COP 30: ¡Más de 70.000 personas asisten a la Cumbre de los Pueblos en Belém, rechazando 30 años de lavado de imagen verde!
En noviembre, las calles, universidades y plazas públicas de Belém se transformaron en el corazón palpitante de la resistencia mundial, cuando más de 70.000 campesinxs, pueblos indígenas, mujeres, jóvenes, pescadorxs, trabajadorxs y movimientos por la justicia climática convergieron en la Cumbre de los Pueblos junto con los preparativos de la COP30.
Conferencia de las Partes (COP) oficiales sobre el clima —a pesar de sus 30 años de historia— han repetido el mismo patrón: lavado de imagen verde (Greenwashing), falsas soluciones y captura corporativa, mientras las emisiones aumentan y las comunidades más afectadas sufren. Para lxs campesinxs, los pueblos indígenas y las mujeres que soportan el peso de los sistemas hídricos, de la tierra y alimentarios, las negociaciones oficiales simplemente nunca han funcionado.
Seamos claros: la crisis climática se originó en el Norte Global, y el Norte Global tiene la obligación de reparar el daño. Pero en lugar de reconocer esta responsabilidad histórica, las COP oficiales y los acuerdos paralelos han generado distracciones basadas en el mercado, como el comercio de carbono —y la más reciente incorporación a esta categoría— el Fondo para los Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), que perpetúa antiguas estructuras coloniales. Los planes de «cero emisiones netas» impulsados por las corporaciones han permitido, en esencia, la expansión del negocio de los combustibles fósiles bajo una cortina de Greenwashing y retórica climática.
No existe ninguna protección real para las comunidades que ya están perdiendo tierras, cosechas y vidas.
La Cumbre de los Pueblos se hizo eco de estos sentimientos: lxs campesinxs y los pueblos indígenas que asistieron en gran número dejaron claro que no querían que se siguieran apuntalando estas falsas soluciones.
¿Por qué es necesaria una cumbre popular paralela?
La COP oficial sigue siendo excluyente, impulsada por multimillonarios, dominada por las corporaciones y ajena a las luchas reales de la gente. Ignora las demandas campesinas de agroecología, derechos territoriales indígenas, soberanía alimentaria, liderazgo femenino y sistemas públicos de alimentación y energía, así como los derechos fundamentales a la tierra, las semillas, el agua, los bosques, la vivienda y los ríos. Precisamente por eso, la Cumbre de los Pueblos se ha convertido en un espacio más relevante: las comunidades en primera línea ya no imploran un lugar en la COP; están construyendo su propio proceso político global, basado en soluciones reales y poder colectivo.
Para quienes estuvimos en Belém, el ambiente era vibrante e histórico: coloridas marchas, asambleas comunitarias, encuentros de solidaridad internacionalista, procesiones de mujeres, ceremonias culturales indígenas, mercados campesinos, zonas agroecológicas y debates políticos nocturnos sobre el futuro del planeta. Miles de personas comieron y convivieron durante una semana en la Zona de la Cumbre de los Pueblos. Se convirtió en un espacio de colectivismo, cultura popular e internacionalismo.
En decenas de asambleas, los movimientos construyeron una Agenda Climática Popular que rechazaba las soluciones corporativas y coloniales y exigía un cambio sistémico, no solo un cambio climático. El mensaje era claro: agroecología por encima de la agroindustria, territorios por encima de los mercados de carbono, reparaciones por encima de la caridad y el poder popular por encima de una COP controlada por las corporaciones.
La Cumbre produjo resultados concretos y de gran alcance: un renovado llamado a la deuda climática y las reparaciones; un frente unido de los pueblos contra los mercados de carbono y la geoingeniería; alianzas fortalecidas entre lxs movimientos campesinxs, indígenas, juveniles, feministas y obrerxs; propuestas claras para sistemas alimentarios públicos, democracia energética, reforma agraria y derechos territoriales; y planes coordinados para las movilizaciones del Sur Global.
La Vía Campesina en la Cumbre de los Pueblos: Globalizando la lucha
Una delegación de 40 miembros de La Vía Campesina se unió a la Cumbre de los Pueblos y a la COP30, participando activamente en las sesiones plenarias y las negociaciones. Impulsamos de manera consistente las soluciones planteadas en el manifiesto de LVC para la COP30, haciendo hincapié en la agroecología y la soberanía alimentaria como pilares de la justicia climática. LVC y sus miembros brasileños estuvieron presentes y expresaron sus opiniones durante los debates y las movilizaciones.
Al asistir a la Cumbre Popular en Belém como representante de la Federación de Campesinos de Todo Nepal (ANPFa) y de La Vía Campesina del Sur de Asia, fui testigo de sorprendentes paralelismos entre el Amazonas y las estribaciones del Himalaya en Nepal.
Lxs campesinxs nepaleses —al igual que los de la Amazonía— están perdiendo tierras debido a desastres climáticos, la extracción corporativa y sistemas alimentarios injustos; nuestras comunidades se enfrentan a deslizamientos de tierra e inundaciones intensificadas por el calentamiento global, la piratería de semillas por parte de corporaciones multinacionales, la falta de tierras y la injusticia agraria, la migración forzada de jóvenes y la erosión del conocimiento agrícola tradicional.
Sin embargo, nuestra resiliencia refleja la de lxs campesinxs de todo el mundo. En Belém, vi nuestras luchas reflejadas en cada delegación: lxs campesinxs brasileños sin tierra del MST, los pueblos indígenas que defienden el bosque, los pequeñxs agricultorxs africanos que luchan por el agua y lxs pescadorxs asiáticos que protegen el océano.
Es evidente que nuestras luchas están interconectadas y nuestras soluciones deben ser globales.
A medida que se profundiza esta comprensión, la Cumbre de los Pueblos muestra el potencial de impulsar un nuevo ciclo de resistencia popular global. Debemos nutrirnos de esta solidaridad e internacionalismo. De ahora en adelante, la agenda climática mundial debe ser moldeada por quienes defienden la vida, no el lucro. Es responsabilidad de todxs —campesinxs, pueblos indígenas, mujeres, trabajadorxs y jóvenes— mantener este impulso.
Esperemos que la Cumbre de los Pueblos y la COP 30 marquen el inicio de una nueva etapa en nuestra lucha por la justicia climática.
¡Globalizar la lucha! ¡Globalizar la esperanza!
Este informe es de Pramesh Pokharel de ANPFa – Nepal, quien se encuentra entre lxs delegadxs de La Vía Campesina que asisten a la Cumbre.
Fuente: La Vía Campesina

