México aumentó 1000% importación de maíz, con TLCAN-TMEC

Idioma Español
País México

El desbalance entre el aumento de la producción nacional de maíz, el grano más importante para la alimentación de los mexicanos, y el de las importaciones es abismal. Mientras la primera creció poco más del 30%; la segunda aumentó 1000% desde la implementación de tratados de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, que hace tres décadas iniciaron gobiernos neoliberales y que se han prolongado con los de la Transformación.

Ante esta creciente dependencia la justificación gubernamental ha sido: somos autosuficiente en maíz blanco; importamos grano amarillo para el sector pecuario, porque el consumo de carne crece. Sin embargo, el estancamiento productivo en maíz y otros granos básicos, la pérdida de autosuficiencia y soberanía alimentaria se han acentuado.

Antes de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), entre México, Estados Unidos y Canadá, el 1° de enero de 1994, organizaciones campesinas y sociales exigieron la exclusión de los granos básicos del mismo, por las consecuencias adversas que generaría para el campo mexicano. Hoy ante la renegociación del T-MEC que se avisora para 2026, diversos sectores vuelven a insistir en este tema, por el impacto que tiene la apertura de mercados –frente a países con ventajas naturales, de políticas públicas y con subsidios a su agricultura– sobre la producción de cultivos como maíz, trigo, arroz y soya.

Las voces en aquellos años anticipaban la desaparición de los productores de maíz; lo cual no sucedió por la gran resiliencia de los agricultores mexicanos, pero sí se dio un estancamiento productivo. En 1994 la producción de esta gramínea fue de 18.2 millones de toneladas (con rendimientos de 2.2 t por hectárea) y para 2024 llegó a 24.3 millones, de acuerdo con cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rura (Sader). Es decir, en 30 años aumentó 6.1 millones de t o 200 mil t por año.

En estos resultados incidieron factores climatológicos en diferentes años, bajo volumen en presas de almacenamiento y caída de precios en el mercado internacional y nacional, así como políticas públicas que han sido insuficientes para impulsar la producción agrícola de granos.

Con la apertura comercial las importaciones de maíz crecieron en forma exponencial, ya que según un estudio del Colegio de Posgraduados, para los años 1994, 1995 y 1997 las importaciones superaron 2.2 millones de toneladas, en 1998 alcanzaron 4.7 millones de toneladas, en 1999 y 2000 osciló en 5 millones de toneladas. Para el 2020 las compras al exterior del grano se habían triplicado para llegar a 15.7 millones de t.

En el foro Recuperemos la agricultura nacional. Encuentro de productores y economistas de la UNAM, organizado por la Facultad Economía y el Frente Nacional por el Rescate del Campo Mexicano, organizaciones, especialistas y políticos volvieron a poner a debate la demanda de excluir a los granos del TMEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) y también plantearon desvincular la fijación de precios de granos en nuestro país de la Bolsa de Valores de Chicago.

El investigador Arturo Huerta de la Facultad de Economía de la UNAM, organizador del encuentro, expuso que decidieron realizar esta actividad convocando a productores de diversas entidades quienes desde hace décadas padecen los mismos problemas y en donde los gobiernos han priorizado la importación de granos básicos baratos para bajar la inflación.

Apuntó que en los últimos años la política económica se ha dirigido a promover el ingreso de capitales con altas tasas de interés, dólar barato y austeridad fiscal que sigue actuando en detrimento de los productores nacionales.

Los gobiernos –reflexionó– han pensado que siempre tendrán dólares baratos para continuar importando, pero qué pasará cuando el país deje de tenerlos y esta moneda se dispare a niveles de 25 pesos o más: habrá serias consecuencias negativas sobre los precios de los alimentos en el país, lo que irá en detrimento de los niveles de consumo de la población.

En ese espacio, el representante histórico de la izquierda mexicana, Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, consideró que se requiere de “una gran movilización en todas las formas en que pueda impulsarse para impedir que nuestra agricultura, los granos básicos, sobre todo, sean parte del T-MEC que está por negociarse”.

Habló de la importancia de revertir las reformas a la Constitución de 1992 y 2013 , realizadas al artículo 27 y otros relacionados con la tierra y el subsuelo, lo que permitiría mejores bases para el desarrollo de México, así como de hacer una propuesta unificada de política agrícola relacionada con qué y cómo se produce, así como con la recuperación de la banca de fomento que apoye a la agricultura, ganadería y aprovechamiento forestal.

Demandar salida de granos del TMEC no es ideología

Por su parte, Alberto Vizcarra Osuna, del Frente Nacional por el Rescate del Campo Mexicano, criticó a las voces que en nombre de intereses vinculados a corporativos agro-financieros y a grandes importadores de granos y productos alimenticios, afirman que sacar los granos del esquema comercial que impone el TMEC, sería “un balazo en el pie” para México y. presumen la balanza comercial favorable de agroexportaciones con los Estados Unidos como la prueba del éxito del TLCAN- TMEC.

Lo anterior, añadió, ha sido a costa del incremento en la dependencia alimentaria del país, particularmente en granos básicos y oleaginosas, de las cuales tenemos que importar más del 50 por ciento para cubrir los requerimientos del mercado nacional, además del creciente desplazamiento de los productores mexicanos, muchos de los cuales han emigrado a los Estados Unidos en calidad de “refugiados económicos”.

“Demandar la salida de los granos básicos de un esquema que camina en contra de la soberanía alimentaria, no obedece a ninguna ideología, atiende al interés nacional y al fortalecimiento de nuestras vocaciones productivas”, subrayó.

En un comunicado, el dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), Álvaro López Ríos, manifestó que ente la revisión del T-MEC que se hará en 2026 el gobierno de México debe dejar fuera a los granos básicos, pues nos ha llevado a importar más del 50% de nuestras necesidades de maíz, así como trigo, arroz, fríjol donde los gobiernos han priorizando la importación de granos básicos baratos para así bajar la inflación.

El objetivo de la soberanía alimentaria no ha podido lograrse, como se ve en las crecientes importaciones de maíz, que al cierre de agosto de este año registraron un récord de 16.8 millones de toneladas, es decir, 3.7% más respecto al año pasado.

Consideró que se debe establecer una política soberana de crédito, crear las instancias de crédito que hagan posible la capitalización del proceso económico y particularmente la recuperación del mercado de granos básicos.

Los representante de organizaciones y especialistas, coincidieron en señalar que los productores nacionales de granos básicos no van aceptar el sacrificio a nombre de las “reglas del mercado”. Y es responsabilidad del gobierno que la nación no termine de sucumbir frente a estas políticas, sacando los granos básicos del TMEC.

Fuente: Bilaterals

Temas: TLC y Tratados de inversión

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