Brasil: la fuerza firme, alegre y templada de las mujeres organizadas

Idioma Español
País Brasil

Cerca de 50 mil mujeres concretaron en Brasilia lo que muchos califican como la movilización femenina más grande de los últimos tiempos en todo el mundo. Por acceso de la mujer a la propiedad de la tierra, contra el hambre y la violencia sexista en el campo, por la reforma agraria y la defensa de los derechos laborales y sociales de la mujer, las Margaridas de la Confederación Nacional de los Trabajadores en la Agricultura (CONTAG) conmovieron los cimientos de la capital mostrando en cada paso una fuerza amigable, abierta, inclusiva, alegre y vigorosa

El resonante éxito de la III Marcha das Margaridas* tiene varias razones: sin duda el afinado y exhaustivo trabajo previo realizado por la Comisión de la Mujer de la CONTAG coordinada por la también vicepresidenta de la Central Única de Trabajadores (CUT), Carmen Foro, y por el equipo de casi 30 coordinadoras regionales que movilizó las bases de la organización en todo el país. Las mujeres que marcharon durante la mañana del pasado miércoles 22, formando un cortejo de tres kilómetros que se desplazó por las anchas avenidas de Brasilia hasta derramarse en la monumental explanada del Congreso, provenían sin duda del Brasil “más profundo”, el Brasil del campo, parte esencial de las riquezas culturales de un país con la responsabilidad de disponer de las mayores reservas mundiales de biodiversidad y agua dulce en el mundo.

También a la fluida, solidaria e inteligente relación desarrollada con otras organizaciones sociales de mujeres nacionales e internacionales, como la Marcha Mundial de las Mujeres, y decenas de instituciones del movimiento brasileño feminista y el movimiento obrero urbano. Esta actitud unitaria, convocante, inclusiva, es sin duda otra de las razones esenciales que además de número, de cantidad, aportó a esta Marcha una singular calidad, una especial visibilidad desde muchos territorios sociales y políticos brasileños.

De ayer a hoy

Y no hay que perder de vista la perspectiva histórica, la incesante acumulación que la CONTAG viene haciendo desde hace más de 40 años, hasta su actual realidad de 27 Federaciones y 4 mil Sindicatos que representan a 20 millones de trabajadores y trabajadoras del campo. Así lo recordó Manoel José dos Santos, presidente de la CONTAG, durante su intervención ante la Marcha das Margaridas y el Congreso Nacional. Manoel evocó los duros años de la dictadura, durante los cuales “fueron barridos los dirigentes, los sindicatos, las federaciones y la CONTAG misma, cuya vida interna quedó vigilada por interventores”.

Relató las heroicas jornadas y acciones que hicieron permanecer con vida a la CONTAG mientras la dictadura tomaba cuenta del movimiento social brasileño e intentaba desviarlo hacia un parqueadero de lujo e inofensivo. Evocó a varios compañeros y compañeras que en los “años de plomo” sustentaron los valores de la organización, y especialmente a “Zefía, que fue asesora de la CONTAG en los tiempos de la dictadura militar, y fue la primera voz que empezó a defender la idea de que era necesario organizar a las mujeres en los municipios, los estados y a nivel nacional. En aquella época nuestro movimiento sindical era machista y ni siquiera aceptaba que una voz de mujer fuese respetada. ¿Quién no recuerda que entonces las mujeres apenas figuraban al pie del carné de trabajador de su marido? Por tanto, hoy debemos ser justos con la historia; la compañera Zefía merece que la presentemos como la primera guerrera en este proceso de discusión”.

Manoel enfatizó que “Hoy las mujeres han avanzado organizándose a partir de sus comunidades y municipios, y no podemos dejar de mencionar a la compañera Hilda, de Pernambuco, que fue la primera coordinadora de la Comisión de la Mujer de la CONTAG. Y le siguió la compañera Raimondinha Celestine, de Ceará, que fue la primera electa en un Congreso de nuestra organización como coordinadora de las Mujeres. Estas victorias, estos avances, no fueron una dádiva del gobierno ni de los dirigentes sindicales varones, fueron conquistadas por ustedes, compañeras, por la bravura de vuestra lucha”.

El presidente de la CONTAG señaló también que “Esta historia tiene un inicio, una continuidad, un presente y tiene un futuro que estamos construyendo, pero nunca esconderemos la contribución de aquellos y aquellas que comenzaron la lucha. ¿Cuántos no están aquí hoy porque la violencia les arrancó la vida? La ausencia de justicia en este país hizo que cayera mucha gente. Pero, compañeros y compañeras, estamos construyendo la historia de este Brasil, organizándonos en sindicatos, en federaciones y en la CONTAG, haciendo nuestras reivindicaciones, presionando a los gobiernos desde los municipios hasta el ámbito federal. En determinado momento vimos que eso no alcanzaba, que había que cambiar el gobierno del país por uno que estuviese comprometido con la clase trabajadora. Hasta que junto a muchos otros y otras, logramos colocar en la presidencia al compañero Lula. Y nadie debe olvidar esa enorme contribución que vino del campo, de la tierra, de nuestra gente. Pero con esto no basta –continuó Manoel–, no debemos regresar a casa y quedarnos tranquilos, sino que a pesar de haber quebrado el tabú de la inamovilidad de las elites brasileñas, todavía no tenemos el poder, porque la Cámara de Diputados y el Senado aún no son favorables a la lucha de los trabajadores y trabajadoras”.

El futuro deberá ser del pueblo

Reflexionó luego sobre el modelo agrícola que siempre se impuso en Brasil durante los gobiernos anteriores, con base en el latifundio, la producción sin gente que expulsó a miles de familias del campo a las ciudades. “Y hoy –advirtió Dos Santos–, el presidente Lula tiene la gran misión de avanzar en la reforma agraria y consolidar la agricultura familiar como forma de asegurar el desarrollo del país. Hemos avanzado significativamente, pero no basta con créditos, precisamos asistencia técnica para usar esos recursos. Se debe limitar el tamaño de las propiedades, porque no podemos continuar en esta situación en la cual quien tenga dinero suficiente podría comprarse el país entero. Debemos poner una barrera a los extranjeros que están viniendo a comprar tierra para producir etanol con el pretexto de que es una energía limpia desde el punto de vista ambiental, olvidando que nada puede ser limpio si no es justo desde el punto de vista social. No podemos permitir que la caña de azúcar tome cuenta de los espacios de la agricultura familiar. ¡Que no nos quieran engañar con la supuesta generación de empleos! ¡Eso no es verdad! El monocultivo se extiende sobre la base de la mecanización, y el desarrollo que produce es para beneficiar apenas a algunos grupos políticos, pero no distribuye renta hacia el pueblo”.

“Por eso, compañeras: ¡júntense! –exclamó Manoel dos Santos–. Ustedes, que vinieron hasta Brasilia, júntense con otros millones, vamos a llamar a los hombres para que también vengan a luchar. ¡Llama a tu novio, a tu marido, a tu hermano, y vamos a la lucha, porque sólo luchando podremos cambiar este país! Quiero dejar un beso y un abrazo en todos los corazones de la mujeres y hombres de esta Marcha y llamarlos a avanzar, que ya falta poco”.

Este emotivo discurso fue el corolario de una fiesta extraordinaria, celebrada desde el primer minuto con la alegría, la levedad, el fervor tranquilo y bienhumorado que emanan todas las movilizaciones de la CONTAG, ya sea el Grito da Terra como, en esta ocasión, la Marcha das Margaridas. Participar en ellas, caminar junto a los trabajadores y trabajadores en la agricultura es engarzarse en una disciplina sin amenazas ni jerarquías verticales, sin galones ni capataces. La Marcha das Margaridas fue, también, la marcha de la sonrisa, de la confianza, de la clara noción de que el tiempo es ahora, pero también mañana, y por eso todos y todas merecen ser cuidados. Por eso más que caminar, esta Marcha con impronta de mujer voló con levedad y orgullo, con dirección certera y ritmo justo, y terminó abrazando el futuro, sabiendo la IV Marcha das Margaridas las hallará más organizadas, más numerosas, más fuertes y con nuevas reivindicaciones y reclamos, pero siempre con la alegría de estar donde se quiere estar.

¡Viva la Marcha das Margaridas!

En Brasilia, Carlos Amorín
© Rel-UITA
27 de agosto de 2007
SIREL # 1625

* La Marcha recibe este nombre en homenaje y reivindicación de Margarida Alves, presidenta del Sindicato de Trabajadores Rurales de Alagoa Grande, en el estado de Paraíba, que fuera asesinada el 12 de agosto de 1983 cuando regresaba a su casa acompañada por su hijo de diez años quien presenció la dramática muerte de su madre. De los cinco hacendados sindicados como “autores intelectuales” del homicidio, sólo dos llegaron a juicio, y ambos fueron absueltos.

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