Silvana Melo

El veneno como estrategia de poder

Con la excusa de las buenas prácticas, Diputados y el agronegocio están elaborando una ley que prevé una distancia de 10 metros para fumigaciones terrestres y 45 para aéreas. Los mismos que obtienen los beneficios los regulan. Las poblaciones fumigadas fueron ignoradas.

El veneno como estrategia de poder

Argentina OpenAI: zona de sacrificio y apropiación

La sumisión presidencial ante el imperio. La Patagonia y sus recursos naturales, un regalo a los propietarios tecnológicos del mundo. La Argentina como zona de sacrificio. El agua, la energía, un territorio enorme que consideran desierto y la gente como daño colateral para el Datacenter de OpenAI.

Argentina OpenAI: zona de sacrificio y apropiación

Desde el centro bonaerense resisten a los venenos

Colonia San Miguel, Hinojo. Pequeños paraísos estragados por las fumigaciones durante décadas. Las enfermedades, el cáncer, despertaron la conciencia. La resistencia de los pueblos y el cambio a la agroecología. Un dictamen de Procuración gracias a Naturaleza de Derechos.

Desde el centro bonaerense resisten a los venenos

La culpa no es de la lluvia

Las marcas feroces del capitalismo. Millones de hectáreas de desmonte. Barrios privados sobre humedales. El suelo impermeabilizado por el agronegocio. Y el cambio climático, que genera tormentas extremas cada vez con mayor frecuencia. Y sequías. Y olas de calor. Con el sufrimiento de los más frágiles. Las inundaciones no son sólo culpa de la lluvia.

La culpa no es de la lluvia

Odio, pinos y racismo en esta tierra incendiada

El estado nacional se corre de todos los incendios. Del desastre patagónico y correntino. De la vida misma. Mientras tanto, alambra fronteras, compra aviones de guerra y culpabiliza de todos los males de la tierra a los más vulnerables e indefensos. Los mapuche como enemigos. Los pinos, centro de la industria maderera e incendiarios de origen.

Odio, pinos y racismo en esta tierra incendiada

Foto: Agencia Pelota de Trapo

Les talaron los bosques, los dejaron sin su alimento y su remedio para el espíritu y el cuerpo, les saquearon la tierra para pooles de siembra, les extinguieron los animales que cazaban, les mataron las hierbas y los frutos que recogían. Los niños se apagan en el Chaco salteño.

Infancia deforestada en el Chaco salteño

Sucumbir, como la hierba

Argentina utiliza más de 500 millones de litros /kilos de agroquímicos por año. Doce millones de personas fumigadas soportan una cotidianidad envenenada. Se enferman de lo menos pensado. Se mueren. Y no forman parte de las estadísticas del modelo productivo.

Sucumbir, como la hierba

Imagen: Carmen Vivas

«Fuimos nosotros quienes generamos la epidemia de coronavirus. Puede haber comenzado desde un murciélago en una cueva, pero fue la actividad humana lo que la desencadenó» - David Quammen

La OMS y el cuento del coronavirus