Raúl Zibechi

El primer aniversario del gobierno de Tabaré Vázquez (1º de marzo) transcurre en un clima de exacerbado nacionalismo antiargentino a raíz del conflicto binacional por la instalación de dos grandes plantas de celulosa sobre el fronterizo río Uruguay. La sintonía progresista de ambos gobiernos no ha impedido que las relaciones se sigan deteriorando, con denuncias ante organismos internacionales y un peligroso aumento de la intolerancia hacia los ambientalistas, en particular del lado uruguayo

Uruguay: el dolor de ya no ser

La escalada de cortes de los puentes internacionales entre Argentina y Uruguay, protagonizada por el movimiento ambientalista argentino en protesta por la instalación de dos grandes fábricas de celulosa, muestra los límites sociales del modelo neoliberal y ha hecho entrar en crisis la alianza regional entre gobiernos que, en principio, tienen las mismas orientaciones ideológicas y políticas

Argentina-Uruguay: la guerra del papel

"Entendemos que el proceso será lento y que es necesario pensar el movimiento a largo plazo” Para el MST esto se traduce en cuatro líneas de acción: estimular un debate sobre un nuevo proyecto de país que supere el neoliberalismo, formar militantes, impulsar las luchas sociales y elevar el nivel de cultura del pueblo

Brasil: los sin tierra ante la crisis. La hora de plantar árboles

La construcción de dos grandes fábricas de celulosa en el río Uruguay, que amenazan con contaminar el cauce binacional, son muestra de la profundización del modelo forestal impuesto por el neoliberalismo en los años 90. El gobierno de Tabaré Vázquez decidió autorizar la construcción de las plantas de la española Ence y la finlandesa Botnia. No sólo no escuchó a las organizaciones sociales, sindicatos, grupos ecologistas y profesionales universitarios, que demandaban tiempo y diálogo para profundizar los estudios de impacto ambiental, sino que tampoco escuchó al gobierno argentino, cuyo país se verá también perjudicado por la instalación de las plantas

Celulosa y forestación: dos caras de un modelo depredador

El pequeño país sudamericano se ha convertido, en pocos años, en el tercer exportador y el cuarto productor mundial de soja, desplazando a cientos de miles de campesinos de sus tierras, y acorralando a los que resisten entre la represión y la intoxicación por fumigaciones masivas

La guerra de la soja en Paraguay. El napalm de Monsanto

Posible instalación de dos gigantescas plantas de celulosa sobre el río Uruguay: se consolidará el monocultivo forestal y aumentarán impactos sociales y ambientales

Uruguay: monocultivo forestal: primera advertencia