Raúl Zibechi

En todos los tiempos, los precursores la pasan mal. Como portadores de lo que puede venir, suelen ser enjuciados por extemporáneos. En el mejor de los casos, inoportunos, anticipados, improcedentes. En el peor, delirantes, locos, peligrosos, desestabilizadores. De alguna manera, al mostrarnos lo que los demás no queremos ver, los precursores –seres individuales o colectivos sociales- molestan y, por eso mismo, son apartados, estigmatizados, maldecidos. La soledad, es su condena

La soledad de Gualeguaychú

En medio del triste panorama que presentan los gobiernos progresistas y de "izquierda" del cono sur (Argentina, Brasil, Chile y Uruguay) el reciente congreso del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) es una nota de optimismo y esperanza. Se trata del primer congreso realizado bajo el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva con el que los 17 mil 500 delegados que se dieron cita en Brasilia, del 11 al 15 de junio, marcaron claras distancias

Brasil: los sin tierra apuntan abajo y a la izquierda

El pueblo mapuche, su historia, su cultura, sus luchas, han sido cubiertas por un manto de silencio. Las pocas noticias que llegan desde el sur de Chile están casi siempre vinculadas a la represión o a denuncias de "terrorismo" por parte del Estado chileno. Pese al aislamiento social y político, reducidos a una penosa sobrevivencia en las áreas rurales y a empleos precarios y mal pagos en las ciudades, siguen resistiendo a las multinacionales forestales y a las hidroeléctricas, y buscan mantener vivas sus tradiciones

Chile: la larga resistencia mapuche

Vamos a comenzar con una mirada positiva. El Brasil de Luiz Inacio Lula da Silva ha conseguido, en gran medida gracias a la tenacidad de su presidente, ser reconocido como uno de los países importantes e influyentes del mundo de hoy

Brasil, lanzado como global player

A caballo de la crisis de la deuda externa se fue imponiendo en América Latina el modelo neoliberal que, en los 90, tuvo en las privatizaciones que desmontaron los estados nacionales uno de sus ejes más elocuentes. Esa política, impulsada por los organismos financieros internacionales e implementada sumisamente por las elites locales, fue resistida por los movimientos sociales con mayor o menor éxito. Buena parte de los paquetes de ajustes neoliberales consiguieron sus objetivos, pero el costo político y social de esas políticas no fue menor

La segunda oleada neoliberal

Los movimientos sociales sudamericanos enfrentan un panorama inédito: la mayoría de los gobiernos del continente se definen progresistas o de izquierda. Una realidad que los mismos movimientos contribuyeron a configurar y que puede ayudarlos a crecer o bien bloquear su desarrollo

Afianzar la autonomía, retomar la iniciativa. Los movimientos hacia el 2007

La reciente Cumbre de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) realizada en Cochabamba, dejó un sabor amargo. La mayor parte de los presidentes de la región optaron por un tipo de integración basado en grandes obras de infraestructura, mientras los movimientos sociales enfatizan los derechos de los pueblos

Las horas amargas de la integración

El Comando Sur establece como prioridad número uno el acceso a las fuentes de energía. Al haber ingresado el planeta en la curva descendente de recursos como petróleo y gas, cobra especial relevancia el acceso directo a otros potenciales recursos que implican una gama muy amplia: desde la biodiversidad y el agua hasta cultivos como la soja que pueden llegar a sustituir parcialmente al petróleo como fuente de energía. La política de “comercio y seguridad” diseñada por la Casa Blanca como sustituto de la doctrina de “seguridad nacional”, busca abordar este dilema

Paraguay: plataforma para la hegemonía continental