Argentina: transgénicos: los semilleros apuntan a derogar una resolución de la SAGPYA

Idioma Español
País Argentina

ASA pidió la derogación de la Resolución 71/2006 de la SAGPyA y advirtió sobre los riesgos jurídicos y ambientales de la misma

En el marco de una Conferencia de Prensa realizada en la ciudad de Buenos Aires, la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), solicitó a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA) la inmediata derogación de la Resolución 71/2006, emitida por ese organismo y publicada en el Boletín Oficial el pasado 17 de febrero. En el encuentro estuvieron presentes miembros de la Comisión Directiva de ASA y representantes de las empresas semilleras y de las entidades relacionadas con la cadena agrícola.

La Resolución 71/2006 tiene como objetivo exceptuar por un plazo de 90 días la aplicación del sistema previsto –y hasta ahora vigente- para la aprobación de nuevos eventos biotecnológicos (basado en la Resolución N 39/2003 y su complementaria N 46/2005), a todos aquellos que produzcan y/o comercialicen los materiales correspondientes a variedades de híbridos que tengan el gen GA21 de Syngenta.

Los fundamentos del pedido se basaron en que la medida es “innecesaria, arbitraria, inequitativa y altamente perjudicial para el sistema que regula la liberación al medio de eventos transgénicos en la Argentina”.

A partir de la puesta en práctica de esta Resolución, se suspende temporariamente la aplicación de todo un sistema eficiente, serio y prestigiado. Esta decisión significa dejar de lado las normas legales y pone en serio cuestionamiento todo el ordenamiento normativo.

Además afecta seriamente el marco internacional, en el cual la valoración del sistema se relaciona directamente con las inversiones en tecnología y en el sistema de aprobación vigente para las mismas.

Raúl Palmieri, Presidente de ASA, destacó que: “Como consecuencia de este tipo de medidas, se perjudica seriamente la credibilidad de las exportaciones argentinas más significativas, ya que se modificarían transitoriamente aspectos regulatorios de productos que luego son exportados a países consumidores de alimentos, que además tienen grandes restricciones en esta materia”.

También agregó que: “Este hecho es de extrema gravedad institucional porque deja de aplicarse en forma arbitraria la normativa altamente calificada que rige el proceso de aprobación de cultivares transgénicos que preserva la Bioseguridad, involucrando la competencia de la CONABIA, INASE, SENASA y DIRECCIÓN DE MERCADOS INTERNACIONALES, restando seriedad y transparencia al sistema”.

Por ello, arrogarse derechos, modificando sin responsabilidad la esencia y sostén del sistema, adquiere proporciones gravísimas, ya que lesiona de hecho y de derecho a toda la cadena, sobre la que se construyó y deberá seguir construyéndose todo nuevo hito tecnológico. La credibilidad se honra con los procederes y es el legado que debe preservarse para el País, defendemos principios, que son innegociables y se sitúan por encima de cualquier gestión personal.

La República Argentina, a partir de decisiones convalidadas y apoyadas por el Estado, comenzó a transitar el camino de las semillas transgénicas, como aporte y complemento tecnológico indispensable en la producción agropecuaria.

Era un nuevo camino y se asumía una alta responsabilidad, pero se estuvo a la altura de las circunstancias, logrando una normativa jurídica de excelencia para regular y asegurar el estricto manejo de la nueva tecnología, que permitió no solo apoyar su difusión en nuestro país, sino también fortalecer nuestra posición de país exportador. La creación de la CONABIA, las Resoluciones 39/2003 y 46/2005, son hitos importantísimos e imprescindibles en este camino.

De hecho, a partir de la incorporación de eventos biotecnológicos en cultivos como la soja y el maíz, la Argentina incrementó sustancialmente su producción logrando pasar de 44 millones de toneladas a 84 millones de toneladas en casi una década. Este aumento de la producción sirvió de base para consolidar el desarrollo de una Industria Agroalimentaria que hoy abarca el 36% del total de empleos, el 45% del valor agregado por la producción de bienes y el 56% de nuestras exportaciones.
Todo este proceso se produjo manteniendo un estricto equilibrio con las normas de bioseguridad para asegurar que estos adelantos no pusieran en riesgo alguno la sustentabilidad de la producción agropecuaria y el recurso natural que se estaba utilizando.

Participaron del encuentro:

- Raúl Palmieri (Presidente ASA)

- Julio Ferrarrotti (Presidente Arpov)

- Hernán Pettinari (Vocal titular ASA - Syngenta)

- Pablo Vaquero (Vicepresidente ASA y Arpov)

- Iván Ramallo (Vocal titular ASA - Relmó)

- Alberto Goñi (AAPRESID)

- Gustavo Oliverio (Fundación Producir Conservando)

Agro Diario, Internet, 12-4-06

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