Antes y después: los glaciares del Parque Nacional Laguna San Rafael retrocedieron “drásticamente”

La Agencia Espacial Europea (ESA) mostró imágenes del cambio en los glaciares del Parque Nacional Laguna San Rafael en Chile, destacando la pérdida de hielo en años recientes. El Campo de Hielo Patagónico Norte, fuente de numerosos glaciares, incluyendo el San Rafael y San Quintín, ha experimentado retrocesos significativos desde 1987 hasta 2024.
La Agencia Espacial Europea (ESA) reveló imágenes del antes y después de los glaciares del Parque Nacional Laguna San Rafael, en la región de Aysén, Chile. Las postales muestran la pérdida de hielo en los últimos años.
El parque, donde se encuentra el Campo de Hielo Patagónico Norte, abarca unos 17.000 km² y es la segunda masa de hielo continua más grande del planeta, fuera de los polos.
Este campo de hielo alimenta decenas de glaciares de Chile, pero los más grandes son el San Rafael y San Quintín, cuyos tamaños han cambiado entre 1987 y 2024.
“Ambos glaciares han estado retrocediendo drásticamente debido al calentamiento global”, afirmó la ESA.
La primera imagen fue tomada por el satélite Landsat-5 el 9 de febrero de 1987, mientras que la segunda la captó el Copernicus Sentinel-2 el 9 de febrero de 2024.
Arriba, cerca de la esquina izquierda, se puede ver el glaciar San Rafael y justo debajo el San Quintín.
De acuerdo con la agencia espacial, el San Rafael, que es el más grande del parque, también “es uno de los glaciares con mayor desprendimiento del mundo”. Con los años, se desprendió hacia el oeste, en dirección al océano Pacífico, y desembocó en la laguna del mismo nombre.
¿Qué pasa con el hielo del Parque Nacional Laguna San Rafael?
“A medida que las temperaturas suben y los glaciares y las capas de hielo se derriten, el agua acaba desembocando en el océano, provocando el aumento del nivel del mar”, advierte la ESA.
Esto último “es una de las consecuencias más distintivas y potencialmente devastadoras del calentamiento global”, señalan.
Las imágenes satelitales como esta permiten monitorear el deterioro glaciar y la velocidad con la que estos retroceden a lo largo de las décadas.
“El ritmo al que los glaciares pierden masa a largo plazo es fundamental para tomar decisiones informadas sobre la adaptación futura”, concluyó la agencia espacial.
Fuente: Fundación Terram