Congreso de Salud Socioambiental: ciencia para la vida o las corporaciones

Idioma Español
País Argentina

Ciencia para cuidar la vida o para las corporaciones. Con este interrogante abrió en Rosario el VIII Congreso Internacional de Salud Socioambiental, que del 10 al 12 de junio reunió a científicos, investigadores, profesionales, saberes y comunidades, en jornadas de presentación de trabajos, reflexión, proyectos y arte, que abrevan en la concepción de Ciencia Digna. En tres jornadas que se desarrollaron en la sede de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), expusieron y asombraron, desde ejes densos como la crisis civilizatoria, los efectos de los agrotóxicos en la salud, alimentación y salud, sindemia y geoingeniería, entre otros ítems, de los que desprendieron una convicción: no puede haber cuerpos sanos en territorios enfermos. 

“El rol de las ciencias ante la crisis civilizatorias” fue el título de apertura del Congreso, en cuya presentación no estuvo ausente el contexto político del país y su concepción sui géneris sobre la ciencia y los investigadores, en clara oposición al espíritu del encuentro. “Desde la perspectiva de salud socioambiental, hay una concepción nueva sobre el territorio y la comunidad, en la construcción de conocimiento científico”, dijo el director del Centro de Estudios Interisciplinarios (UNR), Darío Maiorana. De la primer mesa del Congreso, también participó el presidente del Colegio de Médicos de la Provincia de Santa Fe, Segunda Circunscripción, Alberto Tuninetti. España, México, Uruguay, Brasil, Ecuador y Argentina estuvieron representadas a través de trabajos, muestras y publicaciones. 

“Hoy el sistema académico, universitario, está siendo atacado fuertemente por el actual gobierno, no sólo en Argentina, en muchos lugares, neofacismos y liberalismos están poniendo su objetivo en destruir sistemas científicos, pero no todos, para dejar sin financiamiento a quienes hacemos ciencia digna, y que aquellos que hacen ciencia al servicio de las corporaciones puedan pasar a trabajar directamente para las mismas”, dijo el presidente del Congreso y director del Instituto de Salud Sociombiental de la Facultad de Medicina (UNR), el médico Damián Verzeñassi. 

Innovar frente a los desafíos

Para Verzeñassi, los objetivos del encuentro están en clave de cooperación y construcción colectiva de soluciones a los desafíos ambientales, sociales y de salud que se enfrentan a nivel global. “Cuando hablamos de crisis ambiental nos referimos a lo que algunos llaman como policrisis, que es esta conjunción de crisis ambiental innegable, que tiene que ver con la destrucción de las condiciones de habitabilidad del planeta, que se expresa tanto en una crisis climática como socioeconómica y política, a nivel global”, señaló. 

“Hablamos de crisis de civilización porque está forjada en las ideas de la modernidad, con pilares que destruyeron territorios y pusieron en riesgo la habitabilidad, creyendo que podría haber un crecimiento ilimitado en un mundo que es finito”, argumentó. Más aún, “que justifica la destrucción de la naturaleza por el ser humano y del propio ser humano, en función de hacer una oda al sistema financiero y a la mercantilización de la vida, y que se ordena con la lógica de la fragmentación, los seres humanos fragmentados de la naturaleza”, describió. 

En su opinión, esa civilización engendró una crisis “que tiene que ser puesta en discusión, construyendo otras lógicas, “la de ciencia digna, que no se arrodilla frente a las corporaciones, que no marca su agenda en función de los intereses del poder, sino que está atenta a lo que los movimientos sociales, los pueblos y los territorios necesitan”, enfatizó Verzeñassi.

“Nos propusimos comenzar el Congreso poniendo esto en tensión, si las ciencias son para la vida o las corporaciones, y en esa mesa se habló de geoingeniería, del derecho, del rol de las ciencias sociales, de la bioética y desde los derechos humanos”, enumeró. Las actividades también incluyeron la importancia de la biodiversidad para el cuidado de la vida y para estar atentos a los falsos discursos de restauración: destruyo, después restauro, eso es una falsedad, un imposible. 

Otro de los ejes incluyó la alimentación que fue transformada en función de las necesidades de las corporaciones que la mercantilizaron y la alteración de los modos de producirla, alterando así su composición físico química, impactando en nuestra microbiótica. Tema que conduce en forma directa a semillas, soberanía alimentaria, y propiedad intelectual sobre las mismas como herramienta de las corporaciones. 

Entre las crisis tóxicas, los tratantes genéticos que producen el modelo industrial de transgénicos y agrotóxicos, “analizamos cómo los microplásticos impactan en nuestra salud, nuestra vida y nuestros cuerpos”, dijo Verzañassi. Y sumó el análisis de la génesis de las violencias urbanas a partir de lógicas mercantilizadoras de los espacios cotidianos, de la calidad del aire, y el impacto de las crisis climáticas en nacimiento prematuro y bajo peso al nacer. 

Ciencia Digna

La categoría surgió del homenaje al médico embriólogo, y que también fuera presidente del Conicet, Andrés Carrasco, que demostró cómo el glifosato es parte de los procesos de generación de malformaciones congénitas. “Cuando falleció quisimos honrarlo declarando el día de su nacimiento, 16 de junio, como Día de la Ciencia Digna. Hay mucha gente haciendo ciencia dentro del sistema tecnocientífico que también aportó para que los extractivismos se desarrollen y para que la destrucción ambiental pueda suceder, pero hay ciencia que no está al servicio de las corporaciones, hay científicos y científicas que piensan en lo qué necesitan los pueblos y en generar ese conocimiento. Así nació la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza de América Latina (Uccsnal)”, explicó Verzeñassi. 

Instituto Salud Socioambiental 

El Instituto de Salud Sociambiental de la Facultad de Ciencias Médicas, nació en 2013, plasmando la actividad generada desde la materia Salud Socioambiental, una cátedra propuesta años antes por un grupo de estudiantes para indagar “cómo son las relaciones entre las decisiones políticas que se toman sobre nuestro territorio y el impacto que esas transformaciones tienen sobre nuestros cuerpos y que se expresan como problemas de salud”, comentó Damián Verzeñassi. 

“En 2010, cuando asumí como jefe de la cátedra de la práctica final de la carrera, generando los campamentos sanitarios como espacio de evaluación final de los estudiantes, empezamos a pensar en un congreso como espacio de diálogo de los movimientos sociales, la academia, los asesores políticos y así nació el primer Congreso, en 2013; hicimos el segundo y ahí nos dimos cuenta que lo que se estaba generando era demasiado grande como para que lo pueda sostener una materia electiva y surgió el Instituto de Salud Socioambiental, hoy tenemos una materia electiva, el Instituto, un congreso bianual y una asociación civil. 

Fuente: Suma Política

Temas: Comunicación y Educación, Salud

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