Gloria Muñoz Ramírez

Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades

"Siete gobernadores han pasado por Chiapas desde el inicio de la guerra de enero de 1994. Todos, sin excepción de color o filiación, han enfrentado al EZLN con armas y sin ellas, han intentando todo para minar sus bases y sin ninguna originalidad anuncian cada tanto la defunción del movimiento. La existencia de cientos de comunidades en resistencia afirma lo contrario".

México: hostigamiento contra la población

Aunque la sombra de la represión acecha todos los días, los pueblos indígenas zapatistas se concentran en defender su tierra y en construir una vida en la que prevalezca el sentido de la colectividad, la reivindicación de los usos y costumbres "que sirven" y el desecho paulatino de las prácticas "que no sirven". Al mismo tiempo que rescatan los saberes tradicionales en salud y educación, que cuidan y defienden la naturaleza y que implementan, basados en su historia, una práctica de gobierno enmarcada en el principio de mandar obedeciendo, enfrentan entre otros el desafío de que la mujer, excluida y maltratada dentro de las propias comunidades, "ya no sólo eche tortillas en el comal, sino que participe, tenga derechos y sea respetada"

Juntas de Buen Gobierno Zapatistas: el sentido de unidad y lucha colectiva

La cotidianidad de la autonomía zapatista se desarrolla en medio de un hostigamiento constante de grupos paramilitares que pretenden arrebatar la tierra recuperada por el EZLN durante el levantamiento armado de 1994. Apenas dos días después de la celebración del cuarto aniversario de la formalización del autogobierno rebelde, en la comunidad de Ba yulumax, en el municipio autónomo Olga Isabel, se produjo una nueva agresión paramilitar que dejó gravemente heridas a dos bases de apoyo zapatistas. La estrategia gubernamental consiste en sembrar el terror en las comunidades, asesinar y dividir a los indígenas, quitarles la tierra y frenar el proceso de construcción de su autonomía

Cuarto aniversario de las Juntas de Buen Gobierno: "Seguimos armados de justicia y dignidad como pueblos"

Baja California: los kumiai (que quiere decir "costeño", porque viven cerca de la Costa Pacífico), actualmente libran una lucha por recuperar su territorio, cerca de 15 mil hectáreas que les han arrebatado, pedazo a pedazo, en un escalada de invasiones que hasta la fecha no termina, y por la defensa de las más de 3 mil hectáreas de bienes comunales que, aunque no les reconocen, aún poseen

México: los kumiai dicen "No más". La CDI, coludida con los caciques para despojar a los kumiai de su territorio

El esfuerzo más grande de este movimiento está en manos de las comunidades, base de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que son el corazón y la columna vertebral de esta lucha, como los definió el propio subcomandante Marcos. Los pueblos son quienes han avanzado más, y más han aprendido. Ellos le dan sentido y horizonte al complicado quehacer autónomo. Representan también la posibilidad real de que otro mundo es posible, de que se puede enfrentar la voracidad del capitalismo y resistir sin traicionarse

A tres años de los Caracoles zapatistas. Se consolida la autonomía

Son muchos los casos en que la política neoliberal ha logrado despojar a miles de campesinos de sus tierras, con base en engaños, presiones, amenazas, represión e incluso el asesinato; pero afortunadamente son aún muchos los que rechazan desprenderse de sus tierras y territorios. Luchan por la derogación a la contrarreforma agraria y por la recuperación del espíritu original del 27 constitucional. Muchos son los pueblos que resisten. Que no canten victoria los de arriba

México: Los de Abajo. Lucha por la tierra

Las comunidades de la Amazonía ecuatoriana continúan en lucha contra las multinacionales petroleras en una zona donde el capitalismo salvaje devasta el tejido comunitario y el ambiente, imponiendo la presencia de las fuerzas armadas del Estado, que actúan en complicidad con las compañías

Ecuador se atenquiza: comunidades petrolizadas y militarizadas

Todos los verdes de la selva inundan los caminos. Para donde se mire hay amates, zapote, chicle y guanacaztle, ceibas y miles de chaniv que recuestan sus palos delgados sobre arroyos y ríos. La caoba y el cedro sólo muy arriba, allá en lo alto del cerro. Las maderas preciosas de la parte baja de la montaña se las acabaron desde hace tiempo los grandes aserraderos, primero privados y luego del gobierno

En lo profundo de la selva zapatista