Monsanto adquiere la licencia para utilizar CRISPR-Cas en agricultura

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"La empresa pretende utilizar CRISPR-Cas para conseguir nuevos tipos de cultivos modificados genéticamente, que, presumiblemente, intentará expandir por todo el mundo como ha ocurrido con el resto de sus productos".

De entre las nuevas técnicas de ingeniería genética, CRISPR-Cas es la que más revuelo ha levantado; sin embargo, su desarrollo es tan reciente que ni siquiera está en el paquete de Nuevas Técnicas Biotecnológicas sobre cuya regulación aún está tomando una decisión la Comisión Europea.

CRISPR suele presentarse como una tecnología extraordinariamente precisa, igual que se ha venido haciendo de forma falaz con la transgénesis todos estos años, Este artículo de Inf'OGM que tradujimos hace unos meses ( El mito de la precisión de CRISPR) explica por qué no es así. Los riesgos de utilizar tecnologías basadas en CRISPR-Cas, que parecen tenerse muy presentes cuando se habla de sus posibles aplicaciones biomédicas, tienden a desestimarse al hablar de agricultura (tanto que la USDA no tuvo problema ya hace un tiempo en autorizar la comercialización de un champiñón modificado con esta técnica).

El Broad Institute del MIT y Harvard ha sido uno de los principales focos de investigación de técnicas relacionadas con CRISPR, campo en el que posee varias patentes importantes. La empresa Monsanto, que ha estado recientemente muy presente en los periódicos tras ser comprada por Bayer, llegó el pasado jueves a un acuerdo con el Broad Institute para utilizar estas patentes.

Esto significa que la empresa pretende utilizar CRISPR-Cas para conseguir nuevos tipos de cultivos modificados genéticamente, que, presumiblemente, intentará expandir por todo el mundo como ha ocurrido con el resto de sus productos. El comunicado de prensa de Monsanto está lleno de esperanzadoras previsiones sobre cómo esto revolucionará (para bien) el mundo de la agricultura, seguida de un texto legal con una retahíla casi igual de larga de razones por las que estas previsiones optimistas podrían no llegar a materializarse (ver aquí). Una segunda parte sobre la que, probablemente, oiremos hablar mucho menos.

Fuente: Observatorio OMG

Temas: Nuevas tecnologías, Transgénicos

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