“Las campesinas son mujeres” – Retratando la violencia contra las mujeres rurales en África del Sur y del Este
La Vía Campesina de África del Sur y del Este (LVC SEAf) lanzó oficialmente su publicación “Las Campesinas son Mujeres: Retratando la Violencia contra las Mujeres Rurales en África del Sur y del Este, Volumen II”, un contundente informe basado en testimonios que destaca las múltiples e interrelacionadas formas de violencia que enfrentan las campesinas en toda la región.
En África Austral y Oriental, las desigualdades entre mujeres y hombres son muy visibles, especialmente en las relaciones de poder y el acceso a recursos esenciales como la tierra, el agua y las semillas. La lucha para erradicar la violencia de género ha sido un desafío en las comunidades rurales. A pesar de la amplia difusión de información y las campañas, el número de mujeres que sufren abusos y asesinatos sigue aumentando. Esta es una realidad que afecta no solo a las comunidades rurales en general, sino también a nuestras propias comunidades, a las que pertenecen las campesinas de nuestras organizaciones. La violencia y la discriminación contra las mujeres pueden ocurrir en el hogar, en los espacios comunitarios, pero también en los espacios de toma de decisiones de nuestras organizaciones y movimientos.
Esta publicación se basa en el primer volumen, “Las campesinas son mujeres: Entendiendo la violencia contra las mujeres rurales en África del Sur y del Este – Volumen I”, que destacó las realidades de las mujeres mediante un análisis de los diferentes niveles de violencia que afectan a las campesinas.
El segundo volumen destaca las estrategias que las mujeres están utilizando para resistir la opresión y transformar sus comunidades. Los hallazgos clave destacan la negación sistémica de los derechos de las mujeres a la tierra y el desplazamiento debido al acaparamiento de tierras y los proyectos extractivistas; las amenazas a la soberanía de las semillas debido a la expansión de la agricultura industrial; las leyes restrictivas sobre semillas; y los OGM que socavan los sistemas de semillas gestionados por las campesinas; el patriarcado dentro de las organizaciones campesinas que limita la participación de las mujeres en los espacios de liderazgo y toma de decisiones; la violencia de género, que incluye violaciones de los derechos sexuales y reproductivos, matrimonios forzados y prácticas tradicionales nocivas; así como la exclusión de las mujeres jóvenes y las mujeres con discapacidad, dejándolas vulnerables y subrepresentadas en nuestras organizaciones.
La nueva publicación, además de visibilizar la opresión, presenta algunas historias de éxito donde las campesinas transformaron su realidad y superaron situaciones de discriminación y/o violencia. Estos casos de éxito y solidaridad demuestran la importancia de la sensibilización, el empoderamiento de las mujeres y la unión y la lucha para erradicar la violencia y la discriminación de género.
“La mayor parte de la tierra en Sudáfrica aún pertenece a agricultores blancos, y no hay muchas mujeres propietarias allí. La mayoría de las veces, los pueblos indígenas sudafricanos somos explotados de diversas maneras mientras trabajamos como mano de obra barata en estas granjas de propiedad blanca. Incluso algunos de nuestros compañeros y aliados masculinos en la lucha continúan discriminando a las mujeres en lo que respecta al acceso a la tierra.” – Constance Marubini, Movimiento de los Pueblos Sin Tierra (LPM).
A pesar de estos desafíos, el informe también documenta historias de resistencia, resiliencia y solidaridad de mujeres que obtienen títulos de propiedad conjuntos, establecen bancos comunitarios de semillas y asumen roles de liderazgo dentro de los movimientos campesinos.
“Antes de empoderarme con La Vía Campesina, en particular con el Feminismo Campesino y Popular, desconocía mi derecho a que mi nombre figurara en nuestro título de propiedad. Pensaba que la tierra era solo para hombres. Aprender de LVC SEAf me dio la valentía para hablar con mi esposo y exigir que mi nombre figurara. Hoy, mi nombre figura en el título, lo que significa que nadie puede quitarme la tierra que trabajo. Me siento segura, respetada y empoderada para seguir alimentando a mi familia y a mi comunidad”. – Beatrice Katsigazi, ESAFF Uganda.
“Esta publicación no es solo una investigación; es un llamado a la acción. Nos recuerda que la lucha por la soberanía alimentaria no puede separarse de la lucha por la justicia de género. Las mujeres rurales no son solo víctimas; son líderes y generadoras de cambio, y debemos apoyarlas”. – Susan Owiti, Liga de Campesinxs de Kenia (KPL).
Como mujeres campesinas, hacemos un llamado a los gobiernos, aliados y otras partes interesadas para que:
- Inviertan en servicios rurales, mecanismos de protección y acceso a la justicia para las sobrevivientes de violencia de género.
- Garantizar la igualdad de derechos de las mujeres a la tierra, las semillas y los territorios.
- Respetar y promover el liderazgo y la participación de las mujeres campesinas en los espacios de formulación de políticas y toma de decisiones.
- Unirse a los esfuerzos para desmantelar los sistemas opresivos del patriarcado, el capitalismo y el neocolonialismo que perpetúan la desigualdad.
Esta publicación forma parte de la contribución de La Vía Campesina África del Sur y del Este (LVC SEAf) a la Campaña Mundial Basta de Violencia contra las Mujeres de La Vía Campesina, y un compromiso con el avance del Feminismo Campesino y Popular como herramienta para construir la igualdad y la soberanía alimentaria.
La publicación está disponible en cuatro idiomas: inglés, francés, portugués y suajili.
Fuente: La Vía Campesina