futuros socios de ALCs representan el tercer mercado de exportación por su tamaño de EE.UU. - esas ALCs están eliminando barreras comerciales por todas partes, mercado por mercado, y expandiendo las oportunidades para EE.UU. ... El respeto de los acuerdos comerciales existentes es un complemento vital de la producción de nuevos acuerdos. Por cierto, su respeto está inherentemente conectado con el proceso de negociación de nuevos acuerdos? Virtualmente todo lo que el Representante Comercial de EE.UU. hace está relacionado de algún modo con el respeto [de los acuerdos]. Las negociaciones para abrir mercados [e imponer] el respeto [de los acuerdos] son dos lados de la misma medalla". (3)

El informe de Zoellick al Congreso detalla lo que el representante comercial de EE.UU. considera como injustas barreras comerciales y prácticas para las exportaciones estadounidenses de bienes, servicios, y productos agrícolas en todo el mundo. Cubre 58 países. Nadie puede conservar alguna ilusión al leerlo, de que el propósito principal de todos los acuerdos engañosos de "libre comercio" de EE.UU. pueda ser otra cosa que abrir permanentemente nuevos mercados, especialmente en lo que se refiere a alimentos y recursos energéticos, para las corporaciones multinacionales de EE.UU. y otros países (los vínculos de Zoellick con la multinacional Vivendi son relevantes en este aspecto). Es imposible comprender el sentido de los eventos en Venezuela y Colombia, o en cualquier otro sitio en América Latina, sin entender que el objetivo final de la actual política de EE.UU. en América Latina es llegar a que la soberanía nacional se convierta en algo totalmente anticuado - con la excepción del propio Estados Unidos.

Soberanía alimentaria

Muchos escritores de todo el mundo ven el aspecto de la soberanía alimentaria como igual, si no más importante que la soberanía sobre los recursos energéticos. Algunos han mostrado la realidad de la hipocresía de EE.UU. y Europa en los alimentos de manera muy sucinta: "Tanto EE.UU. como la UE han introducido una protección, y se llama la Cláusula de la Paz. La Cláusula de la Paz fue incluida en lo que se llama el Acuerdo de Blair House, en la época de las negociaciones originales de la OMC. Eximió en realidad a la Unión Europea y a EE.UU. de la reducción de sus subsidios hasta el 31 de diciembre de 2003. Por ejemplo, India no puede acusar a EE.UU. ante el panel de disputas, diciendo que sus alimentos más baratos están destruyendo nuestra agricultura. Al mismo tiempo, después de edificar este anillo de protección alrededor de su propia agricultura, se han asegurado que los países en desarrollo hayan eliminado sus aranceles y otras protecciones. De manera que no nos quedan barreras arancelarias, y nos hemos convertidos en un terreno para que realicen su dumping" (4)

Ahora reemplazan la Cláusula de la Paz con palabreo técnico sobre los "temas de Singapur", cajas "verdes" y "azules" de áreas comerciales que la UE y EE.UU. quieren eximir de las reglas antiproteccionistas de la Organización Mundial de Comercio. En América Latina, los oponentes al Área de Libre Comercio de las Américas no han sido engañados. Ven la situación con la misma claridad que Devinder Sharma.

El senador colombiano Jorge Robledo Castillo dice: "Una nación cuyo suministro alimentario está ubicado en algún otro sitio del mundo tiende a perder si por algún motivo éste no puede estar disponible para el consumo interno. En última instancia es ésta la razón fundamental - a la cual todas las demás se subordinan no importa cuán importantes puedan parecer - lo que explica por qué los 29 países más ricos del mundo gastan 370.000 millones de dólares al año en subsidios agrícolas. Esta cifra ha ido aumentando continuamente durante décadas y, en los años 90, aumentó en 50.000 millones de dólares... Por eso los ruegos de algunos que, en medio del proceso de globalización, piden a EE.UU. y a otras potencias que eliminen los subsidios y otras medidas protectivas para sus agricultores y ganaderos, y que sugieren que los países del Tercer Mundo se conviertan en los proveedores de alimentos, son totalmente ingenuos." [retraducido del inglés, N.d.T.] (5)

Gente a todos los niveles en América Latina ve esto con gran claridad. Un portavoz del Movimiento de los Sin Tierra en Brasil, declara: "O sea, la base principal para forjar un pueblo libre, soberano, es que tenga condiciones de producir sus propios alimentos. Si un país, una nación, se vuelve dependiente de otro para alimentar a su pueblo, se convierte en una nación dependiente política, económica e ideológicamente" (6)

Preocupados por el monstruo de Frankenstein de la modificación genética

Dentro de la preocupación general en América Latina por la soberanía alimentaria, la ansiedad por los alimentos genéticamente manipulados es agua. Escritores como Elizabeth Bravo de la Acción Ecológica de Ecuador han analizado lo que el ALCA significaría en cuanto a la posibilidad de que multinacionales de EE.UU. como Monsanto y Dupont perjudiquen a la agricultura local imponiendo Derechos de Propiedad Intelectual a plantas y semillas a través de patentes y derechos de propiedad relacionados. Argumenta que esto introducirá derechos monopolísticos al sistema de producción de alimentos, que limitará la libre circulación de semillas, aumentará la erosión de los recursos genéticos y obligará a los agricultores a pagar royalties por las semillas que utilizan, aumentando así los precios de los alimentos en general.

Pasa luego a señalar que, incluso sin mencionar la monstruosidad ética de patentar formas de vida, esos intentos de priorizar la agenda de las multinacionales del negocio agrícola llevarán al monocultivo y a la eliminación de pequeños agricultores. La agricultura latinoamericana se hará más insegura mientras más dependa de tecnología extranjera, sobre todo estadounidense. (7) Mirando más lejos, basta con considerar a un país como Honduras para ver dónde conduce el modelo del "libre comercio": una abyecta dependencia, la pobreza generalizada, el desempleo masivo.

El caso de Argentina

Argentina ofrece una visión de la posible futura pesadilla que espera a la agricultura y a la producción de alimentos en América Latina. Arruinada económicamente después de abrazar la gran estafa económica neoliberal durante los años 90, Argentina confronta ahora las consecuencias de la venta de su soberanía alimentaria a las multinacionales extranjeras. Vale la pena citar in extenso estos pasajes de un artículo de Alberto Lapolla:

"Nuestro pueblo sufre el mayor castigo de su historia: 55 niños, 35 adultos y 15 personas mayores mueren diariamente por causas vinculadas al hambre, es decir casi 450.000 personas entre 1990 al 2003, un verdadero genocidio económico. (1) Veinte millones de personas (sobre una población de 38.000.000) se encuentran bajo el nivel de pobreza, 6.000.000 son indigentes (es decir que pasan hambre extremo) y cerca de 4.5000.000 están desempleados.

"Sin embargo la Argentina produce la mayor tasa de alimentos por habitante del mundo con sus más de 70 millones de toneladas de granos, sus 56 millones de cabezas de ganado bovino, una cifra similar de ovinos y otra mayor de porcinos, lo que produce 3500 Kg de alimentos-hab.- año. Sin embargo tal masa de productos alimenticios es testigo del mayor hambre y genocidio social de nuestra historia.

El hambre transgénico

"Este brutal proceso de revanchismo social, sirve sin embargo de ejemplo para los demás pueblos del mundo, los que pueden observar in situ el papel jugado por los cultivos transgénicos publicitados por Monsanto, Syngenta, Dupont y demás multinacionales dueñas del negocio biotecnológico, como la panacea para paliar el hambre de la humanidad.

"El hambre del pueblo argentino, sus miles de niños muertos por hambre, sus ancianos muertos de hambre, los millones de pobres revolviendo en la basura buscando algo para comer, son el ejemplo más claro y contundente donde puede buscarse la verdad de los efectos de los cultivos transgénicos sobre la economía de los pueblos.

"La Argentina producirá este año 34.5 millones de toneladas de soja transgénica (2) (el 50% del total de la producción de granos) en algo más de 14 millones de hectáreas (el 54% de la superficie sembrada) el 99% de esa soja es transgénica, la cual tiene por destino principal la exportación para el consumo forrajero de la UE y China quienes utilizan esta soja para la cría de ganado, que exportan a mercados que han dejado de importar carne argentina porque su producción bovina a cielo abierto y en pasturas naturales ha sido afectada por la expansión descontrolada de la soja transgénica. Así produciendo materias primas en lugar de alimentos y productos industriales el gobierno obtiene divisas para pagar la ilegítima deuda externa.

El caso venezolano - ¿un potente hedor de inconsecuencia imperial de EE.UU.?

El caso argentino es saludable y de mal augurio para el resto de América Latina y proyecta una perspectiva diferente para el caso de Venezuela. Volviendo nuevamente al informe del Representante Comercial de EE.UU. ante el Congreso, la acusación de Robert Zoellick por los presuntos graves delitos comerciales de Venezuela suma seis páginas. Entre sus acusaciones:

El uso de aranceles por Venezuela bajo el sistema de bandas de precios de la Comunidad Andina para proteger los precios de granos alimenticios, semillas oleaginosas, azúcar, arroz, trigo, leche, carne de cerdo, de ave y maíz.

Su sistema no-legislado de precios mínimos garantizados y el uso discrecional de licencias y permisos de importación para proteger el maíz white grain, el sorgo, la harina de soya, yellow grease (aceite sobrante de la industria), la carne de cerdo, de ave, las semillas oleaginosas, y algunos productos lácteos.

El requerimiento de que los importadores obtengan permisos sanitarios y fitosanitarios para las importaciones agrícolas y farmacéuticas (incluyendo las veterinarias).

La compra controlada por el estado de productos alimenticios básicos como azúcar, arroz, harina de trigo, frijoles negros, leche en polvo, aceite comestible, carne de ave y huevos, de una serie de países.

El apoyo mediante créditos impositivos para los exportadores de café, cacao, algunos frutos y ciertos mariscos.

EE.UU. no sólo codicia los recursos energéticos de Venezuela. Quiere también que se destruya el ejemplo de Venezuela para el resto de América Latina en el terreno de la soberanía alimentaria. Negociaciones con Colombia para un acuerdo de venta de su soberanía están planeadas para el 18 de mayo. Perú, Ecuador y Bolivia vendrán poco después. Mucha gente en esos países ve con gran claridad cómo el fraude del "libre comercio" les causará miseria y penuria.

Es discutible si a sus gobiernos les importa gran cosa. Robert Zoellick y su equipo probablemente los forzarán a que acepten un acuerdo a pesar de ello. Tampoco es pura coincidencia que EE.UU. esté consolidando y ampliando al mismo tiempo su red de bases militares en toda la región. A menos que EE.UU. encuentre una medio para obligar a Venezuela a ajustarse al ALCA, otros países podrían preguntar por qué ellos tienen que firmar acuerdos de libre comercio que dañan los intereses de la mayoría pobre.

Bajo Bush o bajo Kerry, no habrá diferencia alguna. A Estados Unidos se le está acabando el tiempo y el crédito. Tiene que consolidar su control de las Américas para defender su posición económica frente a Asia y Europa. EE.UU. hará todo, incluyendo la promoción del terrorismo interno clandestino y, en el exterior, favorecer una guerra entre Colombia y Venezuela, para destruir la soberanía de Venezuela, para pasar luego a insistir en una intervención para "mantener la paz". La razón es simple. Junto con Cuba, Venezuela presenta continuamente una alternativa autóctona, viable, que EE.UU. no puede permitir que sirva de modelo al resto de América Latina.

Notas

(1) Observaciones del embajador John F. Maisto al prestar juramento como Representante Permanente de EE.UU. ante la Organización de Estados Americanos, el 16 de septiembre de 2003, Benjamin Franklin Room, Departamento de Estado de EE.UU.

(2) Discurso del embajador John F. Maisto, Representante Permanente de EE.UU. ante la OEA y Coordinador Nacional para la Cumbre de las Américas. ANDEAN DEVELOPMENT CORPORATION VII ANNUAL CONFERENCE ON TRADE AND INVESTMENT IN THE AMERICAS Washington, DC. 11 de septiembre de 2003

(3) 1 de abril de 2004 USTR Releases 2004 Inventory of Foreign Trade Barriers Market by Market, U.S. Free Trade Pacts Complement Global Efforts to Reduce U.S. Export Barriers

(4) "Food as Political Weapon" de Devinder Sharma, Acres EE.UU., 3 de marzo de 2004

(5) GLOBALIZATION AND NATIONAL FOOD SECURITY, Jorge Enrique Robledo Castillo, Seminar on Rural Development and Food Security, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 6-7 de noviembre de 2001.

(6) "Un pueblo sin soberanía alimentaria es un pueblo esclavo, dependiente" João Pedro Stédile, de Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) entrevistado por Luis Hernández Navarro 27 de agosto de 2003 (Página Abierta, nº 141, octubre de 2003)

(7) "Ecuador: el ALCA y la soberanía alimentaria" Elizabeth Bravo, Acción Ecológica, 25/11/2003

(8) "Argentina: del granero del mundo al hambre generalizado, de la mano del monocultivo de soja transgénica" Alberto Jorge Lapolla, Rebelión, 31 de marzo del 2004

Traducido por Germán Leyens

Fuente: Rebelión

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