Esto no es Chile: los problemas del modelo agroexportador y la economía extractivista

Idioma Español
País Chile

Les presentamos  la plataforma web por una constitución más allá del neoliberalismo: #EstonoesChile.cl, una serie de herramientas para informar sobre los amarres del modelo neoliberal en la Constitución de 1980 y sus impactos en las distintas esferas de la vida.

EDITORIAL

Este espacio es una invitación a conocer el estado actual de la precariedad de la mayoría de quienes habitan este país, la génesis de la constitución en la dictadura cívico-militar, y por qué no, empresarial; y lo más importante, las alternativas levantadas desde las organizaciones sociales al neoliberalismo en Chile, que se enmarcan en la crisis civilizatoria ante un capitalismo depredador de las personas, las comunidades, los territorios y los ecosistemas.

Durante muchos años pensaron que nos hacían creer que no había otras formas de vivir. Sabemos que perpetuar el modelo económico es seguir reproduciendo las desigualdades. Continuar vendiendo volúmenes exorbitantes de materias primas al mercado internacional a precios irrisorios, mientras en los territorios explotados, mal llamadas ‘zonas de sacrificio’, los extractivismos consumen hasta la última gota de agua, y con ello, acaban con las economías locales y territoriales, e incluso violan sistemáticamente los derechos humanos de las culturas que se resisten a desaparecer.

Nuestra intención es ayudar a visibilizar el verdadero poder constituyente en las elecciones a la Convención Constitucional, respuesta de la élite para dar un respiro al gobierno criminal de Sebastián Piñera mientras Carabineros y las Fuerzas Armadas mataban, mutilaban, abusaban sexualmente y las noticias sobre las violaciones a los Derechos Humanos en Chile daban la vuelta al mundo.

Consideramos urgente correr el mensaje sobre la importancia de elegir y votar por las listas de candidaturas independientes a los partidos políticos y emanadas de las organizaciones sociales y territoriales arraigadas en los movimientos que han construido alternativas desde antes del estallido y continúan en estado de Revuelta. Además, comprenden la crisis de manera sistémica y no aluden a lo ambiental como una categoría accesoria, sino que cumple la función desde la cual sentar las bases constitucionales para poner en el centro el cuidado de la vida, en todas sus expresiones. La pandemia por la Covid-19 ha evidenciado de manera dramática y dolorosa cómo la privatización de la vida, la precariedad, la exclusión y la desigualdad no dan para más; sumado al gobierno que no ha titubeado cuando se trata de seguir generando la riqueza que acaparan unos pocos.

Hemos decidido ir por todo y más, incluso al punto de resignificar nuestro nombre. El modelo instaurado a punta de armas, torturas, asesinatos y desapariciones, y que luego se maquilló y siguió con las mismas prácticas solapadamente, no puede seguir existiendo. Su obra, lo que nos han hecho creer que es este país, simplemente no es Chile. Renegamos de lo que han hecho de él y accionamos por resignificarlo.

A contrapelo de los medios hegemónicos y la élite política, vemos con esperanza el hecho de que tantas organizaciones y personas, durante años al margen de la institucionalidad, hayan decidido incidir en el sinuoso camino a la Convención. No creemos en las encuestas tendenciosas y estamos esperanzadas en la fuerza del desborde popular con el horizonte de superar la democracia representativa y no delegar más nuestra responsabilidad como sujetos y sujetas profundamente políticas.

Salir de la tiranía militar a una democracia “en la medida de lo posible” era necesario para echar a andar el modelo neoliberal, dar estabilidad y certeza jurídica a las inversiones extranjeras que siguen siendo la gran estafa de los administradores de la miseria. Hoy tenemos la certeza de que si no se toca el modelo neoliberal, no habrá futuro para una vida digna, saltémoslo juntxs.

Te invitamos a recorrer la sección de extractivismos:

1. Agronegocio: el veneno invisible

Las plantaciones de avellano europeo en Chile han aumentado más de 280% en la última década. La empresa italiana Ferrero, cuya filial chilena se llama Agrichile, recibe la mayor parte de las exportaciones.

Más de la mitad de las plantaciones se encuentran en la región del Maule. También es la región con las tasas más altas de cáncer gástrico en el país, hay además «cáncer de mama, enfermedades pulmonares, Parkinson, demencia. Las temporeras suelen tener abortos espontáneos. Y creemos que estas enfermedades están relacionadas con la agroindustria», dice Elsa Labraña, miembro de un colectivo de mujeres en Curicó. María Muñoz investiga en la Universidad Católica del Maule los efectos de los pesticidas en la región. Ha encontrado residuos de cinco pesticidas diferentes en la orina de los niños, incluyendo diazinón y azinfos-metil. Ambos son residuos de insecticidas fabricados por las empresas europeas Syngenta y Bayer. Su aplicación está prohibida en la Unión Europea, pero se permite en Chile.

Lázaro Aburto, ex temporero de la comuna de Pelarco, confirma que las plantaciones de avellanos en la región del Maule están utilizando el herbicida paraquat, también prohibido en la Unión Europea: "Hay muchos trabajadores con envenenamiento, pero la gente está ocultando sus enfermedades porque les preocupa que las empresas se den cuenta y dejen de darles un trabajo". Según cifras del Ministerio de Agricultura de Chile, el paraquat es el herbicida más vendido en el país después del glifosato.

2. Agua: no es sequía, es saqueo

La región de Coquimbo es una de las regiones que ha sido declarada como zona de emergencia agrícola debido a la escasez hídrica que afecta a las personas y los animales. Miles de animales han muerto, entre ellos vacunos, cabras y ovejas. Los que más sufren son los pequeños agricultores y crianceros. En el Valle de Limarí son llamados “cabreros” aquellos que se dedican a la crianza de cabras.

Una de ellas es Miriam Pizarro que vive en Tulahuén en el Valle de Limarí. Su principal ingreso proviene de la venta de leche y queso de cabra. Pero debido a la sequía han muerto más de 40 de ellas: “Se murieron varios cabros chicos y las cabras cuando iban a parir porque no tenían fuerza. Los animales que me quedan están flacos porque no hay nada de pasto en el cerro”. Pizarro y su familia dependen únicamente de la lluvia porque no poseen ningún derecho de agua.

Alejandro Cortés, otro pequeño agricultor del Valle de Limarí y presidente de la Comunidad de Aguas del Canal Mollar, recibe agua del canal cada 20 días y no le alcanza para regar sus cultivos. Cortés defiende a los pequeños agricultores en la agrupación de regantes del río de Limarí. Pero los que tienen más votos son los que tienen más derechos de agua, es decir los dueños de las grandes plantaciones. “El código de aguas es criminal. Lo han hecho para que los grandes empresarios puedan robar agua amparados por una ley”, dice Cortés.

3. Forestal: negocio de cartón

La Provincia de Arauco en la Región del Bío Bío ha convivido por décadas con el monocultivo forestal, rubro que surgió como un proyecto CORFO en el año ´67 y que durante la dictadura, una década después, fue licitada y adjudicada por la forestal Celco-Arauco del grupo Angelini. De ahí en más, ha traído una considerable disminución del bosque nativo, reemplazado por pinos y eucaliptos, agudizando el conflicto empresa-Estado-Pueblo Mapuche. Se estima que la Región cuenta con un estimado de 634.654 hectáreas de plantación de un total de 23.890 km² de superficie.

En 2018, el Servicio de Evaluación Ambiental aprobó el proyecto de Modernización y Ampliación Planta Arauco (MAPA), que pretende triplicar la producción de celulosa. Para ello, la empresa estima que utilizará 190 millones de litros de agua por segundo al día. Esto equivale al consumo total de la región, donde al menos 3 de las 7 comunas de la Provincia, deben ser abastecidas con camiones aljibes por temporadas.

Además, el proyecto MAPA implicaría otros impactos ambientales: quintuplicaría las emisiones de dióxido de nitrógeno, agudizando las enfermedades respiratorias y hepáticas asociadas; el territorio percibirá un aumento de lluvia ácida, además de una descarga diaria de 170 millones de riles tóxicos vertidos al mar. Es decir, la ampliación de la planta de celulosa impacta en la diversificación de la economía, perjudicando las prácticas tradicionales como la pesca artesanal, no solo del Golfo de Arauco, sino de toda una región en la que el 29,7% vive entre la precariedad y la pobreza multidimensional, versus una empresa que sólo durante el tercer trimestre del 2020 reportó utilidades de US$ 36,2 millones.

4. Minería: perforaciones de miseria

Durante 20 años las y los habitantes de Caimanes, región de Coquimbo, han debido enfrentar el costo del “desarrollo” y el estrés ante el inminente colapso de El Mauro, tranque de relaves de la Minera Los Pelambres. En octubre del 2014 el Tribunal de Los Vilos decretó que este tranque correspondía a una obra ruinosa y que atentaba contra los derechos fundamentales de la vida y el patrimonio de la comunidad de Caimanes, ubicada a 48 kilómetros al interior de la comuna de Los Vilos.

Luego, en marzo del 2015, la Corte Suprema dictaminó a Antofagasta Minerals del Grupo Luksic, la demolición del muro de contención del tranque de relaves a fin de permitir el escurrimiento natural de las aguas del estero Pupío, apresadas por más de 1.700 millones de toneladas de desechos de procesos mineros . Sin embargo, el fallo fue revocado y la minera continúa con el funcionamiento del tranque de relaves más grande de Sudamérica.

En junio de 2020, la comunidad de Caimanes presentó un recurso de protección por la contaminación del aire que respiran 1.500 habitantes que viven aguas abajo de El Mauro, desde donde ven cómo emerge un polvo amarillento que se asienta sobre el pueblo. Esto se suma a la contaminación ambiental con roca molida, cristales de cuarzo, arsénico, plomo, mercurio y molibdeno, entre otros minerales en suspensión. Si colapsa el tranque, los habitantes saben que cuentan con menos de 10 minutos para dejar sus hogares y huir.

5. Pesca: ley trucha

La crisis sanitaria y ambiental que se vivió en el archipiélago de Chiloé en 2016 tuvo un impacto profundo para los ecosistemas marino-costeros locales, las comunidades y la salud pública. "Se vertieron 5 mil toneladas de desechos salmoneros al mar y luego aparece la marea roja más fuerte de la historia de Chiloé", dijo Denisse Alvarado, dirigenta de los pescadores artesanales de Quellón en una entrevista. Luego de las 5 mil toneladas, 40 mil toneladas de salmones murieron asfixiados producto de las Floraciones Algales Nocivas (FAN).

Las consecuencias de la crisis la pagaron los pescadores artesanales y los y las trabajadores: el período 2016-2018 fue el de mayores despidos de trabajadores al reducir un 12,7% los puestos de trabajo. Mientras más de 10 mil trabajadores y trabajadoras del sector salmonicultor fueron despedidos, el empresariado de dicho sector tuvo billonarias ganancias debido al incremento de los precios internacionales. Y las consecuencias del deterioro en las condiciones de vida lo refleja el establecimiento de 11 tomas de terrenos para construir viviendas o campamentos transitorios a nivel provincial durante los últimos tres años.

¡Te invitamos a leer las soluciones a la economía extractivista que proponemos!

"Esto no es Chile" es una iniciativa de Casa 370 con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo.

Queda abierta la invitación a las listas que quieren ser parte de este sitio a contactarnos a:  casa370colectivo@gmail.com

Fuente: Esto no es Chile

Temas: Agronegocio, Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades, Extractivismo

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