Las cuentas no cierran en Vaca Muerta: las petroleras se llevan millones y dejan migajas
Vaca Muerta dejó en el país solo 31 millones de dólares de exportaciones en 2024. Lo confirma una investigación que detalla cómo las petroleras fugan los dólares que genera la formación hidrocarburífera. Impacto ambiental, economías locales destruidas y pocas divisas estadounidenses para las arcas locales. "Si no discutimos la distribución de la riqueza no hay proyecto que nos pueda salvar", alertan.
Quienes viajan a la zona de Vaca Muerta saben que el territorio está lejos de parecerse a Dubai. Asentamientos precarios de quienes fueron por la promesa de un trabajo que no encontraron, economías regionales destruidas por el abandono paulatino de la actividad agrícola ganadera y viviendas con paredes partidas por los movimientos sísmicos incrementados por el fracking son sólo algunas de las postales que deja el proyecto que, prometieron, “salvaría al país”.
El trabajo "Energía y Sector Externo - La Vaca Fugada", realizado por el Ejes (Enlace por la Justicia Energética y Socioambiental), explica la estafa económica que implica para el país la exportación de dólares y los muy pocos que quedan en el país.
Los dólares que se fugan
Ubicada en una cuenca que abarca parte de las provincias de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza, Vaca Muerta es —en materia de hidrocarburos no convencionales— la segunda reserva de gas y la cuarta de petróleo.
En la actualidad, y pese a los discursos en torno a la necesidad de energías renovables, el petróleo y el gas se utilizan para casi todo. Desde el combustible que se pone en el auto, la luz eléctrica (en Argentina el 60 por ciento de esa energía se genera en centrales termoeléctricas que usan gas como insumo) y la calefacción a gas (ya sea por red o envasado) son sólo algunos ejemplos cotidianos.
En los últimos diez años la provisión de hidrocarburos proveniente de Vaca Muerta fue representando un porcentaje cada vez mayor de la torta de consumo energético nacional, en parte porque los pozos convencionales se fueron secando y en parte porque la inversión se fue volcando a este nuevo yacimiento.
La construcción del Gasoducto Néstor Kirchner (rebautizado Perito Moreno) que traslada el gas que se extrae de Vaca Muerta a distintos puntos del país permitió inyectar a la red hasta 16 millones de metros cúbicos, lo que redujo las importaciones.

Foto: Télam
En este escenario, y sumado a una menor demanda (la actividad industrial cayó más de un diez por ciento), en 2024 Argentina tuvo por primera vez en 18 años una balanza comercial energética positiva: esto significa que lo que se vendió de petróleo y gas al exterior (que generó un ingreso de 9.677 millones de dólares) fue superior a lo que se tuvo que comprar de afuera (en lo que se gastó 4.009 millones).
“Lo que nosotros observamos es que este balance comercial positivo de 5.668 millones de dólares que surge de datos del Indec, cuando uno comienza a analizar los datos del Banco Central para determinar cuánto de esos 9.677 millones de dólares que entraron por las exportaciones quedó en el país, arroja que sólo fueron 31 millones (el 0,5 por ciento de lo exportado)”, explicó a Tierra Viva el economista Marco Kofman, integrante del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) y autor del trabajo de Ejes.
Según explica el informe, el resto se fue por diferentes motivos: 1.450 millones por exportaciones liquidadas con un sistema que se llamaba ‘dólar blend’; 5.593 millones por importaciones del sector que incluyen pagos de periodos anteriores; 2.228 millones por diferentes mecanismos de ‘fuga’ y 365 millones “se perdieron por diferentes razones comerciales”.
La forma en que estos más de 2.200 millones de dólares se “fugaron” al exterior no es simple de observar para un ciudadano cualquiera: requiere entrecruzar varios datos (el trabajo que hicieron desde Ejes) y, sobre todo, comprender cuestiones de la macroeconomía.

Fuente: Informe "Energía y Sector Externo" - EJES
Cuando se exporta, los dólares que ingresan de esa venta se los queda el Banco Central y éste le liquida a la empresa su equivalente en pesos. Esto significa que, por más que una empresa sea extranjera o tenga capitales nacionales pero su casa matriz esté afuera, no pueden depositar los dólares de una venta producida en Argentina en una cuenta de afuera.
“En 2011, cuando reapareció un problema en la economía argentina de que empezaron a faltar los dólares que se necesitaban, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner puso lo que se conoce mediáticamente como 'cepo' y que se trata de un control cambiario, un control de los dólares que entran y salen y los motivos habilitados para ambas operaciones”, explicó Kofman.
Y continuó: “Ahí comenzaron a limitarse las posibilidades de las empresas para remitir al exterior los dólares que habían obtenido de su actividad económica en el país. Hay que destacar que los años previos fue monumental la cantidad de dólares que sacaban las empresas y una de la que más se llevó fue Repsol (YPF privatizada) que tenía utilidades de 15.000 millones de dólares y remitía al exterior 13.000 millones, o sea que no reinvertía en el país”.
El economista describió que, a partir de esta limitación de las empresas de comprar los dólares que querían y mandarlos al exterior, comenzaron a desarrollarse diferentes “mecanismos” que son los que utilizaron durante 2024 las operadoras en Vaca Muerta para sacar del país un alto porcentaje de sus ganancias.
“La forma tradicional era la remisión directa de dólares a las cuentas de las casas matrices, pero este ítem fue el primero que se limitó en cuanto a la cantidad de dólares que te venden para ello”, señaló.
Las diez principales empresas que más exportan petróleo crudo de Vaca Muerta son YPF (cuyo 51% es del Estado Nacional), Vista (del empresario argentino y ex CEO de YPF, Miguel Galuccio), Pan American Energy (multinacional), Shell (anglo-holandesa), Petronas (Malasia), CHNC (YPF con socios extranjeros), Tecpetrol (Grupo Techint), Pluspetrol (multinacional con capitales locales), Capex (nacional) y CGC (de la familia Eurnekian).
El informe destaca que de estas diez compañías sólo YPF tiene su casa matriz radicada en Argentina. El resto son capitales transnacionales o, aunque cuenten con presencia de actores locales, radicaron a las controlantes en otros países como Vista (que la radicó en México) o CGC (en España).
No obstante, como la remisión de divisas a las casas matrices ya no es sencilla, desarrollaron otros mecanismos: “El primero es la contratación de servicios con el exterior. Aparecen un montón de servicios de informática y empresariales de muy difícil trazabilidad. Cuando uno mira los datos del Central, ese rubro comienza a crecer de una manera muy notable”, detalló Kofman y, según el trabajo, en 2024 se fueron del país por este ítem 567 millones de dólares del sector.
Otro mecanismo es la compra directa del billete dólar o de bonos. Se llama “compra de activos”. Este mecanismo también se limitó desde 2011 pero en el momento en que Mauricio Macri levanta ese cepo (2017/2018) la compra se dispara y entonces lo vuelve a limitar. En 2024, unos 358 millones de dólares se fueron por esta vía al exterior.
“El tercer mecanismo, que es el más importante en este momento, es la toma de deuda. Consiste en que la empresa pide un préstamo al exterior, generalmente intraempresarial o con empresas vinculadas, y después le compra dólares al Central para pagar los intereses. Esta modalidad como mecanismo de fuga quedó muy en claro en ese lapso que Macri levantó el cepo porque las empresas por un lado compraban dólares directamente y por el otro se endeudaban. Ahí es donde uno dice: si tenía pesos para comprar dólares no necesitaba contraer deuda…a menos que sepa que a futuro eso le servirá como “excusa” para comprar dólares para pagar intereses y fugarlos”, explicó el economista.
En 2024 se fueron 1.207 millones de dólares por el pago de intereses dentro del sector energético.
Un factor adicional importante: la regulación conocida como “dólar blend”, que permitía a los exportadores liquidar el 20 por ciento de sus ingresos por fuera del circuito de divisas administradas por el Banco Central. Fue otro de los motivos por los cuales 1.450 millones de dólares no ingresaron.

Foto: Télam
Dólares para qué
“Ninguna economía es autosuficiente, es decir, ningún país produce todo lo que necesita, entonces hay muchísimas cosas que se tienen que comprar en el exterior y para eso necesitás dólares. Por ejemplo, las empresas necesitan un montón de insumos que no se fabrican en Argentina, medicamentos, y un sin fin de etcétera”, indicó Kofman.
Los dólares también se necesitan para pagar las deudas contraídas (tanto las públicas como las privadas).
“Después hay un discurso muy instalado, que todos los Gobierno repitieron, que es que hay que endeudarse en dólares para hacer obra pública. Eso no tiene ningún sentido porque la obra pública se paga en pesos, todo el empleo que se genera —que es en lo que más se gasta— es en pesos”, sostuvo.
En un país como Argentina, dependiente de divisa extranjera, los dólares también son comprados para ahorro; hace años que el mercado inmobiliario funciona dolarizado y desde hace un tiempo también los autos se compran en dólares. Y todos los dólares provienen, en definitiva, de un sólo lugar: el Banco Central, que, como se vio antes, los obtiene de las exportaciones.
Lo cierto es que el sector energético, aunque en 2024 según el Indec generó una ganancia de más de 5.000 millones de dólares (que equivale a un cuarto del préstamo que se le pidió al FMI en marzo), no dejó casi nada de esas divisas “tan necesarias” para la macro economía.

Vaca Muerta no nos salvó
“Es súper complejo pensar hoy Vaca Muerta. Primero hay que desprenderse de la idea de que es una ‘fábrica de dólares’. En todo caso habría que pensarla como una posible fábrica de energía que es algo diferente de pensarla como una fábrica de dólares para un modelo económico que funciona absorbiendo y chupando los dólares para afuera de la mano de los empresarios”, afirmó el economista.
Y continuó: “Si pensamos en un modelo de país diferente, más justo, seguro que vamos a necesitar energía, pero ahí las preguntas son otras, son con qué actores y con qué objetivos”.
Kofman recordó que en la última década la economía argentina “vivió un proceso de transferencia enorme de ingresos del trabajo al capital” porque tenemos el mismo nivel de actividad económica que en 2015 (lo cual es un problema porque todas las economías crecen en el tiempo) pero con los salarios un 30 por ciento por debajo: “Esto quiere decir que como país estamos produciendo lo mismo que hace diez años pero hay un sector, que es el de las grandes empresas y corporaciones, que se está quedando con una mayor parte de ese valor. Esto no lo provocó Vaca Muerta, pero tampoco lo solucionó”, dijo.
“Entonces -—concluyó— si no discutimos la distribución de la riqueza en el país no hay proyecto que nos pueda salvar. Sin salarios buenos no hay mercado interno, las economías son frágiles y hay una inestabilidad permanente. Cualquier proyecto que genere dólares se irá para afuera. Lo que nos va a salvar son los salarios, es la distribución del ingreso y a Vaca Muerta habrá que repensarla, en todo caso, desde una lógica diferente, en la cual la economía interna sea más fuerte y las empresas, las grandes corporaciones, tengan un menor poder relativo”.

Foto: Télam
Fuente: Agencia Tierra Viva