Tierra fértil, herramientas para imaginar un futuro compartido

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El mundo está en un momento crítico. La crisis climática se acelera, los ecosistemas alcanzan puntos de inflexión irreversibles y las corporaciones refuerzan su control sobre todos los aspectos del sistema alimentario industrial, incluida la producción, el procesamiento, la fabricación, distribución, venta minorista, entrega y el consumo de alimentos, mientras que la inseguridad alimentaria sigue aumentando.

Mientras tanto, grandes crisis globales siguen devastando los sistemas alimentarios. Siete años después de la promesa mundial de acabar con el hambre para 2030, la situación sólo empeora. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que sólo en 2020, 924 millones de personas sufrían de inseguridad alimentaria grave — un aumento mayor en un año (pandémico) que en los cinco años anteriores combinados.

En el mismo año, aproximadamente 1 de cada 3 personas— 2.37 mil millones — no tuvieron acceso regular a una alimentación adecuada. La mala gestión y consolidación de recursos en un puñado de corporaciones, y la fragilidad de las cadenas de suministro globalizadas, como se evidenció durante la pandemia, continúan empujando a más millones al borde del hambre y han puesto en riesgo aproximadamente un tercio de los medios de subsistencia alimentarios y agrícolas.

Las cadenas de suministro globales se desmoronan bajo el peso de su incapacidad para proveer alimentos y justicia, lo que nos coloca en la encrucijada actual.

Dos caminos divergentes ante nosotros.

El primero es el camino de los “agronegocios como siempre” — donde el mapa de ruta está determinado por la ganancia, no por las personas. Donde la agroindustria decide no solo lo que está sobre la mesa, sino también quién la ocupa y quién no. En este camino, las corporaciones invierten todos sus recursos y ejercen toda su influencia para lograr un futuro caracterizado por una cadena alimentaria totalmente automatizada, donde toda la naturaleza está sujeta a la privatización, la mercantilización y la modificación genética. Bajo la apariencia de soluciones «climáticamente inteligentes» y «basadas en la naturaleza», la agroindustria tiene como objetivo acaparar aún más recursos y fortalecer todavía más su control sobre los sistemas alimentarios. Tienen planos claros y calculados, objetivos establecidos y bolsillos lo suficientemente profundos como para cumplir su visión de un futuro de agricultura sin agricultores. Para ellos, nosotros, los pueblos, somos simplemente receptores/beneficiarios pasivos de su gran plan.

Sin embargo, hay otro camino.

Uno en el que afirmamos nuestro poder colectivo para volver a enraizar nuestros sistemas alimentarios en la diversidad, la agroecología y los derechos humanos. Este camino se inspira en lo que las organizaciones han estado haciendo durante décadas. Camino en el que damos forma a sistemas alimentarios que nutren a nuestras comunidades y a la red de la vida. Donde combinamos nuestro conocimiento pasado y presente y podemos forjar colaboraciones más profundas, más amplias y más efectivas que nunca para lograr la transformación de los sistemas alimentarios en los próximos 25 años.

Este camino es tanto una invitación como un llamado a unir nuestras manos, recordándonos gentilmente que ningún sistema, sin importar cuán grande o poderoso parezca, puede resistir la fuerza de nuestro poder colectivo. 1

Esta invitación resulta de innumerables jornadas de discusión y análisis de las crisis alimentarias celebradas por organizaciones de diversos países y regiones durante los últimos tres años, en el marco del Movimiento de largo plazo por la alimentación. Indagan sobre los orígenes del Covid y establecen su relación con la agroindustria; aclaran el impacto del conflicto en Ucrania sobre la distribución de alimentos, viajan al pasado para explicar cómo podría repetirse la hambruna de las papas que destrozó a Irlanda en el siglo 19. Cuentan de la pandemia que terminará con los plátanos, de la posible extinción del salmón salvaje y del sentido común, que se pierde ante la generalización de herramientas digitales.

Los resultados de estas reflexiones sobre crisis presentes, catástrofes pasadas, logros de los movimientos de todo el mundo por la agricultura y la subsistencia se comparten desde el sitio electrónico www.longfoodproject.org, del Proyecto de largo plazo por la alimentación.

¿Qué preguntas podemos hacerle a los eventos pasados que nos preparen para afinar nuestras luchas ahora? ¿cuántas victorias hemos tenido que el sistema trata de borrar de las memorias colectivas? ¿cómo aprender a interpretar señales de alerta en el horizonte? En www.longforproject.org se alojan videos de discusiones sobre digitalización de la agricultura, estudios sobre la explosión de los mercados territoriales ante el ahogamiento de las cadenas globales de suministros, casos, interrogantes, comparaciones que podemos hacer para escudriñar eventos aparentemente sin relación e ir encontrándole sentido al momento actual.

¿Cómo ver la lógica de nuestros microciclos (las luchas muy locales, las siembras y cosechas diarias, la vida cotidiana que tiene que superar algo para llegar al día siguiente) y los ciclos más grandes de la globalidad? ¿Cómo hacer para que la lucha cotidiana no cierre la visión de largo alcance?

Lo que ha hecho el campesinado en los últimos 10 mil años ha sido apoyarse más en su asunción del misterio que en tratar de predecir las cosas en términos probabilísticos, algo que la inteligencia artificial se jacta de conseguir. Campesinas y campesinos aprecian plenamente sus certezas pero abrazan plenamente el misterio, tratando siempre de encontrar un equilibrio entre lo que saben y lo que no pueden controlar, lo que es incierto. El resultado de este frágil equilibrio es el sentido, y podría prepararnos para abordar nuestra próxima respuesta. 2

Nuestro pasado es nuestra tierra fértil. Nuestra praxis es ya la preparación misma en medio de lo vertiginoso de los hechos. Eso enfatiza www.longfoodproject.org.

1 Grupo ETC, IPES-Food y A Growing Culture, Introducción a Visiones comunes. Posibles colaboraciones de largo plazo entre movimientos por la alimentación, en www.longfoodproject.org

2 Extractos de participaciones en el taller “Sorpresas predecibles: mirar hacia atrás”. Puede consultarse en https://www.longfoodproject.org/predictable-surprises/

Verónica Villa Arias: Responsable de investigación sobre agricultura y alimentación del Grupo ETC, integrante de la Red en Defensa del Maíz y colaboradora de Radio Huayacocotla. Es Etnóloga de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Fuente desinformemonos

Temas: Nuevos paradigmas, Soberanía alimentaria, Tierra, territorio y bienes comunes

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