Los caballeros de la quema

Idioma Español
País Argentina
- Incendio iniciado en el campo “El Durazno” de la estancia San Alejo, el 17 de mayo de 2020. Fotografía: Joaquín Padilla

Esta historia podría haber comenzado así: cualquier día, a cualquier hora, un peón sale del casco de la estancia de una tradicional familia cordobesa con un bidón colmado de combustible y recorre a caballo la inmensidad de Pampa de Achala. De un lado la enormidad, el sonido quieto de un arroyo. El combustible vuela por el aire y cae pesado. El sobrevuelo de un cóndor como único testigo del fósforo que cae encendiendo los primeros bocados de vegetación. El silbido del viento, la quietud y miles de vertientes brotando del suelo. Las columnas humeantes, el chasquido del pastizal que se empieza a consumir. Aves que agitan el cielo y un zorro que deja de perseguir a su presa presintiendo el peligro de las llamas por detrás. Cualquier día, a cualquier hora, asoma la silueta del vigía subido al techo de una camioneta observando con sus binoculares. Se detiene siempre en el mismo punto del horizonte y, otra vez, su voz anuncia: “…Hay fuego en los Becerra…”

Una frase que fue repetida 208 veces en 4 años, por fuegos iniciados en 2 estancias: 170 incendios en Paso de las Piedras y 38 en San Alejo.

El primer gran incendio de este año en las sierras de Córdoba ocurrió el 17 de mayo en Pampa de Achala, en un campo propiedad de la familia Becerra. Las llamas ingresaron, una vez más, al Parque Nacional Quebrada del Condorito.

Incendiarios seriales en una historia abarrotada de avaricia, impunidad y desidia. Esta es la historia de los Becerra, sus estancias y el Parque Nacional Quebrada del Condorito; el retrato de una familia de empresarios ganaderos que mantiene en vilo a un parque nacional cada vez que sus fuegos invaden el área protegida amenazando la biodiversidad que contiene especies únicas en el mundo.

Los incendios en los campos Becerra se originan allí, desde hace décadas, en territorio de la Reserva Hídrica Provincial Pampa de Achala, contigua al parque y de estratégica importancia como bien común porque es la “fábrica de agua” donde nacen los ríos que abastecen a buena parte de la provincia. Todo esto, bajo la mirada pasiva de la Secretaría de Ambiente de Córdoba que ve cómo se inician los fuegos en un área natural protegida que está bajo su tutela.

Alejandro y Francisco Becerra son apuntados como propietarios de las 2 estancias en Pampa de Achala que, en 4 años, registran 208 incendios intencionales: San Alejo y Paso de las Piedras, donde inician fuegos recurrentes para el rebrote de pastos que engordan su ganado, en la alta montaña cordobesa.

CONTRAFUEGO

Según el cálculo presentado por Germán Jaacks -intendente del Parque Nacional Quebrada del Condorito- a la justicia provincial, el último de los 208 incendios provocados intencionalmente en estas 2 estancias demandó más de $ 2 000 000 provenientes de fondos públicos para financiar el operativo de 2 días en el que debieron participar cuarteles de bomberos voluntarios de diferentes regionales, personal de Parques Nacionales, brigadistas, integrantes del Plan Provincial de Manejo del Fuego -incluido 1 avión hidrante- y efectivos policiales. La presencia de estos últimos, relacionada con que los bomberos voluntarios deben ingresar a los campos contiguos de la familia Becerra -desde hace años- con escolta policial debido a las amenazas recibidas.

Nunca, en los 208 incendios registrados en sus campos, los Becerra avisaron a los bomberos para que acudan a apagar el fuego. Cuando estos asistían alertados por vecinos, los recibían con disparos al aire.

Sergio Acosta tiene 32 años de experiencia como guardaparque y 15 de ellos los dedicó a especializarse en el tema de incendios forestales. Actualmente, es el intendente del parque nacional más importante de la Argentina: el Parque Nacional Iguazú. Hasta el año pasado, fue el responsable de Quebrada del Condorito, y allí debió enfrentar episodios relacionados con las estancias de los Becerra.

Acosta, en comunicación desde Iguazú con Sala de Prensa Ambiental, señaló que: “los Becerra son quemadores desde tiempos inmemoriales, tanto en Paso de las Piedras como en San Alejo. Ya van por la segunda o tercera generación que tiene por costumbre quemar para que el pasto rebrote: provocan incendios para que el ganado tenga mayor pastura y han hecho de eso una práctica habitual. No miden si es la época apropiada o si se trata de la temporada alta de incendios; cuando se les canta, queman. Se jactan de que lo han hecho toda la vida y que a ellos no se les escapan los fuegos, cosa que no es así, podemos dar fe de ello”, sentencia el funcionario de la Administración de Parques Nacionales.

Germán Jaacks da cuenta que “en la mayoría de los campos vecinos al Parque Nacional es muy extraordinario que haya una columna de humo, excepto por 2 estancias en las que hay fuego muy seguido: si calculamos un promedio semanal en los últimos 4 años, hablamos de 1 incendio por semana. Es una bestialidad”, sentencia Jaacks y afirma que “no existe en toda la provincia de Córdoba un promedio así. ¿Quién es el responsable de esas estancias? es lo que la justicia tiene que investigar porque son campos que, según los registros catastrales, tienen varios dueños. La mayoría tiene el mismo apellido: Becerra”.

LOS SOSPECHOSOS DE SIEMPRE: “HAY FUEGO EN LOS BECERRA”

Según el testimonio del anterior intendente del parque nacional, Sergio Acosta, “a los Becerra, en el 2017, se les escapó un fuego de la estancia San Alejo -en el límite oeste de El Condorito-  que entró a un campo vecino dentro de la reserva del Parque Nacional”. En esa ocasión, actuaron los bomberos de Mina Clavero y la policía de La Posta junto a una fiscal de la provincia: “En esa oportunidad -dice Acosta- allanaron el campo pero Becerra no estaba, o si estaba se escondió muy bien porque no lo encontraron. Pasado un año de aquel incendio, con nuestro abogado nos dimos cuenta que esa causa judicial estaba frenada”.

¿Fueron un dolor de cabeza los Becerra durante su gestión?

“Para el parque El Condorito fueron un dolor de cabeza y por eso me ocupé de registrar cada uno de los incendios que generaron desde sus campos hacia la reserva o al parque. Fuimos minuciosos en la toma de datos”, asegura Acosta y agrega que “el resto de los propietarios de campos privados en Pampa de Achala no son así. Los Becerra no aceptan las políticas de Parques Nacionales, nos han dicho: …“Ustedes crían pumas en ese pajonal inmundo que no sirve para nada”

“…Hay fuego en los Becerra…y teníamos la obligación de ir porque si no acudíamos se nos podía quemar el Parque, recuerda el exintendente de El Condorito y agrega que “la asistencia a esos incendios hizo que tuviéramos un desgaste prolongado, porque íbamos para ver si el fuego entraba o no… y en algunas oportunidades entraba, como era sabido.

Ellos ni siquiera avisaban que habían iniciado el fuego en sus campos, y eso es muy grave. Incluso cuando los índices eran extremos en Córdoba -durante los grandes incendios provinciales del 2013 y 2015- los Becerra seguían: todo el mundo estaba a 18 manos tratando de apagar el fuego en media provincia y ellos seguían quemando” dice Acosta y agrega que “durante semanas en las que la provincia estaba ardiendo seguían prendiendo fuego en el campoNo les importaba nada y eso me daba mucha bronca realmente, mucha bronca”.

LOS BECERROS DE LOS BECERRA

La familia Becerra es fundadora de la genética Brangus colorada desde hace 30 años y exportan sus animales a Paraguay, Uruguay, Brasil y Bolivia. Alejandro y Francisco, son la tercera generación del establecimiento ganadero que inició su abuelo Rodolfo, hace 66 años, un campo de cría de vacas Angus en las sierras grandes de Córdoba. Desde entonces, vuelven de la Rural de Palermo con toros y vacas campeonas.

Sergio Acosta, a pesar de estar abocado a sus funciones en el Parque Iguazú ha seguido el caso del último incendio provocado intencionalmente en Pampa de Achala: “Esta vez la policía llegó a la estancia y lo llevaron detenido”. La detención de Alejandro Becerra y dos de sus peones, por parte de la justicia cordobesa, duró sólo unos días.

En declaraciones a Sala de Prensa Ambiental, la Fiscal de Instrucción de Villa Cura Brochero, Analía Gallarato, da cuenta que “en esta causa se detuvieron a 3 personas quienes, después de la declaración indagatoria, recuperaron la libertad; uno de ellos bajo fianza: Alejandro Becerra, propietario de una estancia”.

El 31 de julio pasado, la Fiscal Gallarato pidió la elevación a juicio de la causa por el incendio originado, el 17 de mayo último, en estancia San Alejo. La fiscal no quiso dar precisiones a este medio acerca del monto pagado por Alejandro Becerra para recuperar su libertad bajo fianza: “no es una información útil para darla a conocer”, sostuvo.

“Los tres están imputados por el incendio y ahora la causa va a juicio, es decir que se han recolectado pruebas suficientes para considerar que han sido los responsables de un delito caratulado como incendio intencional”, afirma la Fiscal de instrucción de Villa Cura Brochero.

Por su parte, Martín Cascone -abogado que asistió al intendente Acosta durante el periodo 2015-2019- señaló a Sala de Prensa Ambiental que “sabemos que son infractores habituales, todos conocemos quiénes son. Evidentemente, la fiscal debe estar en conocimiento de que se producen supuestos hechos delictivos referidos a quemas intencionales y supuestas intimidaciones a los bomberos provinciales en el campo de esta gente”.

A LOS TIROS CONTRA LOS BOMBEROS

Sergio Acosta asegura: “Cuando los bomberos de Mina Clavero se notifican que hay incendio en las estancias Paso de las Piedras o San Alejo –propiedad de los Becerra- primero pasan por la policía para pedir custodia: no suben a la montaña si no los acompaña un patrullero porque el tipo ya los ha corrido a los tiros del campo”. En el mismo sentido comenta el abogado Cascone: “He escuchado acerca de que los bomberos manifestaban temor por ingresar a estos lugares donde no les franqueaban el paso”.

Consultado por Sala de Prensa Ambiental, Ariel Machuca -jefe de Bomberos Voluntarios de Mina Clavero- señala: “Siempre solicitamos escolta policial cuando entramos a esas estancias”.

¿Es habitual que soliciten escolta policial cuando acuden a sofocar un incendio?

“Nos pasa con estas 2 estancias, en otros incendios ingresamos con tranquilidad a los campos porque se supone que vamos a colaborar para defender un bien común, no debería haber objeción de nadie, pero bueno…tenemos antecedentes ahí, así que para acercarnos a esa estancia nuestro cuartel solicita la escolta policial. Queda asentando en actas, nos movemos y se mueve el patrullero con nosotros”, indica el jefe de Bomberos Voluntarios de Mina Clavero.

¿Los amenazaron cuando quisieron apagar incendios en esos campos?

“Hubo amenazas, claro. Se escuchaban disparos cuando nos acercábamos”.

El abogado Cascone indica que “hay actuaciones penales en el Juzgado Federal N° 2, identificado como FCB1607/2014, en una causa anterior que lo tuvo como imputado a Alejandro Becerra y como denunciante al guardaparque intendente de ese momento, Marcelo Ochoa -otro ex intendente de El Condorito, actualmente al frente del Parque Nacional Tierra del Fuego-. Se trata en este caso de un incendio del 2013 en donde puede que su hermano, Francisco Becerra, también haya estado sindicado. Ambos tenían imputaciones y no podían salir del país por eso. Agrega Cascone: “también, hay otra denuncia presentada el 14 de noviembre de 2012 -actuaciones 120232/12- que investiga el mismo fiscal federal, por un incendio que provino del campo de Francisco Becerra, Paso de las Piedras.

Respecto de los procesos judiciales anteriores, Cascone indica que “hicimos otra denuncia con Acosta, en septiembre de 2017, y consta en las actuaciones N° 1210596/17, sumario interno 848/17 a cargo de la Unidad Judicial de Mina Clavero, por el penúltimo incendio, esta vez proveniente de estancia San Alejo. En su momento, le dijimos a la fiscal que tomó la denuncia que, entre los años 2014 y 2017, en la estancia San Alejo se habían registrado 23 eventos de columna de humo que produjeron 28 incendios, es decir más de una columna de humo en el mismo evento”.

“En 14 de esos 28 incendios, ante el riesgo probable de que el fuego ingresara al Parque o a la Reserva -continúa diciendo Cascone- tuvo que intervenir el cuerpo de guardaparques nacionales, la brigada de incendios forestales y agentes que estaban en terreno; hubo que desplazar todo ese equipo 14 veces para proteger los límites del Parque Nacional Quebrada del Condorito porque la Nación no tiene jurisdicción sobre los campos de Becerra. En 5, de esas 14 ocasiones, también tuvo que intervenir el Plan Provincial de Manejo del Fuego con infantería de bomberos de la provincia y aviones hidrantes, todos poniendo en riesgo su vida para proteger los bienes de todos” explica el abogado.

Todos los focos de incendio, a excepción de uno, se observaron en los meses de junio a noviembre, coincidiendo con la temporada de riesgo extremo de incendios. El abogado Cascone señala que “esto no es un dato menor porque advertimos que hay un evidente y total desinterés por el riesgo creado. También, por el enorme daño que los incendios pueden producir en época de máxima restricción en la Reserva Hídrica Provincial Pampa de Achala, donde está prohibido el uso del fuego. Esta es información objetiva que consta en los registros de parques nacionales”, afirma el letrado.

¿Estamos hablando de 30 años de impunidad de la familia Becerra en Pampa de Achala?

“No sabría decir desde cuando son impunes estos muchachos. Estamos hablando de impunidad y de desidia por parte de la justicia, hablamos de la falta de cuidado de los recursos naturales y de la desprotección de los bienes de las personas”.

MANDALE MECHA

Jaacks indica que “lo que más preocupa es la recurrencia de estos incendios, pero además en Córdoba tenemos una Ley de Manejo del Fuego que obliga a todas las personas del territorio provincial a denunciar cualquier columna de humo que observen, entonces: ¿Cómo puede ser que algunas personas que han convivido con el fuego nunca denunciaron que los tenían en sus campos? Lo objetivo es que se producen muchos incendios y nunca dan aviso, eso está probado, falta saber quién encendió el fosforito. No hay un solo aviso en años, por parte de la gente que habita o posee esos campos ante semejante cantidad de columnas de humo”.

¿Para qué prenden fuego?

“Los intendentes que me anteceden consideraron que tenían pruebas suficientes para denunciarlos por quemar para obtener pasturas. En Pampa de Achala hay épocas del año donde falta alimento, queman y listo: no hay que comprar rollos de alfa y ya está, le dieron de comer a sus vaquitas”.

Ana Cingolani, bióloga e investigadora del CONICET, desde hace 21 años realiza estudios sobre el ecosistema de Pampa de Achala y explica que “la quema es para el rebrote del pasto en época seca: queman porque los pastos en invierno se secan y con el fuego rebrotan antes de la época de lluvias; pero el problema de fondo es que tienen más animales de los que el sistema ecológico puede sostener, una cantidad que además va a producir erosión de suelo. También, en los lugares donde hay plantines de tabaquillo, el ganado se los come y no deja que el bosque se regenere” expresa la científica y aclara que “hay productores ganaderos que no queman y pueden producir, es decir que pueden solucionar el problema de la falta de alimento para su ganado manejando el campo de otra manera”.

¿Por qué no hay que quemar pastizales en Pampa de Achala?

“Suceden dos cosas muy graves: una, es que se pierde suelo. Con mi equipo hicimos mediciones acerca de la cantidad que se pierde en lugares incendiados: cuando se quema queda todo descubierto y las primeras lluvias se llevan, por lo menos, un milímetro de suelo.

Los suelos que tenemos en Pampa de Achala son los que guardan el agua de lluvia y de ese modo podemos tener ríos en invierno. Es un problema que puede parecer pequeño (1 milímetro de suelo perdido) pero que en la sumatoria de los años es gravísimo porque ya perdimos un 20% de esos suelos; esto se debe al fuego y a la ganadería con cargas excesivas”, aclara la especialista que completa diciendo: “El otro grave problema que causa el fuego es que, al año siguiente del incendio, se reducen los caudales de los arroyos que nacen en Pampa de Achala”.

¿Pampa de Achala es la fábrica de agua de Córdoba?

“La gran mayoría de los ríos cordobeses nace allí y son los que traen más agua. El dique San Roque, por ejemplo, depende de Pampa de Achala. La mayor cantidad de agua viene de allá arriba, por eso es muy importante el manejo de esas cuencas y su ecosistema”.

¿Cuál ha sido su experiencia respecto de los incendios en las estancias San Alejo y Paso de las Piedras?

“Es habitual que en San Alejo y Paso de las Piedras se vea fuego. En particular, me tocó vivir algunas situaciones mientras medíamos caudales de varios arroyos en 2016 y 2017, después del gran incendio que hubo en el Parque en el 2015. En agosto y septiembre íbamos a hacer ese trabajo una vez por semana para evaluar cómo el fuego afectaba los caudales y teníamos algunos puntos de medición cerca de Paso de las Piedras. Recuerdo estar trabajando y que estuvieran quemando en esa estancia, bastante cerca de donde estábamos por lo que lo hacíamos con miedo, al punto que pensamos en dejar de hacerlo. Digamos que tuve miedo unas cuantas veces”, expresa la científica.

NÚMEROS QUE QUEMAN

Para sofocar el incendio iniciado en la estancia San Alejo, el 17 de mayo pasado, tuvieron que movilizarse numerosos vehículos, dotaciones de bomberos y brigadas forestales que debieron trasladarse hasta el lugar durante dos días. Para sofocar este incendio, también hubo que recurrir a un avión hidrante ante la amenaza de que el fuego llegara a la ruta de las Altas Cumbres. Según fuentes del Plan Provincial de Manejo del Fuego consultadas por Sala de Prensa Ambiental, la hora de vuelo del avión hidrante tuvo un valor de U$S 1 300. Comenta Jaacks: “En esas dos jornadas de trabajo, en la que una aeronave tuvo que trabajar 7 horas, se fueron más de $ 2 000 000 que pagamos todos los cordobeses. Esa cifra representa más del 30% de lo que desembolsa Parques Nacionales en sus gastos operativos anualmente”.

Desde el punto de vista jurídico: ¿cómo es posible que se hayan registrado 208 columnas de humo en tan sólo 4 años, si Pampa de Achala es un área natural protegida donde está prohibido el uso del fuego?

“La respuesta es muy clara y no hace falta ser abogado para dársela, indica el abogado Martín Cascone: Esto es producto de la desidia de la justicia cordobesa que no se interesa en las cuestiones ambientales. No es posible que habiendo al menos 4 denuncias, en la justicia federal y provincial, relacionadas con incendios que pusieron en riesgo, más de una vez, al parque nacional más importante que hoy tiene la provincia de Córdoba la justicia siga como si nada. Es producto de la negligencia de los jueces y fiscales cordobeses y su decisión de no avanzar con las investigaciones”, concluye el letrado.

Fuente: Periodismo Ambiental

Temas: Extractivismo, Tierra, territorio y bienes comunes

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