Argentina: exposiciones efectuadas en la "Consulta Preparatoria" pro "Jornada Argentina sobre Soberanía Alimentaria"

Escenario Actual de la Seguridad Alimentaria en Argentina. Experiencias Actuales hacia la seguridad Alimentaria

1º Panel: Escenario Actual de la Seguridad Alimentaria en Argentina
Palabras iniciales: Ing. Agr. Carlos Carballo

Les damos la bienvenida a todos y les agradecemos que estén aquí compartiendo este espacio, pensado como un lugar de trabajo de debate, de construcción, donde aspiramos a que, con el mayor pluralismo, el mayor respeto y toda la vehemencia que sea necesaria, cuando ustedes lo crean oportuno, pongamos sobre la mesa: opiniones, sentimientos ideas, proyectos y expectativas sobre lo que nosotros pensamos y sentimos acerca de la problemática del hambre, de la alimentación, de la seguridad y la soberanía alimentaria en Argentina.

Si estamos acá convocados por este tema, está de más decir, lo doloroso que el mismo nos resulta; pareciera que de golpe Dios se olvidó de Argentina, porque hasta ahora "la mano de dios", que parece solucionaba todo, ahora ya no soluciona nada. Lo vamos a tener que solucionar nosotros, sabiendo su trascendencia en la coyuntura y también la importancia estratégica en función de un desarrollo alternativo para la sociedad de Argentina, más igualitario, más justo, más sustentable.

Sabiendo lo critico de la emergencia, creemos que muchos de los que están trabajando en la sociedad alrededor de estos temas, tienen que hacer un doble esfuerzo: el que ya vienen haciendo hasta ahora, y un esfuerzo adicional tratando de articularse, de unirse, de encontrar espacios de trabajo en común con muchos otros que están al lado, un poquito adelante, un poco atrás, o al costado.

Nosotros apuntamos a eso. Creemos que somos muchos los que estamos trabajando en el tema, muchos los bien intencionados, muchos los que sufrimos esta situación y quisiéramos revertirla.

Como decíamos en el programa, nosotros invitamos a algunos amigos, compañeros, panelistas y hemos divivivo el trabajo claramente en dos partes: una primera en base a paneles cortos con carácter básicamente disparador. El primero formado, técnicos profesionales estudiosos y el segundo, y no es casualidad, un panel integrado por actores de la sociedad Argentina.

Finalmente, decíamos que privilegiábamos un segundo momento, es el momento donde cada uno de los que esta aquí, tendrá el espacio que crea necesario para compartir sus experiencias, sus vivencias, para ver si como conclusión de esta Jornada salimos un poco más convencidos todos de la necesidad de darnos las manos y empezar a hacer algunas otras cosas juntos.

Nosotros no creemos que este tipo de problemas, ni ningún tipo de problema que tenga que ver con el desarrollo, se soluciona con políticas mágicas; nos hacen falta políticas, pero nos hace falta tambien el compromiso de la sociedad para hacer que esas políticas sean inteligentes, y no solo en los discursos, sino que además se lleven adelante. Entonces el rol de la sociedad es clave; la participación, el compromiso, la capacidad transformadora, la creatividad, son el reaseguro de que políticas publicas inteligentes puedan servir a la sociedad. Políticas publicas inteligentes y actores a nivel nacional, políticas publicas inteligentes y actores en lo regional, en lo provincial y en lo local, pero políticas y la sociedad organizada, haciendo que esas políticas se cumplan.

Iniciando el trabajo del día de la fecha, nuevamente el agradecimiento a todos y cada uno de ustedes, especialmente a los compañeros que vinieron de más lejos. Acá hay organizaciones de productores, integrantes de la Mesa Nacional de Organizaciones de Productores Familiares, compañeros de la Red Puna (de Jujuy), del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), del Movimiento Agrario de Misiones (MAM), de la Asociación de Productores del Noroeste de Córdoba (APENOC), de la Federación de Asociaciones y Cooperativas de Productores Familiares de Corrientes (FAC), compañeros de Chaco, del Gran Buenos Aires (del Parque Pereyra Iraola, de la Asociación de Productores Familiares de Florencio Varela), investigadores y trabajadores que han venido de distintos lugares del país, especialmente a ellos las gracias, porque seguramente van a aportar otras miradas a las que normalmente tenemos en Buenos Aires.

Cerrando quisiera dejar en uso de la palabra a un amigo y una persona que ustedes saben muy bien que está comprometido con la problemática de los derechos humanos y de los derechos sociales, Adolfo Pérez Esquivel, con cuya institución madre, el Servicio de Paz y Justicia, (SERPAJ), y otras organizaciones de la sociedad civil, promovimos el "Primer Encuentro sobre el Hambre y la Alimentación en la Argentina." Eso fue en 1985, lo que indica que, en nuestro país, si bien la crisis actual es muy dura, el problema del hambre y la alimentación nos viene acompañando desde hace mucho. Se trata entonces de un viejo problema, pero en un nuevo y difícil contexto que lo ha transformado. en uno de los problemas centrales de la sociedad Argentina.

2º Panel: Experiencias Actuales hacia la seguridad Alimentaria

Susy Luna: Movimiento Territorial Liberación, Bloque Piquetero Nacional

Me emociona muchísimo poder estar acá porque me parece muy importante que hoy nos podamos reunir y poder decirles compañeros, cómo estamos trabajando y qué estamos haciendo para paliar esta terrible situación de la que les voy a dar un ejemplo, el caso de una familia completa en que los siete pibes están desnutridos, y el otro día se murió una nena por desnutrición. Eso es una aberración total, un atropello terrible a los derechos humanos. No hay limitaciones para este país globalizado, o como lo querramos llamar, es un genocidio que nuestros chicos se están muriendo en los brazos de nuestras compañeras.

Soy del Bloque Piquetero, Movimiento Territorial de Liberación, vivo en Ezpeleta, trabajo en Ezpeleta y Quilmes y no pensaba que iba a pasar aca adelante a comentarles en qué estamos trabajando. Por eso, discúlpenme si empiezo a tartamudear, porque estoy acostumbrada a trabajar con la gente, en el barrio y pero para mí ésto es un poco difícil. Voy a comentarles nuestro trabajo en Ezpeleta, donde armamos el Movimiento Territorial Liberación hace siete meses, a pesar de no tener ningún Plan Trabajar, ni de Jefes ni Jefas de Familia.

Por el problema gravísimo de alimentación empezamos con una panadería, (con 4Kg de harina para pan , que hoy son 30 Kg.); con dos huertas comunitarias y con la copa de leche. Hay que darle una salida inmediata a todas las compañeras y a los chicos, tratando por lo menos de paliar un poco esta situación, pero no nos quedamos en ésto. No nos quedamos con la bolsa de mercadería que nos pueda dar el Ministerio de Desarrollo Social, sino que pensamos ¿cómo hacer para tener poder? ¿cómo construimos el poder? Un ama de casa que nunca había salido a luchar, que nunca había trabajado, porque en su momento su compañero tenia trabajo en la fábrica, decía "nosotros desde aquí, desde la huerta, tenemos poder, el poder de darle de comer a nuestros hijos".

Fue una experiencia muy importante. Después dijeron las compañeras: ¿Cómo hacemos para tener ropa para nuestros hijos? vayamos a buscar ropa y empecemos a armar un roperito comunitario; así empezaron a hacer pantaloncitos para los chicos, y hoy de los vestidos están armando mochilas (como esta que yo traigo); están viniendo a Once a comprar los retacitos, haciendo y vendiendo estas mochilas.

Yo nunca había pasado una situación así, pero me tocó y para mí es muy duro. Yo que estoy enferma de cáncer y soy compañera de un desaparecido, en este momento redoblé mi compromiso; redoblé mis esfuerzos y dije: no creo que me mate el cáncer, me va a matar la injusticia. Por eso estamos trabajando en esto y estoy orgullosa de tener los compañeros que tengo, todos trabajadoras y trabajadores.

Trabajamos en conjunto, 80 mujeres y 25 hombres. Todas la compañeras a las cuatro de la mañana empiezan a trabajar: algunas en la panadería; otras levantan pedidos y otras se ocupan de hacer la leche para los chicos. Estamos en una piecita muy chiquita para darle la alimentación a las criaturas, no tenemos otra cosa, porque todavía no pudimos juntar plata para comprar las chapas del comedor. Subsistimos con la venta de las mochilas, del pan, (algo lo vendemos, alguno se lo llevan los compañeros); estamos volviendo a comprar azúcar, yerba, la leche, que a veces nos falta y no nos dan en Acción Social. Ahora nos quieren hacer un "Curso de Soja", porque de ahí, dicen, se puede sacar la leche, pero nosotros no podemos estar esperando que alguien nos haga hacer un curso para poder sacar la leche de soja. Nosotros somos un país riquísimo, ¿por qué tenemos que estar esperando esto?

Todo esto nos tiene muy preocupadas, hoy yo venia para acá sin saber si llegaba o no llegaba porque no tenía plata para viajar, porque yo no podía sacar tres pesos del fondo que tenemos en la panadería, porque eso nos hace falta para comprar la harina y las demás cosas.

Nos duele mucho, pero no bajamos los brazos. Dijimos que ante ninguna injusticia íbamos a bajar los brazos. Así nosotros seguimos proyectando para el futuro; esto es lo inmediato, pero no nos quedamos sólo en esto; vamos a prepararnos para tener el poder, para que nuestro hijos terminen de estudiar y para que nuestros hijos no pasen la situación que están pasando hoy cuando sean hombres y tengan sus propios hijos. Ahora nuestros hijos están siendo padres, pero no sé si podrán terminar de criar a sus propios hijos.

Estamos trabajando en un montón de cosas y no nos alcanzan las horas para trabajar. En la huerta, por ejemplo, es impresionante como están haciendo las compañeras las lechugas, el morrón y otras verduras. Una compañera en su casa pone morrón, trae a la huerta y empieza a transplantar para todos; pero esto no es todo, vamos a irnos preparando para tomar las tierras, para irlas trabajando, para hacer la Reforma Agraria y darle de comer a nuestros hijos.

Las compañeras dicen: ¿Qué vamos a cocinar hoy? Y tenemos solamente arroz, porque es lo que nos llevaron de Acción Social. Hace ya bastante tiempo nos llevaron palmitos, champiñones, ananá light y los compañeros decían:¿ ésto con qué se come? ¡cómo no se van a morir de desnutrición nuestros chicos si estas porquerías no las conoce nadie!; eso nos decía la gente. Trabajamos con gente paraguaya que decía: "Tuve que venir a la Argentina para hacer un piquete y para conocer lo que es el palmito." Eso nos producían risa en su momento, pero ahora no, porque la crisis avanzó mucho más.

Estamos viendo cómo vamos a hacer para comprarles a nuestro hijos las zapatillas para que sigan yendo al colegio, porque hay chicos que no iban al colegio por falta de zapatillas, de cuadernos, de lápices. Todo esto nos significa mucho atraso, muchísimo atraso.

Quiero decir también algo que me llenó de satisfacción: el día que nuestras compañeras cobraron los 150 pesos como "jefas de familia" (1) salían del Banco y entraban a comprarle zapatillas y cuadernos a sus hijos; y, al otro día, cuando fueron sus madres a trabajar llevaron los chicos a una plazoleta -que estamos haciendo también con hamacas y con todos esos juegos y adonde los chicos llevaban un poquito de pasto para transplantar- ví los ojos todos brillosos de los chicos, que ya habían cambiado su mirada.

Eso nos hizo ver que cuando uno esta tan mal y no tiene nada, ni para comer, los chicos también se ponen muy mal; pero ese día Tomás, uno de los chicos, tenia brillo en sus ojos porque la madre le había comprado carne, pudo comer y pudo comprase zapatillas. Ese chico decía: "Yo voy a trabajar para esa plazoleta", que se va a llamar Hugo Julián Luna en memoria de mi compañero y de otros compañeros.

También quería decirles que decidimos cortar los puentes el cinco de junio, porque no hay respuesta del Gobierno a toda la juventud. Solamente las jefas de familia tienen un sueldo, pero los chicos de 18 años ni tienen un sueldo, ni consiguen trabajo, ni pueden estudiar. ¿Qué les espera a los chicos? La delincuencia, la droga.

Nosotros necesitamos sicólogos en el barrio, para atender los chicos, eso es muy importante, ya que hay muchos problemas con las criaturas. Apóyennos en esto, si Uds. pueden.

Eugenio Kasalaba: "Movimiento Agrario de Misiones y Asociación de Ferias Francas"

Antes de hablar de las Ferias Francas es necesario entender qué pasó en la Provincia de Misiones con la producción, y para eso debemos ubicarnos en el principio de siglo, cuando se decide lanzar los cultivos industriales para sustituir las importaciones, así se inicia el cultivo de Yerba Mate, el tabaco y ya al final de la década de 1940, el tung y el té. Como se sabe todos estos productos están en crisis porque han ido bajando los precios en moneda constante, desde los principios del `90 hasta ahora. Esto afecta en el campo sobre todo a los pequeños productores y a los trabajadores sin tierra.

Estos cultivos han ído creando tradiciones que dificultan los cambios y, sobre todo, la implementación de planes de conservación de suelo, del bosque, de la granja y el autoconsumo y dificultan la búsqueda de un camino de cambio. Por los programas de cambio se encuentran con dos dificultades muy graves; primero las dificultades para conseguir la convivencia al interior de los grupos de trabajo, que hace difícil el avance del asociativismo, sin el cual no es posible encontrar soluciones para los pequeños productores; en segundo lugar, la comercialización. En un mundo donde los productos están en manos de oligopolios locales ó directamente de las transnacionales es muy difícil encontrar nuevas formas de comercialización.

La organización que integro a partir de 1990 hizo una reflexión, sin por esto abandonar nuestras reivindicaciones históricas. En el congreso de los 20 años del "Movimiento Agrario de Misiones" (en 1991) presentamos un Documento donde intentamos instalar el concepto de sostenibilidad y avanzar en medidas concretas para conseguirla; por ejemplo la creación de ferias francas. Este trabajo de definición de estrategias, pudo profundizarse cuando conseguimos financiamiento para reunir periódicamente nuestros dirigentes en seminarios mensuales y empezar a superar el miedo provocado por la dictadura militar.

De estos seminarios sacamos una conclusión: "Debíamos llegar lo más posible al consumidor y centrar toda nuestra actividad en conquistar un mercado local; acuñamos un slogan: "reconquistar el mercado local", es decir volver a pensar en los que están cerca y no tanto en las exportaciones y los grandes centros de consumo, la producción de escala y todas estas cosas que dicen por ahí. En materia técnica, hablamos de recuperar la agricultura conservacionista y tradicional. Ese fue un gran cambio para nuestro Movimiento Agrario de Misiones.

Después de muchas conversaciones, empezamos a concretar la Feria Franca. Primero fuimos a ver una Feria en Brasil, en Santa Rosa, con algunos productores y algunos técnicos; en este viaje nos ayudó la gente de la Municipalidad de Oberá y el Programa Social Agropecuario (PSA).

Empezar no fue fácil, pues había que acordar criterios con la Municipalidad y además entre los feriantes; felizmente todo fue encaminándose bien, y ahora ya tenemos 45 ferias francas funcionando en la Provincia, en las que participan unas 2500 familias de pequeños productores que van a vender directamente lo que ellos mismos producen. Estamos prácticamente en toda la provincia incluso con tres ferias en la ciudad de Posadas, y a pesar de que la crisis se profundiza cada día más, el proceso se va afirmando.

La Asociación de Ferias Francas de Misiones promueve y coordina esta estrategia de los pequeños productores, con el apoyo de los municipios, ONG, el INTA, la Red de Agricultura Orgánica de Misiones (RAOM), el Prohuerta, el PSA, etc.

En la actualidad, en las ferias de la provincia, que según la localidad se instalan una o dos veces por semana, se vende más de 140 productos distintos, con una calidad y presentación cada vez mejor. Solo para darles una idea, los colonos llevan frutas y verduras de la estación; huevos, pollos, carne de cerdo, embutidos y fiambres de distintas clases; panes y panificados de todo tipo; leche y sus derivados (crema, yogur, quesos); hierbas medicinales; mermeladas de muchísimas frutas distintas; pickles, miel de abejas y de caña; licores; flores y plantas; artesanías varias, etc.

A partir de este año una de nuestras pequeñas cooperativas (la "Río Paraná") está envasando yerba mate que empezamos a vender en Buenos Aires con la marca "Titrayjú", que quiere decir "Tierra, trabajo y justica"; este es uno de los esfuerzos de la "Mesa Nacional de Organizaciones de Productores Familiares" formada en 1995 por organizaciones campesinas e indígenas de varias provincias. Con ellas pusimos recientemente en marcha un "Centro de Comercialización Campesina e Indígena" (CeCoCaI) en Buenos Aires, que esperamos nos permita poder conectarnos directamente, cara a cara, con los habitantes de la ciudad; ésta es no solo una forma de evitar los intermediarios, sino de ir conociéndonos más y fortaleciendo redes de trabajo y solidaridad con la población urbana, más allá de nuestros propios lugares.

Debemos decir también que las Ferias pudieron nacer y crecer gracias a las mujeres del campo; sin ellas, sin su saber, sin su voluntad inquebrantable, esto no iba a ser posible. El otro gran sostén han sido los miles de vecinos que continuamente llegan hasta las Ferias para reencontrarse con sabores que se creían perdidos, con productos sanos y frescos, pero también con el espíritu solidario que permitió construir en estos últimos 70 años colonias y pueblos que son un orgullo de la provincia de Misiones y que ahora luchan por encontrar alternativas.

Hablando de solidaridad, permítanme apartarme un poco del tema de las ferias francas de Misiones (y también de muchas otras provincias en este momento) para referirme a la mala situación que están pasando miles de familias del campo, trabajadores con o sin tierra, que muchas veces no tienen ni para comer. Aunque les parezca extraño, y a pesar de que algunos tiene unas pocas hectáreas, muchas familias pasan hambre; esto responde a distintas causas que sería largo discutir, pero sean cuáles sean las mismas, hay una fundamental: los que más tienen, en nuestra provincia de Misiones y en el país, no solo olvidaron valores como la solidaridad, la justicia y la equidad, sino que impusieron un modelo de sociedad donde eso es lo menos importante.

Rubén O. Gilardi:

Un argentino Silvio Geser fue el que inventó esta moneda alternativa, pero evidentemente el trueque se fue modificando a través del tiempo. El trueque actual que se llama "multirecíproco" utiliza un sistema de vale como elemento de intercambio. Si bien en sus principios acá, en la Argentina, era una experiencia casi romántica, el avance de la crisis la ha transformado como consecuencia de un crecimiento enorme que ha desnaturalizado muchas de las ideas iniciales. Por eso muchos compañeros están actualmente tratando de volver a pequeñas experiencias controlables.

En este proceso hay dos aportes fundamentales a rescatar: una es el no uso del dinero en la red, como un elemento central. En esta etapa de crisis la posibilidad de desarrollar experiencias en las que no se utilice dinero, o esté restringido al mínimo, es un elemento importante. El otro, es el trabajo en red.

Yo y muchos otros habíamos intentado trabajar en redes desde hace unos años, pero nunca tuvieron la característica de la red que aquí uno visualiza claramente, con miles de personas que interactúan y que intercambian información; una información, a lo mejor de la provincia de Entre Ríos, no se sabe cómo ni a través de quiénes, al otro día circula en una feria de trueque en Lanús por ejemplo. Esto permite visualizar claramente la existencia de una red con toda una trama de relaciones.

Otra cosa importante es que esto ha este proceso ha desencadenado un fenómeno de participación activa de sectores que anteriormente nunca habían participado en una reunión y nunca habían tenido la posibilidad de expresarse en un encuentro. Mucha es gente mayor, de sesenta-setenta años, sin participación social o política anterior, a la que nunca se le hubiera ocurrido participar en una experiencia de esta naturaleza, donde de repente pasa de estar en su casa aislado a vincularse con cientos de personas en una semana, participando en ámbitos de discusión, sin restricciones.
La participación modifica toda su situación personal; hay una transformación sicológica inmediata. Este fue y es muy importante, al menos en nuestra Red del trueque.

Es importante también, aunque ahora ya no es tan notable, que la red estuvo integrada desde sus principios casi en su totalidad por mujeres, algo como vemos muy común en otro tipo de experiencias, donde las primeras que salen a poner el hombro frente a la crisis son las mujeres. En esta experiencia también se dio así, pero ahora, como la crisis es muy grande, han aparecido los hombres. En los primeros momentos los hombres iban a esperarlas, pero no se arrimaban, no querían entrar a la feria. Ahora ya hay una importante cantidad de hombres que también participan activamente en todos los espacios creados.

Otro aspecto destacado de la experiencia, y que constituye un gran aporte, es que se genera un mercado alternativo; podemos así hablar de experiencias de toda clase de economía informal o de trabajo informal, pero siempre en un contexto vinculado muy directamente al mercado formal ya que es necesario incorporar algo de dinero para poder producir. Por eso decimos que este mercado informal el mercado formal pueden tener muchos puntos de contacto.

El mercado que se está creando puede limitarse, pero también puede llegar a ser una experiencia importantísima de mercado alternativo, casi autónomo, si existe una buena planificación. Esto es fundamental y tal vez sea el centro de la experiencia a rescatar: un mercado alternativo, donde con muy poca inversión de dinero muchos productores pueden establecer un intercambio de sus servicios.

Viendo las cosas a analizar, objetivamente y con sentido crítico, ésta es una de las cosas más rescatables de las experiencias crecidas en el trueque.

Volviendo a lo que decía inicialmente, el hecho de que la crisis haya arrojado a las redes de trueque a cientos de miles de personas ha modificado su característica original, donde se trabajaba en grupos chicos (20, 30, 50 personas) de prácticamente amigos, donde el intercambio de bienes y servicios era sólo una parte del intercambio; había también una parte de información, de conocimientos, que generalmente terminaba con una fiesta. Las fiestas han desaparecido totalmente en este último año, y es algo que de alguna manera estamos tratando de modificar en la red.

El brusco crecimiento evidentemente la ha transformado en un sistema de intercambio que limita cualquier otro tipo de relación. Las ferias pasaron en algunos casos a tener una cantidad de 500, 1000 y hasta cinco mil personas, algo que asusta; uno entra en una feria de esta naturaleza y se asusta; es un hecho digno de analizar. El entusiasmo provocado por este fenómeno hizo que algunos sectores se vincularan con el Estado para promoverlo y apoyarlo. En alguna discusiones que hemos tenido con funcionarios, supuestamente "progresistas", les dijimos que el apoyo o la promoción por el Estado la red del trueque era como si el estado se dedicara a promover las ollas populares. Al estado le corresponde tratar de dar trabajo, de promover trabajo, pues el trueque es una expresión de la crisis y debe tomarse como una cosa temporal, más allá de que algunos hubiéramos pensado utilizarla como un espacio de organización y de desarrollo de otro tipo de experiencias.

De ninguna manera aceptamos pensar el trueque como algo institucional y esto es tal vez la parte mas critica de esa "tinelización" del trueque que muchos ven por televisión, apuntalado por sectores del Estado. No se puede imaginar que de cero horas del tema en la televisión se pase a programas de todo tipo y a artículos, permanentemente en diarios y revistas. ¿Por qué sucede esto? es parecido a las conducta de este mismo Estado cuando descubrió a los sectores cuentapropistas de la economía informal y se dijo "a esta gente hay que apoyarla, por que si con poco se las rebusca y produce, si le damos un poquito más solucionamos bastantes problemas y no tenemos que preocuparnos por la crisis".

Esta fue la idea cuando se empezó a trabajar desde el estado sobre la economía informal. "Esta gente prácticamente no utilizaba el dinero ¡Fenómeno! sirve como un perfecto colchón para esta crisis, podemos seguir haciendo ajustes y a la gente la mandamos al truque". Este fue el análisis hecho por muchos funcionarios y así vimos que muchos intendentes empezaron a tratar de vincularse y utilizar este sistema para reducir la problemática que tenían en sus municipios. Algunos funcionarios y algunos sectores dedicados a dar alimentos declaran sin problemas que han reducido totalmente la cantidad de gente que va a golpear las puertas, o a solicitar comida; esto del truque es sensacional, para ellos.

Sin embargo, esto tiene un punto crítico de irresolución: la relación entre el trueque y el problema alimentario? La gente que entró en el trueque en un primer momento era la clase media "empobrecida" pero que tenia recursos y con su dinero, compraba, manufacturaba, producía e intercambiaba. Eran pequeños productores individuales, pero es importante recalcar que no había grupos de productores agropecuarios. Con el correr del tiempo fue aumentando la cantidad de gente y también disminuyendo la posibilidad de inversión de los nuevos socios. Hoy, la gente que está en el trueque es la misma gente que vive en la Argentina, no es otra, así que si aquellos que tienen empleo apenas pueden comprar su comida, aquellos otros que van al trueque, que no tienen empleo y no pueden invertir una moneda para comprar harina (y digo harina como un elemento fundamental para manufacturar una cosa barata e intercambiarlo). ¿cómo hacen?

La crisis se muestra en la red del truque con la escasez de alimentos para intercambiar.

Frente a esta situación hay que rescatar que mucha gente empezó a desarrollar estrategias comunes a otras organizaciones; juntando lo poco que tienen, haciendo compras comunitarias; empezando a trabajar en conjunto, haciendo pequeñas cooperativas. Se trata de empezar a utilizar mejor los recursos. Antes 10 hacían pan de buena calidad individualmente, ahora los diez empezaron a usar una sola cocina y trabajan para hacer una cooperativa.

Estos son los elementos que rigen en alguna medida la situación del trueque hoy en la Argentina, y que pueden también provocar su desnaturalización. En otra época no entrábamos en estos detalles, pero como se difundió por televisión que el sistema funciona con un intercambio a través de vales se ha diseminado por todo el país con múltiples experiencias y modalidades, hay gente que optó por tener una modalidad común a la nuestra y emite libremente los vales. Dicho en términos económicos simples y sin necesidad de ser un genio, esto produce inflación. Hay gente que está en posesión de muchos vales, pero no tiene productos porque no puede producir o porque no quiere; algunos solo son revendedores o espectadores.

Esto es también digno de analizarse, porque nos lleva a la conclusión de que tenemos que establecer un proceso de recuperación del trabajo y la dignidad, porque sino, incluso en aquellos más afectados, como consecuencia de los modelos culturales que nos han impuesto los últimos tiempos, existirá todo tipo de especulación. En el trueque, como en cualquier otro lado, existe un criterio de tipo monetario y la gente adhiere al sistema de dinero, sea alternativo o no, lo que genera muchos conflictos; a eso se suma un problema fundamental, la dificultad de que la gente para asociarse y trabajar conjuntamente.

Escuchando la experiencia de los compañeros de las Ferias Francas de Misiones, a la que llegan después de esfuerzos verdaderamente valorables, ellos decían una cosa sensacional: si uno establece un sistema de intercambio donde lo único que prioriza es el intercambio, esta dándole a un medio el valor de un fin. El comercio o el intercambio no es más que un medio, en este caso de la sociedad en su conjunto y de obviamente la red del trueque.

La red del trueque valora el sistema de intercambio y no la producción y por eso estamos empezando a establecer formas de trabajo cooperativas, tratando de retomar el sistema de producción sinó es puro intercambio. Dado que la experiencia es extensa y abarca todo el país, en muchos casos se están produciendo interesantisima formas organizativas que sería bueno contar. Por ejemplo, están haciendo una especie de seguro de salud a través de redes de médicos que cobran totalmente en créditos; hay también experiencias de producción de alimentos; se están estableciendo vínculos con la gente de los programas de huertas que abastecen a la red del trueque, etc.

Fundamentalmente nosotros tratamos de rescatar y hacer énfasis, al menos en nuestra red y a pesar de que, aunque cuesta bastante en el no uso del dinero, buscando todas las formas de planificación alternativas que podamos imaginar; buscando todos los recursos posibles y la interrelación con todos los sectores, a fin de suplir el capital económico exclusivamente en dinero por el trabajo. Hacemos hincapié en formas de planificación participativas donde toda la gente interviene en la discusión, en la planificación y en el desarrollo de cualquier tipo de experiencia en la red. Esto nos cuesta mucho y estamos desarrollando tareas a los efectos de buscar el "pegamento" que canalice la energía que utilizamos para pelearnos todos, contra todos en poder trabajar todos juntos. Por eso decimos, al menos en la red donde estamos trabajando, "pretendemos que el continuar sea para todos, porque esto es una creación de todos".

Javier Souza Casadinho: "Programa de Extensión en Huertas Escolares y Comunitarias" Facultad de Agronomía- (PEHUEC)

No puedo dejar de decir que además de trabajar en el PEHUEC, trabajo también en una ONG (el CETAAR), que financió mi viaje hasta aquí y de la que me gustaría contar algo de lo que estamos haciendo, porque están apareciendo algunas alternativas de construcción de poder a partir de experiencias concretas de huertas familiares y comunitarias que a lo mejor le pueden servir a quienes viven más cerca.

En principio el PEHUEC es un programa de extensión en huertas de la Facultad de Agronomía de Buenos Aires, que se desarrolla hace unos años a partir de la Cátedra de Sociología y Extensión Rural. Busca esencialmente la capacitación de los alumnos en técnicas de extensión e intervención comunitaria y huerta orgánica, pero el objetivo no es que ellos se queden con este saber, sino que puedan aplicarlo y reaplicarlo en una instancia comunitaria. Otro objetivo es tratar que los alumnos conozcan la realidad, y no solo por mirarla en televisión, sino a partir del desarrollo de una actividad concreta y permanente por lo menos durante un año o más. Nuestros pasantes tratan de comprender las problemáticas que se van dando en las distintas instituciones, y sobre todo tratan de intervenir en esta problemática a través de la propuesta de la huerta orgánica.

Estamos trabajando fundamentalmente a partir de la demanda de centros de salud escuelas, centros barriales, hospitales, etc. en Capital Federal y algunas zonas de la provincia de Buenos Aires. Normalmente nuestros alumnos van una vez por semana, desarrollan sus actividades aproximadamente en 2 o 3 horas, tratando de capacitar en la producción de huerta orgánica ya sea a alumnos de escuelas primarias, como a personas pertenecientes a los centros comunitarios, a los grupos de base, a centros de contención de adictos, etc. Pero no se trata de quedarse en esta etapa, sino de ver cuáles son las mejores formas de intervención en cada realidad y cuales las mejores formas de organización de las personas para alcanzar el objetivo que se propone.

A los alumnos se los capacita tanto en la producción de alimentos como en las mejores técnicas de intervención para que esta se haga en las mejores condiciones, respetando los tiempos, el saber, la identidad, la cultura, de cada uno de los grupos donde se esta actuando. En la actualidad hay unos 28 pasantes de la Facultad de Agronomía en 14 centros de Capital y Buenos Aires. Como la intervención en la comunidad es compleja debido a la heterogeneidad y problemática distinta de los grupos y organizaciones, trabajamos en cooperación con la Facultad de Sicología, a partir de la Cátedra de Intervención Comunitaria y también de la Facultad de Ciencias de la Comunicación por lo que también hay pasantes de esas dos facultades; ésto permite seleccionar las mejores alternativas y también las mejores estrategias de comunicación de la experiencia hacia "afuera" (el medio) y hacia "adentro", con las personas que están trabajando en el Programa.

Es entonces un programa de extensión y capacitación donde la idea fuerza no es producir alimentos, sino capacitar a los alumnos en técnicas que les permitan intervenir en la comunidad y puede decirse que los resultados que se están alcanzando en la comunidad son muy favorables. Hay experiencias muy importantes, como lo de Andrés, en El Ceibo, o la de José que ya lleva cinco años de intervención comunitaria con una huerta instalada en un centro al que van niños y adolescentes de donde se sacan frutos que se comen y se venden. Hay otros centros en donde, a partir de la huerta orgánicas los alumnos van comprendiendo el funcionamiento de los ecosistemas y también producen alimentos; después algunas veces, aplican la experiencia en sus casas.

El PEHUEC además de permitirle a los alumnos de la Facultad acercarse a la sociedad, les permite también de alguna manera cumplir con los preceptos de la Universidad pública, que, además de investigar y hacer docencia, debe hacer extensión. Aunque sea mínimamente se están pudiendo construir algunos espacios para resolver un problema muy serio, como lo es el del el hambre en la Argentina.

¿Qué hacemos antes ésto? Hay muchas experiencias interesantes, no solamente de producción de alimentos, sino de construcción de alternativas de poder a partir de la huerta o a partir del trueque, a las que nosotros, por lo menos en Merlo y Marcos Paz estamos bastante ligados; esto es posible. En el CETAAR desde hace unos 15 años estamos trabajando en huertas, una propuesta desafortunada que o afortunadamente, cada vez tiene más demanda; cada vez encontramos más personas que están comiendo de su huerta.

Lo que estamos intentando particularmente en este momento es de tratar de articular las muchas experiencias que se están dando y a todas las instituciones que de alguna manera brindar su apoyo. No todo lo podemos esperar del Estado, sino que debemos avanzar tratando de articular todos los estamentos que hay en el estado y las ONG a fin de alcanzar los objetivos.

Eso, por ejemplo lo intentamos en Merlo y Marcos Paz, dos partidos que están uno a 30 y el otro a 50 Km. de acá de Congreso. En Merlo estamos haciendo cosas que a veces parecen increibles, como tratar de articular programas nacionales (el ProHuerta) con proyectos municipales, con al menos en este momento cinco confesiones distintas (mormones, católicos o evangelistas, etc) con gremios de la CTA, con Cáritas, con otras ONG. Partimos del respeto a la identidad cultural, tratando de subordinar la propuesta de huerta a los deseos y las ganas de las personas; incluso, como en los cultivos que están haciendo, tratar de respetar la diversidad. Si la propuesta de la huerta se asienta justamente en la diversidad biológica, es coherente respetar la diversidad cultural, los distintos haberes y los distintos saberes.

No se trata de conformarnos comiendo verdura, porque no podemos acceder a otros alimentos (aunque las hortalizas no son alimentos de pobres sino que son alimentos ricos en energía y en proteína) ni de actuar como "parche", sino de tratar que además del cultivo de su huerta la gente pueda organizarse, como mejor le parezca. Puede ser a través del club del trueque, o de la asociación de productores y en esto ligarse a los consumidores; organizarse y consumir en conjunto lo que se esta produciendo; organizarse y peticionar por tierras o por el agua, para hacer la huerta orgánica; por mejorar la calle y permitir al acceso, o por lo que sea.

También estamos trabajando en otros temas que en parte se conversaron hoy aquí como la autoproducción de las semillas y las hierbas medicinales. En la medida que las personas puedan producir sus semillas y a partir de ellas sus alimentos, cada vez vamos a ser más libres. No vamos a tener que esperar que ningún programa nos de las semillas, sino que cada uno va a producir sus semillas en forma autónoma, y mejor todavía si lo hacemos en forma comunitaria. Para eso se están recreando bancos de semillas a nivel local, con las semillas adaptadas a cada zona. Recuperar los saberes en torno a las hierbas medicinales es también importante y no debe verse como un paliativo para los pobres, sino que son un recurso que hoy estamos valorando Aquí, en la provincia de Buenos Aires crecen mas de 100 plantas medicinales que debemos saber emplear, no porque no accedamos a los medicamentos del primer mundo, sino por que son un elemento natural, sano, accesible, y fundamentalmente, porque no tiene elementos colaterales como la mayoría de los remedios que tomamos.

Hay mucha gente trabajando en todos estos temas y quizás una de las primeras tareas sea sistematizar todas estas experiencias, desde las chiquititas a las muy grandes, para que podamos compartir metodológicas y resultados, aprendiendo de algunos fracasos y sobre todo de algunos de los aciertos.

(1) El Plan de subsidios a Jefas de Familia sin ingresos implementado por el gobierno del Dr. E. Duhalde implica el pago de dicha suma previa inscripción bajo ciertos determinados requisitos.

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