Chile: elementos claves que fundamentan la opinión de Anamuri frente al TLC

La Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas “ANAMURI” manifiesta su opinión frente a unos de los actos de mayor de irresponsabilidad de la mayoría parlamentaria que en el día de ayer con su voto aprobaron el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos

La opinión pública, ha sido testigo de como Parlamentarios de todas las tendencias se felicitan unos a otros y presentan como un paso hacia un gran futuro para Chile este acuerdo y mas doloroso resulta aun que dirigentes campesino expresen su beneplácito y saluden irresponsablemente este dramático acto. Sin embargo la verdad es bastante más compleja y dura. El TLC con Estados Unidos pone a Chile y especialmente a los sectores menos poderosos en una condición de dependencia, sumisión y pérdida de soberanía que no pueden dejar de alarmarnos. Por lo mismo, creemos importante declarar lo siguiente:

1. Que de acuerdo a las declaraciones de diversos parlamentarios, el texto fue aprobado sin tener un adecuado conocimiento de él. Varios de ellos se han disculpado de no conocer el texto en detalle porque éste es “demasiado largo”. Sin embargo, cada palabra que él contiene implica una determinada obligación para el país. Consideramos, por tanto, una irresponsabilidad y abandono de los deberes parlamentarios haber aprobado el texto sin haberse tomado el tiempo para que cada parlamentario que emitió su voto lo conociese al detalle.

2. El Tratado es mucho más que un Tratado de Libre Comercio. De hecho, los cambios relacionados al comercio internacional no son las más importantes. El TLC crea condiciones de privilegio explícitas y excesivas para los inversionistas estadounidenses. Las empresas norteamericanas no pagarán impuestos en el país, recibirán un trato más favorable que cualquier empresario chileno, podrán opinar sobre los procesos legislativos chilenos y tendrán ganancias garantizadas. Las garantías a la inversión implican que las empresas norteamericanas competirán con las chilenas no sólo en los mercados internos, sino que además se les abre mercados externos en los que Chile tenía condiciones ventajosas. Adicionalmente, las empresas norteamericanas podrán demandar al Estado de Chile si las políticas de Estado o la legislación chilena (como la legislación laboral, de defensa del consumidor o ambiental) disminuyen sus ganancias.

3. En contraste, el Estado Chileno no resguardó adecuadamente ninguna política o programa público de apoyo a la actividad económica o a los sectores sociales más desposeídos.

4. La agricultura se verá especialmente afectada. Desaparecen de forma inmediata o progresiva los aranceles para los pocos cultivos que aún son rentables para la pequeña agricultura y la agricultura del sur del país, y ninguno de esos cultivos queda con precio mínimo frente a las importaciones desde Estados Unidos. Esta situación es especialmente grave si se considera que Estados Unidos podrá exportar a Chile productos agrícolas que reciben los subsidios más altos del mundo en la actualidad. No olvidemos que esta situación fue una de las razones fundamentales para el fracaso de las conversaciones sobre agricultura en la reunión de la Organización Mundial del Comercio en Cancún.

5. La situación anterior pone a la agricultura campesina en una condición de víctima de guerra, ya que simultáneamente estamos enfrentando la privatización de hecho o de derecho de los programas de asistencia técnica y de investigación agrícola, y el endurecimiento de las condiciones del crédito.

6. Vemos con especial alarma el que el texto del TLC crea las condiciones para que los pocos derechos reconocidos a los Pueblos Indígenas del país mediante la Ley Indígena puedan ser derogados de hecho o mediante cambios legislativos exigibles a través del TLC. Una vez más el Gobierno de Chile no tomó las salvaguardas necesarias y utilizó un lenguaje débil y vago al respecto, lo que deja la vigencia de la Ley Indígena a merced de demandas por parte de los empresarios estadounidenses. Una de las pérdidas más significativas es que las tierras indígenas podrían pasar a ser enajenables.

7. Se ha dicho falsamente que el TLC significará una mejoría en las regulaciones laborales y ambientales. Una vez que el tratado entre en vigencia, Chile no podrá mejorar sus leyes laborales o ambientales sin arriesgarse a ser demandado por millones de dólares por empresas o potenciales inversionistas estadounidenses que consideren que sus ganancias están en peligro o disminuyen por tener que pagar mejores salarios, dar mejores condiciones de trabajo, o respetar nuevas leyes ambientales. Por lo mismo, creemos que es extremadamente grave que actualmente se esté empujando una ley de flexibilización laboral, que sólo esconde la pérdida de derechos básicos. Si esa ley se aprueba, quienes dependen de un salario en Chile no podrán exigir la recuperación de sus derechos.

8. Nos parece vergonzoso el abandono de la soberanía nacional que se legaliza a través de este tratado. Al firmar el tratado, Chile queda obligado a firmar varios otros convenios y tratados internacionales que los parlamentarios y personeros de gobierno han dicho no conocer. Chile estará adicionalmente obligado a adoptar determinadas leyes, transformar determinados reglamentos o instaurar determinados procedimientos jurídicos, sin importar si el parlamento o el gobierno desean o no hacerlo así, o sin importar si la ciudadanía desea algo distinto mayoritariamente. A partir del tratado, los únicos sectores que el parlamento o el gobierno estarán obligados a consultar al momento de legislar son el empresariado y el gobierno norteamericanos. Las llamadas “cláusulas de transparencia” así lo exigen.

9. Un ejemplo específico del abandono de soberanía es que Chile estará obligado de aquí a cuatro años a adoptar una nueva ley de Propiedad Industrial que permita el patentamiento de plantas. Esta ley será una agresión directa y violenta a principios éticos básicos acerca de la sacralizad de la vida, y dejará fuera de la ley un derecho fundamental de los campesinos y pueblos indígenas de Chile y el mundo a lo largo de toda su historia: el derecho a mantener, crear, mejorar, utilizar e intercambiar semillas y conocimientos de manera libre, soberana y solidaria. Junto a las otras agresiones que sufrirá la agricultura campesina, se conforma un cuadro ya no sólo de guerra contra el campesinado y los pueblos originarios del país, sino una verdadera intención de exterminio.

10. Nos parece igualmente vergonzoso que autoridades de gobierno y parlamentarios hayan aprobado el TLC negándose a ver los efectos concretos que diez años de TLC entre Estados Unidos, Canadá y México han creado en Canadá y México, a pesar de que las condiciones aceptadas por esos países son algo menos serviles que las que Chile está aceptando en este momento.

11. A todo lo anterior, se suma el hecho que el Tratado fue negociado y actualmente está siendo aprobado violando todo tipo de principios democráticos. Durante todo el proceso de negociación, el Parlamento y la opinión pública fueron mantenidos sistemática e intencionalmente desinformados de manera total. El Parlamento sólo conoció el texto meses después que éste fue firmado, y tanto parlamentarios como autoridades de gobierno han mantenido el debate a puertas cerradas, negando la posibilidad de participación ciudadana, negándose o restándose a participar en debates, o entregando informaciones parciales o vergonzosamente sesgadas.

12. Cuando se comenzó a negociar el TLC con Estados Unidos y otros tratados de libre comercio, se hizo mucha propaganda sobre los supuestos beneficios, pero nadie mencionó que Chile dejaría de recibir menos impuestos por estos tratados. Quienes se ahorrarán los impuestos serán las empresas transnacionales (al no pagar aranceles) y los sectores más ricos (al no pagar impuestos a las importaciones lujosas), y lo que ellos se ahorrarán deberemos pagarlo todos los que dependemos de nuestro trabajo. Con la subida del IVA, son los sectores más pobres los más castigados. Esto es sólo un principio, pero está claro quiénes serán los que pierden.

13. Por lo mismo, es necesario hacer un fuerte llamado a las organizaciones sociales y a la ciudadanía a expresarse frente a los atropellos permanentes a nuestros derechos ciudadanos, a al ocultamiento de la verdad frente a los oscuros propósitos que estos acuerdos encierran, nada de lo que se discuta y se negocie a espalda del pueblo es en beneficio del pueblo.

Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, ANAMURI. A.G.

Santiago 9 de Octubre 2003

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