Silvana Melo

escuelas fumigadas

Rociados de veneno, señales vivas para que el mosquito no se aparte del rumbo, muertos por jugar en un charco de desagote o aspirar la deriva del campo vecino, con la piel cristalina, atraídos por un avioncito que vuela tan bajo o por un pájaro que se puede acariciar porque el mareo le quitó la libertad, en la escuela, en el patio de casa. Los niños del modelo extractivo argentino no tienen cara y sus historias se pierden en las fichas clínicas de los hospitales.

Argentina: Fumigados

no cianuro

"¿Y qué se les explicará cuando descubran, por pura experiencia, que el cianuro lixiviado contaminó ríos y napas y arruinó el abastecimiento de agua buena para pueblos enteros? ¿Qué les dirán después los docentes dispuestos a obedecer que se presten al discurso falaz de la megaminería sustentable?"

Argentina: Las mentiras del veneno

agrotoxicos en argentina1

"El 98% de las peras exhibidas entre 2011 y 2013 en los mercados centrales de Buenos Aires, La Plata y General Pueyrredón contenía 20 variedades de insecticidas y fungicidas. El 91% de las mandarinas estaban envenenadas con 16 pesticidas. El 85 % de las manzanas escondía un aditivo traicionero: 22 insecticidas. En casi el 77 % de las frutillas acechaban 17 plaguicidas."

Argentina: La fruta envenenada

Nicolás Arévalo

Nueve años tendría Nicolás. Los cinco de vida que le arrancaron son un vuelto del modelo. Y se cierran como en un círculo fatal cuando cae el martillo de la Justicia sobre la balanza y la inclina siempre para el mismo lado. Siempre.

Argentina: Nicolás Arévalo, crimen sin culpables

Salud

Nico estaba condenado a un anonimato inexorable. Campesino, en medio de la soledad rural de Lavalle, vecino inmediato de las tomateras, crecería a los tumbos esquivando el veneno y sería, acaso, peón del productor o del fumigador. Son escasas las alternativas de la vida en esas coordenadas remotas de Corrientes.

Argentina: Los ojos de Nicolás interpelan a la justicia

bioetanol

"La que protege la paz. Eso dice el nombre. Olivia anduvo poquitos días por el mundo. Frágil como ramita de olivo frente a un misil. El día que murió se volvió bandera. Minúscula pero bandera. Había nacido en el barrio San Antonio, al sur de Córdoba, a 50 metros de la fábrica de bioetanol Porta Hnos."

Olivia y el veneno de maíz

tierra

"La comunidad originaria Guaycurú Iacku Cachi -Bajo Hondo, de Santiago del Estero, no conoce el sabor del sustituto cola. Sus hijos no consumen el Fernandito, un veneno de alcohol y fructosa. Pero saben de la amenaza constante de los sicarios del mercado que, espasmódicamente, les queman los ranchos, les matan los animales y les envenenan el agua."

Argentina: Sicarios por la tierra

pel1

"Todos los sueños que atesoró en seis años, su chispa de rebeldía, su corazón de camalote, el fuego transformador con el que llegó al mundo y le apagaron con agua turbia del Paraná, las películas que vio, los cuentos que escuchó, las canciones que cantó. Todo está estampado en la remera que un día se pondrá la historia. Que saldrá con la bandera de los niños que se fueron. Para hacer de una vez la justicia con la forma de los invisibles."

Argentina - Abigaíl: la parte del veneno