"Comprender el extractivismo no puede limitarse a producir papers o mapas: implica adentrarse en los sentidos, narrativas y afectos que hacen ciertos modelos de desarrollo se acepten como inevitables. En Argentina, la narrativa agroindustrial dominante sostiene que la expansión de la soja, los hidrocarburos o el litio sirve para alimentar a millones y garantizar el progreso económico. Sin embargo, en la práctica, estas políticas suelen dejar tras de sí comunidades enteras en situación de precariedad, desplazamientos, contaminación y despojo de bienes comunes. Lo que se presenta como un bien general se traduce, en realidad, en daños concentrados sobre los sectores más vulnerables".

