REED, la nueva magia nórdica que arrasa

Idioma Español

Los Programas REED, o mercados de carbono, se están convirtiendo en la nueva estrella del capitalismo verde. Parecieran una solución ideal en la que todos ganan. Sin embargo, otras voces alertan de los riesgos del nuevo Caballo de Troya del viejo colonialismo

Es fantástica la versatilidad de los mercados y del capitalismo verde. No paran de “innovar” y “poner valor” aquello que no valía “nada”. En Copenhague, aseguraba ayer Luis Figueiredo, el jefe de la delegación brasileña, si hay algo seguro por el consenso que genera a todos los niveles es que van a darse carta de naturaleza oficial a los llamados programas REDD, es decir, de “reducción de emisiones generadas por la deforestación y la degradación forestal en los estados en desarrollo”. El problema a resolver es evidente: la deforestación de los bosques del Sur genera cerca del 20% de los gases invernadero provocada muy mayoritariamente por los intereses ganaderos y de producción de biocombustibles de las corporaciones transnacionales como Monsanto o Cargill.

¿Y qué pretenden los REDD? Básicamente, que los estados del Sur que ralenticen su deforestación ganen créditos. Gracias a ellos, podrán venderlos en los mercados del carbono a países nórdicos que no puedan o quieran reducir emisiones en su casa. También podrán ser compensados a través de un fondo gestionado por los países del Norte (los que han creado el problema) o las dos cosas a la vez. Suena realmente bien: todos ganan, ya que el Norte paga al Sur por descontaminar o por dejarle seguir contaminando en casa mientras que el Sur saca un dinero que no confiaba. Tanto es así que prestigiosas voces como el IIED de Londres o el Green Belt Mouvement de la premio Nobel de la Paz keniata Wangari Maathai se han convertido en entusiastas promotoras de la solución REED y la lista de espera para acceder a estos fondos de colectivos del Sur no hace más que crecer.

No todo el mundo lo ve así. En la propia sede oficial de la Cumbre Climática, hemos podido oír a representantes de la Global Forest Coalition señalar dos ideas fundamentales. En Nepal, lo que ha permitido recuperar la mitad de los bosques del país ha sido la autoorganización campesina con apoyo de ambientalistas conocedores de las necesidades locales. Para el representante ugandés, los REED reducen los bosques a meros vertederos de carbono y, por ello, los “marchantes de carbono” intentan expulsar a los pueblos indígenas de sus tierras para que estas estén disponibles para cuadrar las cuentas nórdicas del carbono. La Red Indígena sobre el Medio Ambiente también lo tiene claro. Vista la dura experiencia en lugares tan distintos como Nigeria, Australia, Perú o Alaska, REDD no significa otra cosa que “Rápido Enriquecimiento con Desalojos, usurpación de tierras y Destrucción de la biodiversidad”. Una amenaza cada vez más cercana para muchos pueblos alejados del estilo de vida del Norte (el pulmón amazónico del Planeta está en el punto de mira) en la medida en que se dispara el estrés de transnacionales como Shell o BP, aliadas con el Banco Mundial, por encontrar sumideros de carbono en el Sur. El motivo es obvio: sale mucho más barato que reducir emisiones en el Norte. También hay gobiernos poderosos que recurren a ello. España, oficialmente la octava potencia mundial, busca desesperadamente comprar o subvencionar derechos de contaminación en países del Sur para no tener que reducir emisiones (Le Monde, 8 de diciembre). Hay miedo a perder votos: no en vano, la urgencia climática se sitúa como segunda preocupación, tras el paro, en regiones del Norte como la UE, según el último Eurobarómetro. Atentos pues a la jugada. Los REDD tienen todos los números para convertirse en un caballo de Troya del viejo colonialismo y, encima, no ayudan a mitigar sino apenas a maquillar las letales emisiones invernadero.

Alba Sud, Internet, 12-12-09

Comentarios

08/06/2012
información, por Ana Paredes
Compañeros y compañeras:
En el contexto antes descrito,me gustaría saber si Guatemala tiene estos programas aprovados. ¿Dónde puedo buscar esa información? gracias por su apoyo.

Ana Paredes