¿Cómo hacemos para dejar de estar acorralados?

Idioma Español

Estamos en un momento de conjunción, de quiebre entre un modelo de pensamiento que no acaba de morir y otro que no acaba de nacer. Es el reino del malestar de la cultura, que nos produce angustia, desazón e incertidumbre. Es el ocaso de un modelo de pensamiento, por eso debemos resignificar lo significado, repensar lo pensado, reconocer lo conocido.

La pobreza y la injusticia social y el deterioro ecológico a escala planetaria son el resultado de procesos históricos de exclusión económica, política, social y cultural. Países ricos y países pobres; grupos de poder y mayorías desposeídas, sigue siendo el mayor riesgo ambiental. La ética para la sustentabilidad enfrenta la creciente contradicción entre la opulencia y la miseria; la alta tecnología y la hambruna; la explotación creciente de los recursos y la pauperización y desesperanza de miles de millones de seres humanos; la mundialización de los mercados y la marginación social. [1]

La respuesta, de la OMC [2] y del FMI, los directorios de las empresas y la mayoría de los gobiernos y sus equipos asesores proponen continuar por el camino de la industrialización de la agricultura, la liberalización del comercio y la inversión mientras, casi en secreto y poco a poco, declaran ilegales los métodos, prácticas y relaciones agrícolas que hicieron posible producir comida durante los pasados 10 mil años. Además, prosiguen la apropiación de más y más territorios con sus tierras y sus aguas, rompen los equilibrios, devastan zonas enteras (lo que dificulta aún más que la gente asuma la solución en sus manos) y expulsan más personas a los cinturones urbanos de miseria y hambre. Es tiempo de un cambio profundo que nos saque de la crisis alimentaria y del nudo enorme de crisis que padecemos por la globalización neoliberal: cambio climático, devastación general (biológica y social), marginación extrema, privatización de los ámbitos comunes, expulsión del campo, urbanización salvaje, delincuencia como opción desesperada [3].

Estamos en tiempos de malestar institucional, que se ha instalado entre nosotros y plantea un desafío a nuestros hábitos de pensamiento. Esto implica no sólo pensar en otra cosa, sino pensar de otro modo [4].

La forma en que nos veamos dentro de la naturaleza, o fuera de ella determinará el modelo de sociedad en que vivimos o en que queremos vivir.
Comenzar a abordar la perspectiva de la sustentabilidad como paradigma de los nuevos tiempos, es reconstruir desde lo inédito, desde un espacio de diálogo de saberes y de interrelaciones interculturales que son la nueva trama para repensar el territorio, desde la justicia social, la justicia ambiental y el desarrollo sustentable incluyente [5].

No sólo las vacas están acorraladas por el modelo sojero, sino también las personas que formamos parte del territorio. Y es derecho y responsabilidad de las personas decidir cómo debe ser el lugar donde vivimos nosotros y nuestros hijos.

No se puede dejar esa decisión en manos de unos pocos. Aún si esos pocos son funcionarios o concejales ya que el tema es demasiado importante para que un pequeño grupo de vecinos, por más legitimidad que tengan, tome por todos y todas, esta decisión.

Y mucho menos se puede dejar esta decisión en manos de grupos empresarios cuyos objetivos son maximizar beneficios, aunque en esa empresa dejen un ambiente desvastado y personas empobrecidas. Esto ya lo hemos visto.

Todas las personas que habitan un territorio, mediante procesos colectivos, plurales y democráticos; habilitando espacios de aprendizaje y autogestión son quienes deben asumir el desafío de construir el lugar donde viven.

La primera edad de la humanidad estuvo basada en la convivencia y la colaboración. Se colabora solamente si se confía y se respeta al otro. Un acto de esta naturaleza requiere valor, una audacia enorme, porque en el fondo requiere hacerse responsable de sí mismo, del mundo que uno trae en la mano [6].

No sólo las vacas están en un sistema de feed lot, comiendo porquerías, contaminando e inmovilizadas. Nosotros también.

Es el tiempo de liberarnos de los corrales que nos aprisionan, encontrarnos con los otros y construir un lugar ambientalmente sustentable.

Ing. Agr. Juan C. Poblet
Especialista en Educación en Ambiente para el Desarrollo Sustentable

Coordinador Nodo Balcarce
Red de Educadores Ambientales de la Argentina
ra.moc.oohay@aaerecraclabodon

[1]Galano,C. y otros (2002) El manifiesto por la vida.

[2]Organización Mundial de Comercio

[3]Editorial Revista Biodiversidad, sustento y culturas Nro. 57. GRAIN.

[4] Lewkowicz, I.Foro Concordia de Salud Mental (1999) Panel Violencia institucional.

[5] Galano, C. (2002). Educación Ambiental y la transición a la sustentanbilidad. Ponencia. Foro de Ética Ambiental para un Desarrollo Sustentable. Bogotá, Colombia.

[6]Maturana, H. y Varela, F. (2003) El árbol del conocimiento. Ed. Lumen.

Comentarios