Tanzania: detener el desplazamiento de los masái de Ngorongoro

Idioma Español
País África
Los masái son uno de los pueblos más famosos de África oriental (© Katiekk2/istockphoto.com)

El cráter de Ngorongoro, en Tanzania, es famoso por su fauna y por ser el territorio de los masái. El gobierno quiere ampliar la zona protegida para promover el turismo. Esto supone sin embargo, desplazar a más de 80.000 personas. Los planes violan los derechos humanos y no ayudan a la protección de la naturaleza.

En Tanzania, durante generaciones, el pueblo indígena masái ha convivido en el Ngorongoro y en el Serengeti con el reino animal y la riqueza de especies. Con su modo de vida basado principalmente en la ganadería y la agricultura de subsistencia este pueblo seminómada ha preservado la naturaleza y son guardianes de las sabanas.

Ya que la naturaleza está intacta en gran medida, la UNESCO declaró en 1979 el Área de Conservación del Ngorongoro (NCA) Patrimonio de la Humanidad. Mientras muchos turistas y ecologistas celebran la NCA por su biodiversidad, muchos masái viven en la pobreza, se les arrebatan sus tierras y se destruye su medio de vida en nombre de la conservación de la naturaleza.

A raíz de críticas sobre el estado de este sitio de Patrimonio Mundial en una encuesta iniciada por la UNESCO, el gobierno de Tanzania ha puesto en marcha un modelo de uso del suelo y un plan de reasentamiento que ignora los derechos de la población. Las medidas que incluye amplían de 8.100 km2 a 12.000 km2 el área en la que los masái no pueden pastar su ganado, cultivar o asentarse. Y se van a disolver nueve asentamientos existentes.

De ello se desprende que más de 80.000 personas se verán desplazadas. Lo escribe el Instituto Oakland en su estudio “La inminente amenaza de desplazamiento” (The looming threat of eviction). Se espera que 42.000 masái abandonen el NCA "voluntariamente" debido a sus precarias condiciones de vida. Pero el gobierno juega un rol en la existencia de esa pobreza. Los propios masái advierten que los planes agravarán la desposesión, la malnutrición y el hambre.

Que las medidas se toman por motivos de conservación de la naturaleza es un pretexto. Según el Instituto Oakland, la verdadera razón es aumentar los ingresos por turismo.

Los masái exigen a la presidenta Samia Suluhu Hassan que abandone los planes de desalojo. Nos piden apoyo internacional. La protección de la naturaleza debe ir de la mano con la de los derechos humanos.

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Fuente: Salva la Selva

Temas: Corporaciones, Pueblos indígenas, Tierra, territorio y bienes comunes

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