Taller de ecología política en la Universidad de Buenos Aires: “creemos necesario cuestionar la tecnología y la idea de que el progreso tecnológico es neutral”
Estudiantes de ciencias sociales de la UBA lanzaron un taller para discutir problemáticas ambientales como las de monocultivo, hidrocarburos o megaminería. Desde un posicionamiento denominado “ecología política” abordan una crítica “hacia la idea de desarrollo capitalista”. Diego di Risio participa en la agrupación estudiantil La Mala Educación y explica la propuesta que vienen realizando.
El taller
- ¿De dónde viene el interés de una agrupación de Ciencia Política por la ecología?
- Desde La Mala Educación venimos trabajando con la ecología intentando hacer un abordaje crítico. Nuestro primer acercamiento fue dado por la problemática del monocultivo a partir de la expansión de la soja. Luego vino el acercamiento a los pueblos originarios a partir de los conflictos por tierras. Cada uno de nosotros venía trabajando o traía un interés por distintas problemáticas ambientales, así que nos planteamos la necesidad y la inquietud de volcarlo también en nuestra militancia universitaria. De este modo por ejemplo presentamos un proyecto para crear una materia optativa en Ciencia Política -en el 2008- que tratara sobre ecología política, cosa que hicimos nuevamente el año pasado. Aunque en ninguna de las dos ocasiones salió la materia, vemos con preocupación que estos temas no estén siendo abordados en ninguna parte del plan de estudios, y vemos necesario que pueda tener un tratamiento académico y político, con un acercamiento desde las ciencias sociales. Para nosotros es una prioridad la ecología política, además de ser un abordaje necesario para entender las problemáticas actuales.
- Y como no hay un tratamiento curricular es que generan un espacio propio para la reflexión.
- Como consideramos que no podemos esperar los tiempos que nos da la institución, y como es una prioridad, decidimos ir trabajando primero el taller y después una cátedra libre de ecología política. Así fue que durante el 2009 lo hicimos junto a otras dos agrupaciones. Abordamos temas como megaminería, agronegocios y realizamos un cuestionamiento a las ideas de desarrollo y progreso. Este último punto nos parecía muy interesante, cuestionar desde la ecología política la idea de desarrollo capitalista.
- ¿Y qué tienen pensado para el taller que se inicia este año?
- El taller que ahora estamos comenzando lo pensamos como una continuación de esa cátedra libre y del taller pasado. Este taller se maneja por los cuerpos que lo sostienen, por eso se va dando los objetivos y su dinámica a partir de la gente que se va acercando. Ahora lo que estamos haciendo es un abordaje sobre temas macro, en principio entender y debatir las diferentes corrientes del ambientalismo, y un objetivo es tratar de terminar este trabajo con otra cátedra libre en la facultad o en otro sitio.
En el taller vienen participando estudiantes de Ciencia Política, Comunicación, Sociología y gente que no es de la facultad ya que es abierto. Es un grupo heterogéneo, aunque la mayoría tiene relación con las ciencias sociales. Una de las cosas a mejorar creo que sería una mayor relación con las ciencias duras y poder debatir y aprender. También este año vamos a tratar de sistematizar los talleres para evitar que las discusiones queden truncas y tener una visión general del debate.
En principio nos parece interesante cuestionar la tecnología, plantear que no es neutral ni que todo progreso tecnológico significa un progreso para la humanidad. Esta idea sobre lo neutral es algo que tratamos de debatir permanentemente.
Ecología Política
- ¿Por qué “ecología política”?
- No es un término que inventamos nosotros sino que es una corriente en la que hay numerosos intelectuales como Enrique Leff o Héctor Alimonda. La ecología también es política y a veces determinadas corrientes ambientales aparecen como escindidas de las problemáticas sociales e históricas. Nosotros pensamos que la introducción del término “política” le da ese contenido y al mismo tiempo le da acción en el sentido de disputa, construcción, cambio, y de crítica.
- Hay fuertes iniciativas en el sentido de una ecología que pretende aparecer como neutral.
- La ecología política justamente pone el eje sobre eso, en que no se pueden escindir los problemas ecológicos del modelo de acumulación económico existente, en este caso del sistema capitalista. En primer lugar, la ecología no es una esencia sino que se va construyendo históricamente, está entramada en la realidad que vivimos y se va redefiniendo. Y segundo, el elemento político es el que le introduce la subjetividad de uno y de la organización en la que está.
- Por ejemplo...
- Por ejemplo, la ecología a secas podría ser el abordaje ecológico que hace una empresa o una campaña de ahorro de agua para no bañarse por más de 10 minutos. Eso que se puede ver como ecológico, desde la ecología política se mete una cuña para decir “bueno, pero qué pasa con el resto, con el modelo de sociedad que estamos llevando a cabo, ¿esa restricción sobre el consumo individual lleva a una restricción sobre las actividades extractivas -por ejemplo- o lleva a un cambio de concepción sobre los bienes comunes?”. En definitiva ecología política es el nombre que le encontramos por ahora para este tipo de planteos.
La universidad
- ¿Cómo ven la relación del estudiante de ciencias sociales con los temas ecológicos?
- Aunque es muy difícil medir lo que sucede, creemos que actualmente la ecología es un tema de agenda y es un tema en disputa. Lo ecológico no es homogéneo. En relación a la disputa, vemos con alarma el supuesto capitalismo verde que algunas empresas proclaman para legitimarse y significar el término. Sobre la presencia en la agenda, por ejemplo en la facultad vimos gratamente cómo vino muchísima gente al encuentro sobre agronegocios de la cátedra libre.
- Quizás por el impacto que viene teniendo el conflicto por las retenciones a las exportaciones de soja.
- Sí. Pero además había compañeros del Mocase y del MST de Brasil que supongo llaman la atención del estudiante. También en relación a la megaminería hubo una muy buena atención. Hicimos una campaña y pasamos por los cursos cuando fue la discusión por los fondos de Minera Alumbrera para las universidades nacionales. Muchos sabían lo que era la megaminería, lo que implicaba y se interesaron aun más. Hubo gran receptividad. Tal vez con otros temas no se nos recibe muy bien en las aulas o pasillos, pero en este caso consideramos que fue muy bueno. Por ejemplo en la apertura del congreso latinoamericano de sociología se le hizo un escrache al rector (Rubén) Hallú después de aceptar los fondos de la minera, y todo el mundo se puso a aplaudir ese escrache. Eso nos pareció un buen indicador. Sin embargo hay mucho por trabajar. Hay una receptividad pero dista bastante de lo que nos gustaría.
- ¿Qué temas vienen investigando y les preocupan?
- Por un lado como colectivo venimos participado de las reuniones de la UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas). Tratamos de encontrar espacios más allá de nuestro colectivo y de la facultad. Después vamos trabajando temáticas, como la problemática de los hidrocarburos a partir de una licitación sobre la cuenca del Ñirihuau en el sur de Río Negro, sobre tierras de comunidades mapuche. Hay un proceso en el cual, desde los 90 y que se profundiza con el kircherismo, los negocios de hidrocarburos expanden sus fronteras. Uno de los problemas con este tipo de energía es que destruye las poblaciones sobre las cuales se asienta y las que están cerca, tanto donde se presenta la extracción como la industrialización. Esto se da sobre zonas y poblaciones marginadas o en lugares donde la correlación de fuerzas con el aparato estatal o las empresas es muy desigual. Son territorios donde avasallan directamente a los pobladores. Veíamos también la utilización de un discurso que dice que los hidrocarburos traen progreso, cuando en realidad la una experiencia como la de Neuquén marca que el progreso es sólo para cierta clase social, por lo que no podemos hablar de un progreso universal. Es muy gráfico ver en Neuquén capital las casillas de un asentamiento al lado del “guanaco” de petróleo [1]. Es una imagen que representa al negocio de los hidrocarburos.
Respecto a los agronegocios veíamos distintas cosas, la motivación por la renta, la idea de progreso, entender el rol de los chacareros en el arrendamiento de las tierras y ver que no se trata sólo de grandes empresas. Los conflictos sociales derivados de esta problemática los tratamos de visibilizar el 17 de abril, el día de la lucha campesina, organizando actividades o apoyando en la medida que podamos a los reclamos puntuales que hay en relación a tierras.
- ¿Cómo ven la relación entre universidad y empresas de industrias extractivas?
- Nosotros tratamos de abordar la pregunta del “conocimiento para qué y para quién”. Por eso también lo de la materia que intentamos crear. Tenemos una cantidad de informaciones de otras organizaciones estudiantiles y denuncias que han aparecido con respecto a cómo se van modificando los programas de estudio o la investigación en función de la relación con las empresas. Por ejemplo en Neuquén, en el momento de hacer un análisis de agua, la Universidad Nacional del Comahue le dijo “no” a una de las comunidades argumentando que era Repsol el que pagaba el laboratorio para hacer ese estudio. Más allá de este ejemplo, consideramos que hay mucho para profundizar y cuestionar acerca del conocimiento, un camino que estamos realizando pero en el que nos falta realmente mucho.
Taller de discusión de Ecología Política, todos los lunes a las 21.30 hs en el aula 209, sede del Parque Centenario de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) (Ramos Mejía 841, Bs. As.).
Contacto:
moc.liamg@pcnoicacudealamal
http://lamalasociales.blogspot.com
Por ra.moc.oohay@70oiggamrm para la moc.liamg@aldoibaicnega
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Nota:
[1] Ver aquí