Latifundio Genético: el ocaso de la vida

Queremos hablar de la vida. De la vida Física, biológica y cultural. De la vida que esta presente en el cosmos que habitamos. De la vida que está en este planeta que es nuestro hogar, nuestro Oikos, este tercer planetita de un solcito de arrabales. De la vida cultural que una especie, nosotros los homínidos, fuimos construyendo en diversas etapas históricas, que abreva en manantiales eternamente diversos, fuente inagotable de otredades inconclusas y definitivamente cambiantes

La producción agraria y, particularmente de cereales, es constituyente vital del imaginario argentino. Desde el siglo XIX se espacializa un territorio de bordes dibujado por incontables tensiones y con un rico linaje cultural, mecido por una historia de desencuentros, acunado por los vientos de los ferrocarriles en expansión, significado en la pampa agigantada y en los puertos ultramarinos agitados como colmenas, permeado por los torrentes inmigratorios que escriben otras grafías en la médula y la epidermis social. Se conforma un vital magma imaginario cuyo calor explosivo cada tanto rediseña los sueños inconclusos y lacerados.

El territorio va tomando las tonalidades de estas encrucijadas. Por una parte se potencia con las diversidades culturales de aquellos que provienen de todos los horizontes geográficos. También se empobrece dolorosamente por el agravio mortal al que son sometidas las culturas originales. El espacio se va configurando con los gruesos trazos del latifundio que se distienden en algunos rumbos con una constelación de pequeñas y medianas propiedades, especialmente afincadas en la pampa litoralereña.

La Pampa Gringa; El Granero del Mundo. La Argentina Moderna; Tierra de las Mieses y el Trabajo, Horizonte de los Gauchos Judíos. Son algunas de las metáforas que describen al país de los Tiempos Modernos que tejen los contornos de un espacio agrario en continua expansión y crecimiento. Se estructuran visibilidades y discursos que hablan de los cereales, de diversidad cultural, de paisajes variopintos y lugares estremecidos por cantos arraigados. Riqueza de diferencias y otredades que, como aquí en Entre Ríos, anidaron amorosamente en redes de pueblos vigorosos y de zonas rurales de fértiles resonancias. Así, la vida, más allá de las venturas económicas, escandía en un ethos desbordado por miradas poéticas, sueños de integración y un arco iris de aromas culinarios. Desde este imaginario se produce un espacio social y cultural que se encarna en un paradigma que aún contiene a lo diverso.

La crisis que se desata luego de la segunda pos guerra, luego de algunos meneos políticos y sociales, indica los estertores sin retorno del malestar, culmina con la entronización del Modelo Neoliberal. Este Modelo consuma una estrategia sociopolítica, que se afianza en las andaduras de las transformaciones financieras y productivas, científico tecnológico y comunicacionales de las últimas décadas. Una nueva lógica cultural naturaliza una concepción del mundo y de la vida, al conjuro mesiánico de lo homogéneo, del discurso único, todo ello elevado al rango incontestable de religión universal...

La Modernidad, solía decir Heidegger "es la época de la Imagen del Mundo". El Neoliberalismo, como expresión de la Modernidad exacerbada, se autoerige en la Imagen del Mundo, una comarca del pensamiento del auto designado Occidente, representado por lo hegemónico, unívoco, homogéneo. Mutila las diferencias y no admite lo distinto, lo otro, lo diverso. Con el rodillo homogenizador de sus armas comunicacionales, virtuales, financieras, militares y culturales pretende hacer del mundo un felpudo del mismo color y con la misma fisonomía. Todo lo que toca lo convierte en el árido formato de lo mismo, dejando al desnudo la lógica destructiva que lo motoriza, lógica depredatoria de los ecosistemas naturales y arrasadora de las diversidades culturales.

En el plano científico tecnológico, la investigación genética pone en marcha un proceso industrial, productivo y cultural, que a nosotros nos produce un inenarrable escozor ético, centrado en un puñado de grandes corporaciones transnacionales que difunden los cultivos transgénicos a través de sus paquetes tecnológicos, y que, más allá de los discursos, desnuda la racionalidad que los impulsa. Una racionalidad destructiva y mercantilista, cortoplacista, de maximización desmesurada de los beneficios, en un contexto que todavía no ha fraguado en fuertes oposiciones, apenas si se escucha muy amortiguado un coro de fondo que denuncia el latrocinio colonizador, el robo de patentes, robo de historias, de sueños, de imaginarios.

No habremos de profundizar los argumentos claves que se difunden en nuestro país con referencia a la expansión de la frontera agrícola con soja transgénica y que se vinculan con la falta de estudios sobre sus impactos negativos, las normas comerciales que emanan de la OMC para la liberalización y apertura de los mercados del Sur, la mercantilización y privatización de las semillas y de la biodiversidad, la bomba mortífera que significan el glisfosato en los cultivos transgénico.

Queremos hablar de la vida. De la vida Física, biológica y cultural. De la vida que esta presente en el cosmos que habitamos. De la vida que está en este planeta que es nuestro hogar, nuestro Oikos, este tercer planetita de un solcito de arrabales. De la vida cultural que una especie, nosotros los homínidos, fuimos construyendo en diversas etapas históricas, que abreva en manantiales eternamente diversos, fuente inagotable de otredades inconclusas y definitivamente cambiantes. Bergsonianamente, diríamos que esta vida, es constituida por el impulso vital que fragua en haces divergentes e inesperados para ser siempre novedosa, creativa, misteriosa, compleja e incierta.

Esa vida está en riesgo. Como expresión de lo diverso, de lo misterioso y de lo creativo. Aquí, por estas comarcas, ya podemos ver espantados la tragedia que nos propone el discurso único. Ahí está en los paisajes verdes, interminables, repetitivos, casi únicos de soja transgénica. Ahí están sus fronteras siempre transgredidas creciendo de modo metatásico. El paisaje del Cono Sur ya es casi del aroma y el color de soja transgénica. Está mutando el territorio físico y el espacio cultural, también lo social se está erosionando y contaminando. Los lugares se están empobreciendo con la enfermedad de lo igual, de lo mismo, de lo idéntico, de lo monótono. Están desaparecieron los límites, las fronteras, las divisiones. Las tranqueras ya no son la apertura-clausura de identidades dispares. El espacio se ha uniformado. A este inmenso océano de Soja Transgénica que se pierde en los confines de la pampa y del chaco, y que se regodea desforestando el Cono Sur, le denominamos Latifundio Genético. Un latifundio nuevo, diferente. Este latifundio es Goyesco. Todo se lo traga insaciablemente, como los dioses en las pinturas negras. El supuesto progreso tecnológico en la producción agrícola, se ha deglutido la biodiversidad natural... Si el núcleo vital de la vida es la diversidad, en eso reside la mismidad de la trama de la vida, lo que está en agonía, entonces, es la propia vida, la pérdida de diversidad es la despiadada guerra que la racionalidad mecanicista de lo homogéneo le declaró a la vida, a toda la vida, a todas las vidas.

Pero también está en agonía la propia vida cultural, la que fue tejida por las hebras diversas y ricas de las historias y luchas de campesinos y chacareros. Algunos criollos, otros migrantes, los más, también hijos de inmigrantes provenientes de diferentes horizontes geográficos y culturales. Lugares y paisajes con determinadas marcaciones, trayectorias, poseedores de historias y simbolizaciones, verdaderos cruces, fraguas y encrucijadas, que hoy ya se van extinguiendo y envileciendo en el altar mortecino de un modelo agrario sustentado en el latifundio genético.

Latifundio genético que se ha vaciado de historia natural y que también, dramáticamente, se ha vaciado de campesinos. Se desterritorializó el espacio y se desterritorializó la historia de los campesinos que son expulsados con ensañamiento de sus lugares. Cientos de miles que ya han migrado de las áreas rurales rumbo a pueblos, ciudades y metrópolis y que en realidad constituyen estas nuevas multitudes desarraigadas conocidas como Refugiados Ambientales. Refugiados Ambientales que se multiplican en todos los rumbos por la utilización de tecnologías insustentables que producen el arrasamiento de la diversidad natural y el colapso de los anclajes culturales...

Latifundio genético, refugiados ambientales, destrucción de los ecosistemas naturales, aniquilamiento de la diversidad cultural, pensamiento único, colonización, arrasamiento, ensañamiento con la vida. También es lo que sufrimos en estos días con la invasión a Irak. La misma lógica que transgeniza la agricultura y sepulta la riqueza de la diversidad, que no es otra cosa que la naturaleza de la vida, impone desde la geopolítica la homogeneización de la política. Naturaliza la Teoría Política y las Relaciones Internacionales con el lenguaje procaz de la violencia de las armas, cancela la democracia y reduce la libertad al sentido cacofónico de lo mismo, de lo idéntico, de lo igual.

Ambas lógicas son la misma lógica y comienzan a narrar el crepúsculo de la vida Allá, en aquella Mesopotamia, de los Ríos Tigres y Eufrates, donde en tiempo de los Súmeros nació la historia y la escritura, surgió el estado, la agricultura y la ciudad. En esa Mesopotamia se encuentran los orígenes de la mayoría de los mitos contemporáneos. En esa tierra de génesis la madre de las bombas y las tecnologías arrasadoras destruyen y depredan, naturaleza y cultura Aquí en nuestra Mesopotamia, la de los Ríos Paraná y Uruguay y en todas sus cuencas la diversidad natural y cultural esta siendo sepultada por la Madre Bomba Genética que vacía de sentidos a la vida con los cultivos transgénicos. Allá la Racionalidad destructiva se reviste de un discurso travestido por fanatismos religiosos y morales pero dictados por el dios Mercado. Aquí la Racionalidad devastadora a veces, se coloca el yelmo SS, presuntamente solidario de la soja transgénica.

A pesar de todo son tiempos epifánicos. Al final de cuentas los intentos por homogenizar, por cancelar la diferencia y mutilar lo diverso debe ser deconstruído. Debemos impedir que otro nos piense, que piense por nosotros. Y que nos deje la estúpida convicción de que somos nosotros los que pensamos. Como dice Sergei André "Eres pensado. Y tú debes pensar que piensas. Debemos mirar con mucha atención a estos que te piensan con palabras tan cautivantes, tan anonadantes por su aptitud para la uniformidad" al fin y al cabo. ¿Son semejantes, tan semejantes e intercambiables como parecen serlo? Semejantes? ¿Quizás para hacernos semejantes? En verdad semejantes? ¿Idénticos, sinónimos, similares, analógicos? ¿O bien pastiches, simulacros, trampantojos? ¿Reproducciones, facsímiles, réplicas? ¿O bien imitaciones, mímicas, parodias, disfraces, caricaturas, plagios?... Incluso contrahechuras, simulaciones, embustes y, por lo tanto, ilusiones, trampas, mistificaciones. ¡Isomorfas, isotermas, isobaras ¡Qué grandiosa estafa, creemos que somos nosotros y sin embargo nos usan.

Así desde estos andamiajes conceptuales percibimos que están mejor divididas las aguas del conocimiento. El bloque duro de la concepción dominante ha sido alcanzado en su corazón invisible por el proceso de cambios operado en las entrañas de las ciencias constituidas. Junto a la explosión de la interculturalidad que sepulta la lógica de las identidades lineales y con primacía del tercero excluido, han producido el desmontaje que se escenifica en esta colisión de paradigmas como un cambio de época. El paradigma simplificador ha sido el productor de la catástrofe del litoral argentino, cuya genealogía se remonta a la expansión de la frontera agraria en aras de la sacralización del mercado neoliberal, y de otras y todas las catástrofes contemporáneas, hasta la de Irak incluida.

Los sistemas educativos de la modernidad fueron moldeados y colonizados por estas matrices conceptuales que, más allá de recorridos supuestamente críticos, operan como el currículo oculto que direcciona el sortilegio del pensamiento hegemónico sobre todas las producciones del conocimiento. La diversidad cultural y la biodiversidad natural han sido aradas por el rodillo homogeneizador de la concepción heredada hasta ser arrasadas en concubinato con la razón utilitaria.

En los comienzos de la modernidad Roger Bacon anunció la visión utilitaria y externalizada de naturaleza para el mercado, que era considerada como una mujer pública. Esta lógica productivista anida también en bases de concepción dialéctica. M Ilin, reconocido científico ruso escribió en los año 50 del siglo XX "¿Cómo se obligó a trabajar al agua?... Los hombres no andaban sólo tras la pista del agua. También la atrapaban, preparando para ella trampas y cepos. Así, una vez domesticada, la obligaron a trabajar" "La guerra contra los ríos. El río Ural despertaba sospechas especiales. Se pudiera decir que el Ural premeditaba un ataque a las ciudades, preparándose a penetrar en los sótanos, apoderarse de los depósitos situados en la orilla, destruir la línea ferroviaria, arrasar los puentes". La Modernidad consideraba a la naturaleza desde cualquier emblocamiento político puta o ladrona.

La Modernidad y el conjunto de sus artefactos culturales son esencialmente insustentables. La insustentabilidad está en las bases de la catástrofe de Santa Fe y del Cono Sur El Modelo Productivo industrialista es altamente destructivo y contaminante y el Modelo productivo agrario es profundamente desertizante y extractivita. Ambos, como en un juego de pinzas perfecto, empapado de neutralidad y objetividad, legitimado en la mar de la cientificidad y rotulado de súper eficiencia productiva por las tecnologías de punta, incluida la genética, es el detonante de la tragedia.

Si el núcleo vital de la vida es la diversidad, en eso reside la mismidad de la trama de la vida, y que fuera ignorado sistemáticamente por el Paradigma Simplificador y la Racionalidad Capitalista, lo que está en agonía, entonces, por la vigencia de la racionalidad instrumental, es la propia vida. La racionalidad mecanicista le declaró la guerra a la vida, a toda la vida, a todas las vidas.

El latifundio genético que se va conformando en todo el Cono Sur, como culminación de un proceso de producción agraria, subyuga saberes, subalterniza a las culturas y expolia los recursos naturales, los orígenes de su trayectoria destructora anidan ya en la concepción tecnocientífica que impulsó la revolución verde, nacida con la idea de terminar con el hambre en el mundo. La realidad se despliega en escenarios flagelados por el hambre, el desamparo, la explotación y la exclusión, en un Oikos de más de 6.000 millones de habitantes, de los cuales 4.500 millones son inmolados en el altar del Dios Mercado, como ofrenda para mantener los beneficios de una inmensa minoría. Se desterritorializa el espacio y se desterritorializa la historia. SE transgreden los límites biofísicos de la naturaleza y se empobrece la riqueza cultural de las sociedades reduciéndolas a meras réplicas del discurso único.

El conocimiento que organizó el real con la lógica de la fragmentación, se traduce en la esfera de la educación en una constelación de disciplinas atomizadas y descontextualizadas, que persiguen con obstinación científica la construcción lineal y acumulativa del conocimiento. Cada uno de esos recortes disciplinares tiene un fenomenal poder imperial, que ejercita con el catecismo de dogmas y exclusiones, certezas definitivas y verdades inmodificables. Las rutinas disciplinares se han centrado en el conocimiento de lo mismo y se han desbordado en infinidad de mosaicos insolidarios, que no pueden dar cuenta de los afanes interdisciplinarios y de sus intentos por fundar nuevos conocimientos desde el terremoto de rupturas epistemológicas y en la construcción de puentes vinculantes con los saberes subyugados

Sin embargo el logos que desnaturalizó la naturaleza y desertificó al ser, lentamente se disuelve en las aguas oxigenadas por la revolución científica del siglo XX, que cobra vigores insospechados cuando se fertilizan con los aportes caudalosos de los afluentes culturales de los Pueblos Originales. Se revalorizan sus saberes y favorece que lo inédito, lo incierto y lo complejo entren a formar parte del nuevo proyecto cognitivo, desde el cual los sentidos vuelvan a tener sentidos, frente a la dispersión de sentidos que segrega el estado actual de la cultura occidental, en su fase transnacionalizada, donde las pocas certezas que se levantan mortecinas son las profundas desigualdades económicas y los violentos conflictos que laceran el suelo del planeta

Pensar en clave de complejidad ambiental es trascender los propios límites de las diferentes vertientes del sistemismo y del ecologismo. Es ir más allá de los peregrinajes del pensamiento por rupturas de toda laya. Es navegar por el mar eencantazo en la sacralidad de la vida, y caminar por los campos ontológicos donde se reinstalaron las "anomalías" que expulsara el tribunal catedralicio del cientificismo moderno en su insaciable "delirio de infatuación".

La sacralidad de la vida es revaloriza, entonces, cuando el ser y la naturaleza, las luchas y los sueños, son convocados por una ética propiciatoria en condiciones de parir un mundo capaz de integrar todos los sentidos emergentes y las múltiples identidades para, como dice José Borrero, "abolir la dominación".

En estas tensiones de campos en construcción habitamos. El campo en construcción de la Educación Ambiental y el campo en construcción de la Ecología Política. Ambas vertientes confluyen, cual afluentes caudalosos, luego de remover las cordilleras epistemológicas de la depredación y la degradación, en la construcción de los nuevos océanos en cuyas riberas se levantan los saberes de la complejidad, la interculturalidad, impregnando las nuevas racionalidades

Ahí estamos. Por eso, ante el intento de aquellos que desean llevarnos al territorio crepuscular donde se pierde el sentido de la vida, debemos sentir el estremecimiento que nos produce comenzar a pensar lo no pensado, lo nuevo, lo diferente, pensar un universo con muchos universos, con todos los universos. Miremos a nuestro alrededor, desnudemos a los embajadores del pensamiento catastrófico que es la fuente de todas las violencias. Están por todas partes. Allá en el norte, en lo que se dice el núcleo duro de Occidente, sea en Norteamérica, sea en Europa. Y aquí también, en el Sur. A veces se revisten políticos, otras usan ropajes científicos y académicos. Otras veces se auto designan como empresarios exitosos. Todos, sin excepción sufren, como decía Hegel, de deliro de infatuación.

(*) Miembro del Consejo Cosultivo del Foro de Ecología Política

Director de la Carrera de Especialización Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable. EMV. CTERA

Comentarios

21/10/2008
A proposito de el exacto sentido ..., por Alberto
A proposito de el exacto sentido de la vida o el sentido
puntual de la vida Hola.Se que si el moderador de esta pagina no tiene
voluntad de ver otras opiniones jajaja me a va a
censurar.Les comento que asi no mas, nadie esta
en capacidad de responder la pregunta del sentido
de la vida.Ni siquiera los libros.De todas formas es
loable que algunos intenten opinar sobre este tema.
Lo que SI se debe hacer y pronto es comenzar a
investigar academicamente mas acerca del tema
pero de manera profunda. Que muchisima gente lo
haga por separado para que cada quien desde
sus propios cuadros pueda aportar a este debate.

Yo se de becas internacionales completas(sin
importar la edad)en un pais andino muy especial,

curioso y bello para hacer posgrado en cualquier
area que pueda dar luces sobre el sentido de la
vida.Doy estas info porque a mi me gusta conectar
la gente a las soluciones de los temas que les
agobian como es este. Son becas que se vencen
pronto y son faciles de obtener. Obviamente no
cuesta nada. Realmente en este tema mucha
gente especula ,inventa , opina pero del sentido
real de la vida no se puede hablar asi no mas.

Sabios orientales dicen que es un tema que hay
que dedicarle muchas investigaciones cientificas.
Hay mucha gente floja para pensar de maneras
diferente y de trabajar duro academicamente por
este tema que requiere el esfuerzo de todos.
Como cuando la humanidad necesita saber una
vacuna para prevenir algo , se necesitaque mucha
gente se dedique a hacer investigaciones para
desde muchas areas ( filosofia, antropologia ,
sociologia y muchas mas) tratar de saber lo que
realmente venimos a hacer a este mundo.

Escribanme: suramerica-linda*ARROBA*hotmail.com
chaval1979*ARROBA*hotmail.com

(el sentido exacto de la vida)