Colombia: Declaración del Congreso de pueblos indígenas del norte del Cauca, ante la presión de actores de la guerra

Más de 17 mil personas provenientes de 15 territorios indígenas del norte del Cauca, delegados de organizaciones hermanas del país y representantes de organismos solidarios de Colombia y el Mundo, nos hemos reunido en Jambaló, durante los días 12 al 15 de diciembre del 2002 para compartir nuestras experiencias, sueños, preocupaciones y defensa de nuestro proceso, dentro de dificultades de autoritarismo gubernamental, agudización del conflicto armado, desempleo, violencia, desplazamiento, violación de derechos humanos e irrespeto al derecho Internacional humanitario

Afirmamos aquí que la base de nuestra economía milenaria continúa siendo la tierra, interés central de los actores del conflicto, por lo cual nos motiva la necesidad de identificar y fortalecer, sin dejarnos absorber, nuestro pensamiento ancestral y la identidad para contribuir con la construcción de un modelo propio de economía, sembrando productos diversificados para el consumo,.generando políticas de apoyo y valoración frente al quehacer agrícola para planificar, organizar y priorizar las necesidades y hacer un proceso pedagógico que invite a conservar semillas nativas e intercambiar alimentos, cultivados sin químicos. En este orden de ideas es urgente recuperar las prácticas culturales, los sitios sagrados y la seguridad alimentaría.

Por eso, acompañados por nuestros espíritus protectores, la luna, el sol, el viento, la lluvia, el día y la noche, ratificamos nuestras búsquedas de unidad, tierra y cultura; motivamos nuestra persistente defensa por la autonomía, confirmamos la urgente necesidad de defensa y seguridad por medio del diálogo, la participación y la concertación y nos comprometimos a fortalecer nuestros territorios y formas propiedad de autoridad y justicia.

Sin embargo, estas mismas deidades naturales, nos avisan que energías contrarias al querer comunitario permanecen necias en contra de la vida y no escatiman esfuerzos por involucrarnos en el la guerra para justificar su maquinaria de muerte y desolación:

1. Fumigaciones, ametrallamientos, bombardeos, allanamientos e incumplimiento del Estado no solo para garantizar nuestros derechos, sino al cumplimiento de los acuerdos y compromisos adquiridos mediante procesos de movilización.

2. Grupos armados que a nombre del Estado, en su defensa o en contra del mismo alteran nuestra convivencia y presionan para que nuestros jóvenes se unan a sus filas, crean confusión, zozobra y desplazamiento.

3. La economía internacional, causa de la actual crisis, vulnera la autodeterminación del Estado colombiano en complicidad con sectores del poder del gobierno central, con lo que se facilita el intervensionismo en todos los ordenes.

En consecuencia el Presidente Uribe, a través de argucias jurídicas, suspende las garantías ciudadanas, otorga facultades a las Fuerzas Militares para investigar y juzga a civiles, autorizando la aplicación de penas de prisión a autoridades administrativas para sancionar el ejercicio de formas de protesta social legítima. En oportunidades anteriores el costo pagado con el sacrificio de las libertades fundamentales no produjo el resultado esperado por el cual se justificó: terminar el conflicto armado, el cual, lejos de disminuir se intensificó y, peor aún, entró en una fase de degradación, estimulada en mucho por las operaciones contrainsurgentes de las Fuerzas Militares que desconocieron los límites que imponen el derecho internacional y la legislación nacional.

Por nuestra parte hemos venido rescatando formas milenarias de seguridad como nuestra Guardia indígena, el derecho propio, las asambleas permanentes y este congreso de pueblos indígenas del norte del Cauca, con las cuales decimos a voces juntas que continuamos con las raíces en la tierra y que no necesitamos agentes de fuerza del Estado ni de ningún otro ejército, que a nombre de nuestra seguridad alteren nuestra convivencia y justifiquen su presencia.

Por eso no compartimos la interpretación que hacen la fuerzas del Estado frente a nuestras acciones de resistencia indígena y les decimos: nosotros no defendemos a ningún actor armado, pero si denunciamos a todo aquel que viole los derechos humanos, el Derecho internacional humanitario y se asiente en nuestros territorios como ejército de ocupación.

En sentido de lo anterior, comuneros, autoridades tradicionales, Consejeros CRIC, delegados de regionales hermanas y representantes de organizaciones de derechos humanos, ratificamos en este congreso de pueblos indígenas del norte del Cauca nuestra firme decisión de:

- Conservar y fortalecer nuestra Autonomía territorial

- Nuestra disposición de continuar aportando en la construcción de un nuevo país

- Nuestro rechazo al modelo neoliberal de desarrollo implementado por el Gobierno Nacional a través de acuerdos como el ALCA y con la OMC, y expuesto en las reformas constitucionales que cursan en el Congreso de la República los cuales reducen los alcances de la Constitución de 1991

- La voluntad de continuar trabajando por el fortalecimiento de la unidad entre indígenas y con otros sectores sociales como se viene dando en el proceso del suroccidente colombiano

- Nuestra exigencia, tanto al Gobierno Nacional como a la subversión de un cese al fuego y de las hostilidades sobre la sociedad civil.

- Nuestra inflexible decisión de apostarle a una verdadera política de paz.

- Nuestra exigencia a los diferentes actores de poder, tanto armados y político como económico, de respetar nuestra decisión de no participar del conflicto armado.

- Nuestro impulso, apoyo y consolidación a los procesos de control interno, principalmente los relacionados con la guardia indígena y el ejercicio de la justicia propia

Por último, en este evento de unidad, convivencia y expresión de autonomía y defensa de los pueblos indígenas, manifestamos que la guerra, como instrumento de los intereses de la globalización para benéfico de las corporaciones transnacionales, no puede ser excusa para violar los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, lo cual promueve la desaparición forzada de los pueblos indígenas y el reinado de la impunidad en Colombia.

Resistencia integral por la autonomía y el fortalecimiento de modelos económicos alternativos y solidarios

CONGRESO DE PUEBLOS INDÍGENAS DEL NORTE DEL CAUCA

Jambaló, Cauca, Colombia, diciembre 15 del 2002

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