Luego de 10 años. Las promesas biotecnológicas siguen sin cumplirse

Por Eco21
Idioma Español

Habiendo transcurrido ya diez años desde la introducción comercial de los cultivos trangénicos, las reiteradas promesas de la industria biotenológica de producir plantas que beneficiarían a los consumidores de todo el mundo no se han materializado aún, según un nuevo informe de Amigos de la Tierra Internacional

"Contradiciendo las promesas realizadas por la industria biotecnológica, la realidad de los últimos diez años demuestra que no se puede garantizar la seguridad de estos cultivos y que no son ni más baratos ni de mejor calidad. Los cultivos transgénicos no constituyen una solución para el hambre, ni en África ni en ningún otro lugar del mundo," declaró Nnimmo Bassey de Amigos de la Tierra de Nigeria.

Las empresas biotecnológicas continúan repitiendo su falso argumento de que los cultivos transgénicos juegan un papel en la solución de la problemática del hambre, y el mayor productor de semillas transgénicas del mundo, Monsanto Company (NYSE:MON), continúa teniendo una peligrosa influencia en las políticas agropecuarias y alimentarias de muchos países y de organismos internacionales.

La influencia de Monsanto sobre algunos gobiernos es tan sustantiva que muchos países han comprado los argumentos infundados de la empresa de que los cultivos transgénicos son beneficiosos para el medioambiente y que contribuyen a la reducción del hambre.

El informe de 100 páginas "¿Quién se beneficia con los cultivos transgénicos? Monsanto y la revolución agro-empresarial de los cultivos transgénicos" concluye que el crecimiento de los cultivos transgénicos en un número limitado de países, ha sido en gran medida resultado de las agresivas estrategias de las empresas biotecnológicas.

"Monsanto jugó el papel de conductor cuando EE.UU., Brasil y otros países desarrollaron sus políticas sobre transgénicos. En Paraguay y Brasil los productos de Monsanto se cultivaban aunque estaban prohibidos, y en Indonesia la empresa sobornó a funcionarios gubernamentales. Los gobiernos deberían dejar de ser serviles a los intereses de las grandes empresas como Monsanto y dar prioridad a los intereses de sus ciudadanos y su medioambiente", declaró en Bruselas Paul de Clerck de Amigos de la Tierra Internacional.

El Informe de Amigos de la Tierra Internacional salió a la luz justo unos días antes de la publicación del informe sobre la situación mundial de la biotecnología comercializada, producido por el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Biotecnológicas para la Agricultura (ISAAA, por su sigla en inglés) -una institución patrocinada por las empresas biotecnológicas que promueve a los cultivos transgénicos como la solución clave para el hambre y la pobreza- y una semana antes de la asamblea anual de accionistas (17 de enero) del gigante de la biotecnología, Monsanto.

El nuevo informe de Amigos de la Tierra Internacional afirma que:

• Los cultivos transgénicos no son ambientalmente seguros. La introducción de la soja Roundup Ready de Monsanto, el cultivo transgénico más expandido en la actualidad, ha conducido a un incremento en el uso de herbicidas. Informes independientes de EE.UU.

Demuestran que desde 1996, el cultivo de maíz, soja y algodón transgénico ha provocado un incremento en el uso de plaguicidas de 55 millones de kilogramos. El cultivo intensivo de soja en Sudamérica está fomentando la deforestación y está asociado con la erosión del suelo y la pérdida de fertilidad.

• Los cultivos transgénicos no constituyen una solución para la problemática del hambre y la pobreza. La mayoría de los cultivos transgénicos comercializados hasta ahora, están destinados a la alimentación animal y no a la alimentación humana; los mismos no han sido introducidos para enfrentar el hambre y la pobreza. Los cultivos transgénicos que se siembran actualmente en países en desarrollo, tienen como principal destino la exportación. En el caso de Argentina, el segundo productor mundial de cultivos transgénicos del mundo, sólo queda en el país el 2% de la soja cosechada. Otros países del Tercer Mundo,
como Indonesia e India, han experimentado también importantes problemas con los cultivos transgénicos de Monsanto, y los productores, a menudo, han quedado fuertemente endeudados.

• La principal empresa productora de semillas transgénicas, Monsanto, tiene una influencia significativa sobre gobiernos y organismos internacionales. La empresa controla alrededor del 90% de los rasgos transgénicos utilizados en todo el mundo. El éxito de Monsanto en lograr superar los obstáculos regulatorios e impedir la adopción de leyes de bioseguridad severas, está bien documentado.

• La industria biotecnológica no ha logrado introducir la "nueva generación" de cultivos transgénicos con beneficios para los consumidores, ni los cultivos farmacéuticos modificados para producir medicamentos, que prometiera. Después de 30 años de investigación sólo dos modificaciones han logrado un espacio en el mercado: la resistencia a insectos y la tolerancia a herbicidas. La industria biotecnológica continúa centrándose principalmente en los mismos rasgos, cultivos y aplicaciones que en 1990, y las raciones animales son el principal destino de la mayoría de los cultivos de la primer generación de transgénicos.

Después de 10 años de comercialización de cultivos transgénicos más del 80% de la superficie total cultivada con cultivos biotecnológicos se concentra en sólo tres países: EE.UU., Argentina y Canadá.

El informe está disponible en: http://www.amigos.org.ar
ó en http://www.redes.org.uy

Por más información:

Karin Nansen - REDES-AT - moc.liamg@tsusuru

Eco 21, Internet, 27-8-06

Comentarios