Tesis sobre la descolonización de la historia

Idioma Español

La descolonización de la historia se basa en el supuesto según el cual no hay una entidad única denominada historia, ya que ningún relato único puede dar cuenta del pasado. Lo que llamamos pasado no es más que una ilusión y un ajuste de cuentas entre fuerzas sociales rivales que luchan por el poder. Si bien el pasado es el de los ganadores, existe un pasado-presente, el de aquellos para quienes la lucha continúa y para quienes existen aún posibilidades de resistencia.

El sentido interno de la historia […] entraña la especulación y el intento de llegar a la verdad, una explicación sutil de las causas y los orígenes de las cosas existentes, y un conocimiento profundo del cómo y el porqué de los acontecimientos. Puede decirse, entonces, que la historia está firmemente arraigada en la filosofía (Ibn Jaldún, 1958, p. 5)

¿Cuál es el peso de la historia? En un contexto histórico novedoso, como una revolución, el peso de la historia tiende a ser ligero para las generaciones que estuvieron presentes desde el inicio; llamémoslas “generaciones inaugurales”. Por otra parte, la historia tiende a ser pesada para las generaciones que siguen, llamémoslas “generaciones posteriores”. Estos dos tipos de generaciones se condicen con dos concepciones distintas del pasado respectivamente: el pasado como misión o tarea, y el pasado como tesoro o trofeo. Para las generaciones inaugurales, el pasado está abierto e incompleto; para las posteriores, está cerrado y consumado. La prevalencia relativa de estos dos tipos de generaciones determina el peso relativo de la historia. ¿Qué tipo de generación prevalece en nuestros tiempos? 

Desde los años setenta, han prevalecido las generaciones posteriores. La absurda metáfora del fin de la historia marcó la confirmación final de las generaciones posteriores, así como la derrota irreversible, o tal vez incluso la extinción, de las generaciones inaugurales (Anderson, 1992). De ahí que la historia se haya vuelto extremadamente pesada, tanto como la derrota de las generaciones inaugurales. Aun en condiciones muy diversas y desiguales, este es el tiempo que habitamos.

El peso de la historia se vuelve cada vez más sofocante para los huérfanos de las generaciones inaugurales. Ser huérfano transmite la idea de pérdida; no necesariamente la idea de inconformidad. La conformidad con la orfandad llama a la resignación y a la nostalgia; la inconformidad, a la revuelta y a la esperanza. El huérfano conformista de las generaciones inaugurales aspira a ser miembro de las generaciones posteriores, con lo cual borra de la memoria la inauguración para reemplazarla por la posteridad. Por el contrario, los huérfanos inconformistas de las generaciones inaugurales apuntan a reconstruir la inauguración. Una de las tareas que conlleva esta empresa es lo que denomino descolonización de la historia.

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Fuente: CLACSO

Temas: Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades, Nuevos paradigmas

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